Exposición “Escasez relativa”: un puente emocional para cruzar

Un ensayo abierto sobre mirar en tiempos de saturación de signos. ¿Es un problema o una condición? Esta es la reflexión a la que nos invitan los artistas Francisco Cintolesi y Coco González Lohse, propuesta que este 04 de diciembre a las 18.30h se inaugura en la galería ubicada en calle Garibaldi, Ñuñoa.

Galería 1712 inaugura Escasez relativa, una exposición que reúne el trabajo de Coco González, Francisco Cintolesi y Macarena Cacciuttolo en torno a una inquietud profundamente contemporánea: ¿qué significa mirar en un tiempo saturado de imágenes? Lejos de la crítica o la denuncia, la muestra propone un ensayo abierto, una práctica que se piensa a sí misma desde dentro del exceso visual que define nuestra época.

En un paisaje saturado de signos, donde la abundancia se vuelve indistinción y las imágenes parecen repetirse hasta perder singularidad, los artistas ensayan modos de encuentro, fricción y coexistencia. La muestra parte de una idea simple pero decisiva: la escasez hoy no es de producción, sino de atención; no de imágenes, sino de diferencias

Desde la pintura, el objeto, la instalación, y la puesta en escena, los artistas configuran un territorio donde las obras funcionan y se fusionan como ecos, interrupciones o pequeñas anomalías dentro del flujo continuo de signos. No buscan ordenar el exceso, sino experimentarlo; no pretenden claridad, sino densidad. Cada pieza se vincula a las otras a través de resonancias y tensiones, instalando una microeconomía afectiva donde el valor no se acumula, sino que se comparte.

González Lohse ve esta co-laboración como “un puente emocional para cruzar”, una puesta en escena de los tres artistas que buscan abrir la reflexión en un mundo cargado de imágenes.

“Fue gestado como un juego. En general lo pasamos muy bien compartiendo nuestros procesos, es algo muy intuitivo. Con Coco pudimos entendernos, sobre todo, en un ánimo liviano en que coleccionamos imágenes y las hacemos interactuar como si fuera una la vitrina de una juguetería. En ese sentido, nos viene bien acumular y condensar distintos fenómenos visuales ya que es en diálogo apretado donde las singularidades adquieren mucho más sentido”, agrega Francisco Cintolesi.

Desde la curaduría, explica Macarena Cacciuttolo la propuesta artística/autoral se presenta como un espacio de encuentro más que como una suma de obras. No buscamos una fusión homogénea entre Coco González y Francisco Cintolesi, sino una zona donde sus gestos, materiales y preguntas puedan convivir, friccionarse y afectarse mutuamente. La mezcla aparece no como un estilo común, sino como una manera compartida de mirar y de habitar la saturación visual del presente.

En ese contexto agrega que: “Mi trabajo curatorial se centra en hacer visible ese diálogo: resaltar las resonancias entre sus prácticas, las tensiones entre imagen y objeto, y la forma en que ambos operan desde la intimidad hacia la circulación pública. Más que ordenar o jerarquizar, la curaduría propone un territorio donde cada obra funciona como un eco de la otra, donde lo individual adquiere sentido en relación con lo colectivo”.

Escasez relativa propone pensar la sobreabundancia no como problema, sino como condición. En este contexto, la pregunta deja de ser cómo producir más, y pasa a ser cómo seguir mirando. La exposición busca recuperar la pausa, la demora, la posibilidad de que una imagen —aunque mínima, frágil o inadvertida— permanezca y nos devuelva la mirada.

Para los creadores, la muestra es también un experimento colectivo: un espacio para pensar en voz alta, habitar la incertidumbre, jugar con las lógicas del sistema y crear desde el vínculo. Una invitación a detenerse, a mirar de nuevo y a descubrir —entre el ruido— aquello que insiste en permanecer.

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