Aquí no ha Pasado Nada
Esta es una película muy distinta a las anteriores de Alejandro Fernández Almendras. En “Huacho” y “Matar a un Hombre” él retrataba la marginalidad, la violencia y la pobreza, pero en este caso muestra el lado opuesto; cómo las familias poderosas logran salir impunes de los peores dramas, sólo por ser quienes son, por su dinero o poder social. El guión es de Fernández Almendras, y la película cuenta con un gran elenco, actores que están haciendo excelentes películas, series y ganando premios internacionales, como Paulina García, Luis Gnecco y Alejandro Goic.
La historia de “Aquí no ha Pasado Nada” se centra en Vicente, interpretado muy bien por Agustín Silva, un joven que está veraneando en la playa de Zapallar, y se junta a carretear con un grupo de jóvenes (Geraldine Neary, Augusto Schuster, entre otros) a quienes prácticamente no conoce, sólo tienen algunos conocidos en común. En una noche de mucho copete, y drogas entre fiesta y fiesta atropellan a un hombre en la carretera. Vicente va en la parte de atrás y está tan borrado que ni si quiera se da cuenta de lo que pasa. Es el único que no se baja del auto. Mientras la noche se va relatando a través del recorrido y las horas que van pasando en pantalla, Vicente está cada vez más ajeno a lo que sucede a su alrededor. El solo quiere pasarlo bien y no dimensiona el drama que está ocurriendo al lado suyo. Hasta ese momento la película puede ser sobre alguien X, pero luego, cuando el drama empieza a salir a flote, empezamos a encontrar la historia conocida. La película se inspiró en el caso de Martín Larraín, hijo del ex Senador Carlos Larraín, que también se vio envuelto en un accidente de este tipo, donde falleció Hernán Canales. Este fue un caso polémico porque Larraín se liberó de toda culpa por ser hijo de quien es. El joven que iba manejando en la película se llama Manuel Larrea, nombre que alude al hijo del senador, y a través de un juego tendencioso, él y sus amigos inculpan a Vicente, lo hacen creer que él iba manejando.
La película está filmada casi por completo con cámara en mano, con una imagen bien desprolija, casi como que un amigo estuviera documentando todos los sucesos. Eso provoca una sensación de cansancio visual, lo que al principio molesta, después se va volviendo más interesante como propuesta porque alude a la realidad.
La película retrata muy bien este submundo ABC1, tan insoportable como real. Es un mundo donde el poder económico lo puede todo, algo que es tan Chileno y latino, que es indignante. El mismo caso aparece retratado en una de las historias de “Relatos Salvajes”, la película argentina de Damián Szifrón, donde podemos ver que pasa lo mismo, una familia ABC1 culpa al jardinero del accidente de su hijo, manipulando y aprovechándose de sus necesidades. Acá la película muestra como estos amigos se aprovechan del nivel de borrachera de Vicente, sabiendo que su memoria está frágil, y los recuerdos están borrosos, igual que la imagen de la película, entre la oscuridad y la poca nitidez, uno se va sumergiendo en esta realidad ambigua.
“Aquí No Ha Pasado Nada” fue elegida para competir en los Premios Goya como Mejor Película Iberoamericana,. A su vez, Fernández acaba de obtener el premio a mejor Director en el reciente Sanfic. Grandes logros para esta película que tiene todas las de ganar, por ser jugada, por una propuesta rupturista y políticamente incorrecta, donde prácticamente la realidad se funde en la ficción.
