Por Victoria Bustos Arancibia
E. 1027. Eileen Gray and the house by the sea nos invita a emprender un viaje que va más allá de la mera biografía de una de las personalidades más intrigantes de la arquitectura moderna. A través de una hábil mezcla de documental y ficción, la película explora la vida y obra de Eileen Gray, además de las complejidades de su relación con un rubro y una sociedad dominados por la masculinidad tóxica. En este contexto, también explora un poco la reconocida figura de Le Corbusier, quien por conquistar más territorios artísticos termina por atropellar la creación de ella.
Eileen Gray, interpretada por Natalie Radmall-Quirke, se presenta como una mujer a la vez visionaria y marginada. Su casa E. 1027, concebida por Eileen y su pareja del momento, el arquitecto Jean Badovici, es un refugio y obra arquitectónica en la Costa Azul, Francia. La habilidad de Beatrice Minger y Christoph Schaub para entrelazar la narrativa histórica con la recreación ficcionalizada, permite al espectador adentrarse en los pensamientos y sentimientos de Gray, quien, representada también en una voz en off íntima y reflexiva, revela su lucha por la libertad creativa en un mundo que le contrariaba su estilo de pensar, vivir y la maestría de su trabajo.
El conflicto central de la película gira en torno a la invasión de Le Corbusier a través de murales en E.1027. La frase de Gray, “me encanta construir casas, pero odio poseerlas”, recalca perfecto la oposición entre ambos genios. Gray describe las intervenciones de Corbusier como vandalismo y violencia. Mientras que los actos de Le Corbusier resultaron en la apropiación masculina del talento femenino, una transgresión común de los créditos a lo largo de la historia humana, y aunque esta meditación es un análisis más reciente de lo ocurrido no lo hace menos acertado. Para informar el antes y después de esta disputa, la cinta cuenta de forma cronológica los eventos de la vida de Eileen que llevaron al diseño de este particular hogar, y luego las tristes circunstancias que siguieron.
El largometraje se desenvuelve principalmente entre sets teatrales, y en menor medida con algunas escenas de la villa recreada. Los primeros, con una estética que evoca al expresionismo alemán crean un ambiente que amplifica la sensación de aislamiento y ahogo emocional de Eileen Gray; son reflejos abstractos de la ciudad, oficinas y habitaciones donde se llevaron a cabo conversaciones de alta tensión, o son extractos incompletos de la casa, una versión deconstruída. Las segundas, con su luminosidad, diseño minimalista, paredes concretas y espacios habitables, buscan transmitir la paz que alguna vez tuvo allí la artista. Quizás faltó poder ver más de la casa, a pesar de la imposibilidad misma de ello debido a las modificaciones sufridas por terceros, pero para salir unos minutos de la angustia tan bien lograda por las porciones actuadas en los sets escénicos, y para poder entender lo que fue E. 1027 antes de que Eileen decidiera abandonarla.
El guion construido para esta película logra un efecto matemático único: el orden de los factores no altera el producto. Se necesita hablar de Gray, de Le Corbusier y de Badovici para entender la historia de la casa, pero también se necesita de la casa para comprender la interioridad de su creadora, y en segundo plano su conexión personal con los otros dos sujetos. Es tanto un registro documental de arquitectura, como lo es una biopic. Sin embargo, ya llegando al final se nos cae el recuento minucioso que marcó la narración, a medida que los años y las batallas legales se interponen entre Eileen y su arte, también los espectadores le pierden el rastro a la villa junto al mar ¿Alguna vez se corrige el error de acreditación por esta pieza? ¿Pudo Eileen Gray ver restaurada la construcción a su estado actual de museo?
El film plantea preguntas pertinentes sobre el papel de los hombres en la perpetuación de estructuras patriarcales. A través de la relación de Eileen Gray con Jean Badovici y Le Corbusier, se nos muestra cómo incluso los individuos cercanos, una pareja, un compatriota o un posible colega, pueden ser cómplices de la marginalización sistemática de las mujeres. La película convoca entonces a reflexionar sobre la necesidad de una revisión crítica de los relatos históricos que han predominado.
Al final, la casa E. 1027 no es solo un espacio físico, sino que un símbolo de la energía emocional de la arquitectura, afectando intensamente las vidas de tres personas quienes apenas pudieron disfrutarla. Por otro lado, y en conclusión, E. 1027 – Eileen Gray and the house by the sea trasciende los métodos de documentación de la vida de una persona. Es un testimonio poético que celebra la faceta de arquitecta de una figura innovadora en el diseño. Y como película es un producto valioso para estudiar estos personajes desde múltiples disciplinas.
Ficha técnica
Título original: “E. 1027 – Eileen Gray and the house by the sea”
Duración: 89 min
Año: 2024
Genero: Documental, Drama
País de Origen: Suiza
Director: Beatrice Minger, Christoph Schaub
Guion: Beatrice Minger
Música: Peter Scherer
Fotografía: Ramon Giger
Reparto: Charles Morillon, Axel Moustache, Natalie Radmall-Quirke
Proyección Muestra del Arquitectura Film Festival 2024