«Camaleón» Película chilena hecha con puro talento
Por Galia Bogolasky

La película se desarrolla en un día, en una locación, con estos tres actores, más una breve escena de Alejandro Goic. Es una película sensible, detallista, honesta. Acá no hay pretensión ni grandes parafernalias. Acá es puro talento.
La historia se centra en Paulina y Paula, una pareja que se levanta después de una noche de carrete, en la casa de la playa de Paulina. Ella se va a vivir a Alemania y ellas deciden tener un día tranquilo y relajado antes de su partida.
Paula limpia, ordena, Paulina da órdenes y mandonea. Paulina con cara larga, Paula contenta. Mientras Paulina manda a Paula a abrir la puerta y esta no contesta, Paulina finalmente abre la puerta y se encuentra con Gastón. Gastón trae vino y viene a pedir disculpas por su actitud en la fiesta, donde da a entender que estando borracho se mandó una embarrada. Paulina lo hace pasar y abren la botella. Ella le hace notar que es un vino barato, lo que empieza a desprender esa actitud altanera, prepotente, de mirar en menos. La casa de la playa es espectacular. Paulina es arquitecto y se nota. Salen a la terraza a tomarse el vino y aparece Paula quien se integra a la conversación. Mientras los tres conversan, Paula es enviada, como una empleada, a traer algo para comer, para atender bien a la visita. Paulina critica su comida. Se empieza a desprender el tipo de relación que tienen.
Durante todo esta primera secuencia de la película se van dando a entender, de manera brillante, los roles de cada uno de estos personajes, y de dónde vienen, pero lo más importante, es que empieza a suceder de a poco lo que el título de la película vislumbra, “Camaleón”, es decir, el cambio, el desarrollo del personaje, donde parte en un punto y se desarrolla, y termina en otro. En algunos el cambio es drástico, en otros es más leve, pero todos cambian. Eso es lo que hace un buen guión, cuando uno ve el progreso en estos 80 minutos, y donde nadie termina como empezó. Creo que ahí está lo mejor logrado de este largometraje chileno.
Todo el transcurso de la película es prácticamente en tiempo real, menos el momento del clímax, donde se hace un corte, también muy bien logrado. Todo es muy natural, todo se va desarrollando progresivamente hasta impactarte con un giro dramático al final.
La película es redonda, te atrapa y te muestra como estos tres personajes, que vienen de distintos orígenes, se unen y se relacionan con ciertos códigos, tan chilenos. Hay elementos claves en los personajes, donde la identidad local está clarísima, como en el arribismo, el maltrato por diferencias sociales, los mundos apartados en los que viven, las necesidades que cada uno tiene, y como los sentimientos se van arraigando y las personalidades van mutando.
La música de Carlos Cabezas es increíble, y se funde con el paisaje maravillosamente.
También cabe destacar lo interesante que es el punto de vista de la pareja lesbiana, entre Paulina y Paula, de cómo los sentimientos y las necesidades se van mostrando, y el paralelo que se hace con la relación de Gastón y Alejandro, algo que se nota es más pasajero y menos serio, pero al mismo tiempo, en ambas relaciones hay uno que abusa del otro, desde un lugar de poder, frente al que tiene una necesidad, ya sea económica o emocional. Pero a pesar de ser una película que podría encasillarse dentro del género LGBT, se trata de otra cosa, algo que es mucho más grande que la homosexualidad. Es sobre relaciones humanas, derechos y poderes y lo vulnerables que estamos frente a la sociedad y el mundo. Gran película, una total sorpresa.
Ficha Técnica
Dirección: Jorge Riquelme Serrano
Guión: Jorge Riquelme Serrano
Elenco: Gastón Salgado, Paula Zúñiga, Paulina Urrutia, Alejandro Goic
Producción: Daniel Díaz, Karla Kri, Sandra del Valle
Dirección de Fotografía: Cristián Petit-Laurent
Música: Carlos Cabezas