Columna de opinión: Carmen Berenguer, la escritora del mes en la SECH

Por Fernando Arabuena

Al entrar en ese espacio de la disidencia como respuesta a un mundo globalizado y uniformador del pensamiento, donde todo parece caer rendido excepto la poesía, comenzamos a entrar en la zona “cero” de Carmen Berenguer (Santiago-Chile, 1946); una de las grandes poetas chilenas nominada más de una vez al Premio Nacional de Literatura.

Poeta, cronista y artista visual. Obtuvo la beca Guggenheim (1997), el Premio Iberoamericano de poesía Pablo Neruda (2008) y el premio a la trayectoria en el festival de poesía La Chascona (2017). Conocida por su voz rebelde y contracultural; siempre más allá de lo literal, donde los significantes se abren paso a múltiples interpretaciones y posibilidades.

Como dice Soledad Bianchi, la obra poética de Carmen Berenguer se construye tensionando los límites de la palabra en cuanto a su sentido, sonido y visualidad; como simbolismo de una liberación del discurso hegemónico.

Su palabra poética refleja y explosiona la coyuntura dolorosa de la mezquindad regida por el dinero; levantando la voz con preguntas que buscan aliviar a una sociedad que sufre la negación de respuestas, como siguiendo el llamado de La violencia creadora de Efraín Barquero:

Es el llamado, la correspondencia mágica con el cuerpo del mundo en permanente unidad con nuestro cuerpo y nuestro espíritu que tanto irrumpe en la fe del creyente como en el estremecimiento del que duda, ambos despiertos y atentos a órdenes mayores. En el primero puede ser la voz del Dios generoso o colérico, pero en el otro no puede tratarse, sino de la incitación a la rebelión, a la búsqueda insobornable, a la siga del acto de Prometeo.

O como bien lo dice el poeta mexicano Enrique Márquez:

«Porque las poetas, las artesanas, las artistas, las filósofas, cineastas, actrices, escenógrafas liberan a la comunidad de sus angustias y miedos presentes y ancestrales, queriendo darle alas a la comunidad, subvirtiéndolo todo, hasta el escándalo, pintando las estatuas patrióticas de bronce para gritar que todo está por hacerse».

Disfrutemos la firme voz de Carmen Berenguer, una de las grandes de nuestra poesía nacional.

Loba

De dónde esta mueca

Esta boca este rostro

Esta máscara este abrigo

De dónde esta locura

De acompañarte por las noches

Con este negro y este rojo

Esta bufanda que es una bufonada

Y esta vitrina que devuelve esta pirueta

Esta artesanal pinta hecha a la medida.

Y esta lengua de loba despistada

Que te lame.

Venid a verme ahora

Venid a verme como sufro

Venid a verme los malditos

Los gusanos abren sus mandíbulas

Esparcen mi cuerpo y yo gozo

Las luces llameantes del sol

Entreabren sus rayos los labios

Vertiendo el calor sobre mi cuerpo

Dejándolo vivir ardiéndolo de a poco

Venid a ver este arder.

Una muchacha Cherokee

Vecina sin nombre vecina ronca en la noche

Vecina se enoja en lengua Cherokee y vecina maldice en lengua Cherokee

Vecina ama en Cherokee

Arrulla al hijo

le abrocha un botón en sus tareas hogareñas de sus lechosos inviernos

Entre paréntesis es una Cherokee de pelo negro azabache azul y ojos mimesis

Mamá Cherokee fuma hierva

Y hace movimientos bucales y sale la loba del bosque

A lo lejos se le oye silbar el viento

donde anidan sus pájaros en el silencio nevado de su lengua Cherokee

Adahy su hijo duerme

y le escucho a través de sus modernas paredes del departamento del Hawkeye Drive

Vecina Cherokee es hippie en el año 69

Yo me leo

soy este plagio

este plagio es color

negrita! de una paletada con cariño

negra!

negrona!

malteada!

morenita!

yo soy imaginativa

yo soy una indiferencia

una otredad

nací en otra piel

en una mata de pelos

soy esta diferencia

oscura

un caos

en este continente

asalariada

negrona

a mí me recortan el sueldo

a veces no me pagan

a mí me cierran las puertas

esta es mi alfombra negra

en mi pose irreductible y endémica

soy la esclava

yo soy esta

un kilo de carne negra

en la feria

carneada la ficción

posta negra

un brazo

un muslo

esa

Carmen Berenguer

Fronda de pelos

No las ruindades ni bellaquerías

no más lejos donde cantan en el albor

donde el cepón destila

preludio de ensueño

no donde bufa brama: Esplendor en la Hierba

me tumbaré en la flora

aguardaré

que profane mi nido y se recline

sorteando mis pasos febles

esa sustancia gris jaspeando mi greña

vedada

tumescencia hueseada

pobladas estelas

y bien:

fronda de pelos

por eso de latente

por eso de parva

abaleo

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