Columna de Opinión Jaime de Aguirre, nuevo Ministro de las Culturas: “El peso de la experiencia”

Por PJ

La política es un escenario en el que pesa la tradición. Aún cuando parece transformarse incorporando  nuevas metodologías y miradas, parece que siempre se llega al punto en que la clase, la tradición y la experiencia hacen su arribo en una desmemoria consensuada.

El arte en este escenario es el del equilibrista, o incluso el de un malabarista al que cada tanto se le agrega un objeto más sin preverlo.

Y el Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio tiene un mandato amplio y diverso. Sus ámbitos de dominio se relacionan con un ecosistema amplio, de muchas voces, algunos con gran capacidad de hacerse notar en medios y RR. SS., otros en cambio aún transitan un largo camino para lograr hacerse escuchar y esto naturalmente tiene efectos en la gestión de una cartera de Estado y el cumplimiento de una misión institucional.

Esta es la escena que abandona Julieta Brodsky y a la que llega el legendario y experimentado Jaime de Aguirre.

El nuevo Ministro cuenta con una trayectoria poco cuestionada, salvo las boletas sin respaldo laboral relacionadas con las platas políticas. Ha participado de momentos relevantes de la historia contemporánea de Chile, sin ir más lejos es el autor de Chile, la alegría ya viene, ese jingle que se encuentra en el corazón de la mayoría de nuestros compatriotas y luego, fue la persona que tomó casi recién re-iniciada la democracia, nada más ni nada menos, que el liderazgo en la gestión del Canal Nacional, TVN.

Con este par de antecedentes podría parecer suficiente, sin embargo, ser Ministro requiere de tanto más que una trayectoria impecable, de esto podrán dar cuenta muchos en la historia de los ministros y ministras del mundo. Será importante conocer de quiénes se acompañará y cuáles son sus talentos, no solo en el imprescindible ámbito técnico, si no que también cuán abiertos al diálogo son y qué capacidad de negociación tienen.

Así, se abren las cortinas de este segundo acto para Cultura, contando con Jaime de Aguirre y su gran capacidad y visión mediática para la preparación de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, no cabe duda que a nivel de medios y TV contar con él parece una apuesta segura. Eso sí, un momento tan crucial en la memoria colectiva de un país requiere mucho más que el espectáculo y es aquí donde comienzan las incertidumbres sobre un ejecutivo que ha sido malabarista en otros escenarios.

Otro espacio brillante en el que podrá destacarse, será todo lo relacionado al canal cultural de Chile, no parece haber para esto otra persona con mejores credenciales para llevar al éxito este proyecto.

No obstante lo anterior, parece ser que la mayor incertidumbre respecto a la gestión que comienza el Ministro hoy, se encuentra en los ámbitos de las Artes y el Patrimonio que no han sido temas tratados en profundidad por él durante su trayectoria. En principio esto no es un inconveniente, toda vez que se tomen los resguardos necesarios a la brevedad, esto es, contar con la experiencia y profesionalismo de quienes siguen en el Ministerio y de poder armar equipos que logren comenzar a sacar lustre al trabajo de los cuatro Consejos (Literatura, Música, Artes Escénicas y Audiovisual) con los que cuenta el servicio y que han logrado ser hasta hace poco tiempo los ejecutores de las políticas culturales en nuestro país.

Algunos de los objetos de este malabarista se encuentran en perfecto equilibrio. Esperemos que la fortuna acompañe a un sector al que se le ha asignado poco valor social, pero que es el que vela por el cuidado, resguardo y promoción de la identidad de todo un país.

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