Columna de Opinión: Pedro Chaskel, la mirada del pueblo, la revolución y la lucha

Por Magdalena Hermosilla

Cinco militares junto a un hombre de traje caminan con sus rifles por la vereda de la calle San Martín. En un cielo gris vemos a lo lejos como avanza a gran velocidad una figura negra, sobrevolando las chimeneas y antenas en los tejados de los edificios. La figura se aleja. Aparece otra, un poco más cerca, de entre las construcciones, la cámara tiembla, se oyen estruendos. Se ve un avión. Éste pasa detrás de las antenas difusas de los techos. Las figuras voladoras negras son, en realidad, aviones de combate. Los aviones van dejando estelas de humo negro detrás de sí mientras la cámara los sigue. Los aviones se alejan. La cámara retrocede. Aparecen más aviones. De entre los edificios vemos emerger una gran nube de humo negro, que proviene de alguna construcción a la distancia. Con cada avión que pasa, la nube negra crece. Y los aviones, con su presencia ominosa, como buitres acechando, sobrevuelan esta nube negra hasta que desaparecen. La nube crece. El cielo se cubre de un denso humo negro. A través de dos ventanas de uno de los edificios vemos la construcción a lo lejos, está en llamas. Las llamas también crecen. El fuego se refleja en las ventanas de los edificios como en dos pupilas claras, dos ojos que observan como empieza el mundo a arder.

Los Hawker Hunter están bombardeando La Moneda. Es un 11 de septiembre de 1973 y Pedro Chaskel, con su Bolex Paillard en mano, deja el centro de cine experimental de la Chile para ir al departamento de un conocido a dos cuadras del palacio de gobierno. Sabe que algo ocurrirá y que debe filmarlo. Allí captura estas imágenes.

Los Hawker Hunter bombardean el palacio de La Moneda se ha vuelto uno de los metrajes más importantes de la historia audiovisual de Chile. Así como uno de los más icónicos retratos del Golpe de Estado. Como éste, gran parte del repertorio audiovisual de Chaskel no solo ha contribuido a retratar la historia, paisajes y costumbres del país, sino también a proponer un nuevo tipo de relato audiovisual y documental que sentó las bases para todos los realizadores nacionales que han venido después.

Pedro Chaskel fue documentalista, guionista y montajista, y uno de los cineastas de mayor trayectoria y reconocimiento del país, no de manera injustificada. Fue pionero en el desarrollo de la teoría y producción cinematográfica nacional. En 1955 funda y anima el Cine Club de la Federación de Estudiantes de Chile; Club desde el cual, posteriormente, surgiría la revista Séptimo Arte, que, bajo su dirección, alcanza a publicar cinco números. Esta es la primera instancia en Chile en la que desarrolla, desde el análisis y la crítica de las nuevas tendencias mundiales en el cine, una teoría y reflexión sobre el séptimo arte. En 1959 el Cine Club se incorpora oficialmente al engranaje administrativo de la Universidad de Chile, transformándose en el Centro de Cine Experimental, del que Chaskel es cofundador junto a Sergio Bravo. Es aquí, en el Centro, donde comenzará su carrera como cineasta, y donde surgirán las primeras ideas estéticas y narrativas que darán paso a un movimiento de renovación cinematográfica en Chile.

Su carrera como cineasta parte junto a Naun Kramarenco, como asistente de producción, dirección y montaje en los largometrajes de ficción: Tres miradas a la calle (1958) y Deja que los perros ladren (1960). De allí en adelante realiza sus primeros documentales: Aquí vivieron (1964) y Erase una vez (1965), co-realizados con Héctor Ríos, y Aborto (1965). A estas primeras películas le siguen los destacados: Testimonio (1969) y Venceremos (1970), que comienzan a definir la fuerte connotación social y política de la mayor parte de su trabajo posterior.

Entre los 60 y 70, ya estaba fuertemente instaurada en varios países, una corriente cinematográfica de renovación que decidía hacerse cargo del rol social y político que podía tener el cine. Es un tipo de corriente que surge como respuesta al carácter argumental de entretenimiento que tenía esta disciplina hasta el momento. El cine que vive, según Chaskel, “de espaldas a la realidad”. La idea era poder cambiar la dirección de la mirada hacia los relatos de la gente común, sus vidas, sus contrastes y las dificultades que experimentan al estar insertos en un país que no los toma en cuenta, donde son invisibilizados y desprotegidos sistemáticamente. Es por esto, quizás, que el repertorio y la narración de imágenes de los documentales como estos es muy simple, pues no se pretende embellecer el lenguaje, sino mostrar crudamente que esta es la realidad, esto es lo que está ocurriendo y debemos hacer algo al respecto. Venceremos denuncia el drama de la pobreza y la sobrecarga de violencia que conlleva, y lo contrasta con la alegría popular desbordante expresada en las calles por el triunfo electoral de Salvador Allende en 1970.

Luego del golpe de Estado del 73, Chaskel se instala en Cuba, donde permanece durante diez años trabajando como montajista y realizador en el ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos). Dirigiendo, entre otros trabajos importantes, al equipo que hace el montaje de La batalla de Chile, de Patricio Guzmán. En 1979 realiza Los ojos como mi papá, uno de los documentales sobre el exilio chileno más reconocidos y conmovedores. En éste, los hijos de los exiliados que viven en Cuba cuentan sus experiencias de integración y de desarrollo, además de las dificultades y contradicciones identitarias que vienen con pertenecer a una nación e historia de la que no han sido parte, mientras viven en otra nación en la tampoco nunca encajarán por completo. Estos niños, varios siendo hijos de los integrantes del MIR, cuentan la historia de sus padres y madres, que fueron detenidos, torturados y ejecutados. Muchos no se acuerdan de ellos, pero conocen los eventos ocurridos. Chaskel hace un gran trabajo mostrando la historia por la que había atravesado y estaba atravesando el país, sin ser contada por sus protagonistas, aquellos que la vivieron directamente, sino por quienes afectados por su ausencia. Es uno de los primeros en poner la mirada en estas historias de los familiares de detenidos y asesinados en dictadura que cargarán por siempre con el duelo de su historia familiar.

En 1985 regresa a Chile y se suma a los cineastas que deciden hacer un cine de denuncia contra la dictadura, recurriendo al video como soporte de trabajo, ante la dificultad e imposibilidad de acceso a los medios tradicionales del cine, que seguían siendo controlados por el régimen. El video se convirtió en esos años en la única alternativa de comunicación popular. En 1985 codirige con Pablo Salas el documental Somos más y en 1987 realiza Por la vida e Imágenes de un primero de mayo definiendo así, un tipo de relato documental que no deja de lado a las personas comunes y las acompaña en la denuncia sobre las violaciones a los derechos humanos ocurridos en dictadura.

A partir de 1989 desarrolla una larga actividad para el programa de televisión Al sur del mundo, elaborando el guion y el montaje, más las tareas de dirección, de 16 documentales, entre los que se encuentran: Arrieros del Cajón del Maipo (1990), El valle de Elqui (1992), Organilleros (1996), Colono en Tierra del Fuego (1998) y muchos más. Esta aproximación al documental, como una etnografía audiovisual, es algo que pareciera hacer volver a Chaskel a los inicios de su relato cinematográfico: mirar hacia la gente. El foco no se pone en el equipo que recorre estos lugares, ni siquiera son mostrados. En cambio, vemos a las personas que viven en los rincones recónditos del país, sus circunstancias, sus oficios, sus costumbres, su vida sencilla, sus dinámicas familiares, la relación que guardan con la naturaleza que los rodea… El foco está en ellos, en el pueblo. Un pueblo que ha perdurado, a pesar de todo.

Hasta la fecha, Chaskel ha sido director de más de 20 documentales y montajista de casi 40. Dedicándose las últimas décadas principalmente a la docencia en la Universidad de Chile y desempeñándose como director de la cineteca de la Universidad luego de su reapertura en 2008. Ha formado parte de los jurados de cine documental en festivales en La Habana, Leningrado, Leipzig, Trieste y Mar del Plata. Y ha recibido importantes premios por su contribución al arte cinematográfico en el país, como la Orden al Mérito Artístico Cultural Pablo Neruda el 2005 y el premio Altazor en 2009. Su último documental, De vida y de muerte: Testimonios de la operación cóndor (2015), indaga en los Archivos del Horror de la dictadura del Gral. Stroessner, descubiertos en Paraguay y la documentación de la Operación Cóndor allí encontrada. Esta obra es un testimonio sobre cómo, incluso a sus 82 años y más de 40 años después del golpe de estado, Chaskel tuvo siempre la noción del cine en su función social y política, un medio por el cual buscar justicia y reparación a las injusticias y atrocidades cometidas durante ese tiempo por todas las dictaduras de la región.

Pedro Chaskel es uno de los grandes referentes del cine chileno, porque decidió manifestarse en contra de lo que el cine representaba hasta ese momento, decidió abrazar el potencial que tenía la cámara como un instrumento de realidad y discurso, no solo de registro y distracción. Abrió los caminos para toda la corriente de documental experimental que le ha seguido, dedicó su vida a hacer del cine un aliado en la lucha del pueblo y en la visibilización de la gente real, de la gente común.

En el fondo, hasta el último de sus días, Chaskel nunca dejó de ser, como muchos que lo acompañaron en esos tiempos, aquel cineasta revolucionario que miraba esperanzado a la gente que celebraba el triunfo de Unidad Popular y cuya esperanza vio caer frente a sus ojos y el lente de su cámara, cuando las temidas figuras negras de los Hawker Hunter bombardearon la Moneda hasta sus cimientos. Chaskel continuó fiel a su discurso y a su mirada por todos aquellos amigos y colegas que no pudieron, por todos quienes nunca lograron ver sus filmes terminados, por los que dieron sus vidas en honor al registro de la lucha, tal como él también dedicó la suya a la misma misión.

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