Conversación con María Teresa Larraín, directora del documental «Niña Sombra» en FIDOCS

María Teresa Larraín, directora de Niña Sombra
«Muchas de las cosas que nosotros vemos son memoria».

En el marco de Fidocs, tuve la oportunidad de ver el Documental “Niña Sombra” de la chilena María Teresa Larraín. En este documental personal, ella cuenta su propia travesía mientras va quedando ciega, siendo una cineasta que vive en Toronto, Canadá. Mientras trata de seguir trabajando en un mundo de imágenes, va perdiendo la visión, y en ese proceso va reconstruyendo su historia familiar, se reencuentra con su familia en Chile, y en ese proceso conoce a los vendedores ambulantes ciegos que trabajan en la Alameda, con los que crea un lazo muy especial. La historia es bella, y lo mejor es la sensación esperanzadora que deja, de que hay que seguir, y que finalmente si una ciega puede hacer una película, llena de imágenes preciosas, cualquier cosa es posible.


Después de la proyección de la película, María Teresa Larraín respondió a algunas preguntas del público. Esto fue lo que nos contó.
Como fue el proceso de finalización de la película? Como fue el proceso del montaje? Tenías una idea de cómo ibas a ir armando, a partir del guión? Como fue ese proceso?


El guión lo fui descubriendo a medida que fui haciendo la película, como ocurre en la mayoría de los documentales. Pero en este caso fue más así porque no solamente estaba descubriendo mi propia historia, que era difícil porque no sabía quién era, no sabía lo que era, había perdido mi identidad, y todo esto lo fui descubriendo mientras iba haciendo la película. También descubrí como filmar una película acerca de la ceguera, la mirada ciega. Cómo era mi punto de vista, como expresarlo, de manera que fuera consecuente con una persona que se estaba quedando ciega, una directora ciega. Esa fue la parte más difícil de la película. Me demoré 8 años en hacer esta película. Me demoré no solamente por las típicas cosas del cine arte independiente, que es difícil conseguirse fondos, sino también porque tenía que descubrir que cuando uno cuenta una historia personal, se debate uno entre el narcisismo y el ser objetiva. Pero también verse a una como un personaje, contarse como ella, ver como yo. Pero también, para ser honesta, para que la historia sea personal, tiene que ser yo. Mientras más lo sea, más verdadera va a ser tu película. Todas esas cosas te van dando vueltas. Cuando llegué a la sala de edición, ya había pasado mucho tiempo, me había recuperado como directora, cosa que por supuesto perdí totalmente. Mientras más se me iba la vista, más insegura me sentía, como directora. Pero tenía un equipo maravilloso, el director de fotografía Arnaldo Rodríguez, el director de fotografía en Canadá, sonidistas de Chile, Carlos Ormeño, gente con la que fui trabajando durante los 8 años de la película. Así que cuando llegué a la sala de edición, ahí la fui armando de nuevo, porque es como que uno va haciendo las cosas en etapas. Entró el diseño de sonido, entró la música, algo que le da una característica totalmente diferente a la película y ambas cosas fueron de la mano. Así la terminé. La terminé como directora, aún soy directora, en esta película fui directora, aún quiero trabajar como directora, pero trabajé con todo un equipo maravilloso.
¿Le has mostrado la Película a los otros personajes que se están quedando ciegos?
Le mostré la película a los ciegos de la Alameda. Pero la mostré con dolor porque aún no he conseguido tener audio descripción para ciegos. Cuando la mostré, tuvimos la premiere mundial en Barcelona,. Docs Barcelona, y ahí en el festival los Catalanes me dieron audio descripción para ciegos, pero no he logrado incrustarlo en la película porque es otro paso. Así es que mi próximo paso es mostrársela a ellos. Cuando la mostramos en Santiago, esto fue en Sanfic en Agosto, me conseguí voluntarios que fueran haciendo audio descripción para ciegos atrás. Para mi fue bellísimo, cuando los llamé adelante al escenario, les dije, aquí están mis compañeros de viaje y todos hablaron y sintieron la película suya. Lo más difícil para una directora es cuando le muestras la película al personaje. Me pasó con Juan Pichún, lo mismo. Cuando la hacen suya, uno puede respirar de verdad.
Me llamó la atención que describes todo con un lenguaje muy poético. Como tu eres directora, quería saber como funciona el proceso, sin ver nítidamente, ¿Utilizaste ese lenguaje para dirigir también? ¿Fue esa una herramienta para dirigirte a tu equipo?
Separé un poco el guión porque la narración, y lo que yo cuento era mi momento de soledad, era el momento que yo sacaba mi historia. Separé guión de dirección, en el sentido de que cuando yo estaba sola, yo escribí el guión, pero después simplemente pedí que me entrevistaran y después le puse narración así no más, improvisada. Pero también tenía un guión. Mezclé de todo un poco, porque quería expresar algo de manera que yo pudiera. En el tema edición, yo tengo memoria. Muchas de las cosas que nosotros vemos son memoria. Lo que yo quería expresar con esto eran los colores, la esencia, que la mirada, qué vemos cuando miramos. Cuando yo veía, veía a una persona, su sonrisa, sus ojos, su pelo, lindo, las expresiones, esas cosas muy bonitas. Cuando eso se va perdiendo, tu te vas fijando en otro tipo de estética, como las cosas se van diluyendo, como la imagen se confunde una con otra, como que los objetos se van haciendo lo mismo. Te vas fijando en las voces, te vas fijando en los sonidos, vas perdiendo el miedo de a poquito. Le tienes miedo a la oscuridad y vas descubriendo otras cosas. Entonces eso es lo que quería plasmar en la película de forma visual, los colores, la magia de los colores, los contrastes, las cosas que perdí, las imágenes que se fueron yendo. Pero, cuando uno se despide de algo, uno tiene que reconocer el dolor de la pérdida, porque si no lo reconoces y me hiciera la loca, ay no, que rico ser ciega, mentira, no tiene nada de rico, es doloroso, es fuerte, es duro. Pero también el ir descubriendo, cuando uno se tapa la vista, empiezas a escuchar, empiezas a ver otras cosas, el dar las gracias. Esta película es una oda a la vida, para mi. Es una oda al color, una oda a la imagen, una oda al paisaje, a las calles, a la gente, y por eso es que no es triste, aunque de repente todavía me dan ganas de llorar cuando pienso en la ceguera, pero eso no quiere decir que sea triste.

 
FICHA TÉCNICA COMPLETA
Dirigida por                        María Teresa Larraín 
Guión                                 María Teresa Larraín
Producción                         Ed Barreveld
María Teresa Larraín
Lisa Valencia-Svensson
Dirección de fotografía       Arnaldo Rodríguez
                                           Daniel Grant
Montaje                              Ricardo Acosta
Tim Wilson
Jordan Kawai
Música                                Jorge Aliaga
Sonido                                Daniel Pellerin

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