Crítica de Cine
A 47 Metros: «Enterrados en el suelo marino»
Por Simón Rosenblut
A 47 metros, enterrados en el suelo marino deberían estar esta película y su productor general Harvey Weinstein. Ese era mi pensamiento hasta el minuto 47 donde la historia toma un giro inesperado logrando salir apenas a flote.
Dirigido por el británico Johannes Roberts, cuenta la historia de dos hermanas que están de vacaciones en México ( Claire Holt y Mandy Moore), quienes deciden realizar una inmersión bastante artesana junto a unos jóvenes locales, quedando atrapadas en una jaula de avistamiento, con el oxígeno agotándose y rodeadas de peligrosos tiburones blancos.
Dimension Films y Tea Shop, nos entregan un thriller de mermado terror. Al tratarse de un guión mayoritariamente situado en una celda de 2 x 2 bajo el agua, casi al igual que “Buried” de Rodrigo Cortes, su objetivo narrativo solo funciona si logra hacer sentir al espectador claustrofobia, angustia, encierro, soledad y la aceptación frente al enemigo.
Sin embargo, la profundidad oculta y aterrante del mar, deja poco espacio para un tratamiento narrativo y es muy poca la angustia y encierro que se perciben. Al transcurrir 90% bajo el agua y teniendo en cuenta que las protagonistas cubren sus rostros casi por completo con máscaras de aire, no pueden dar pie a actuaciones importantes. Por lo mismo muchas veces los diálogos resultan obvios y las situaciones más que descifrables.
La película engaña bastante. Uno imaginaría que el tiburón extraterrestre que aparece en el cartel sería quien terminaría por aterrar a las hermanas. Sin embargo, las complicaciones vienen más por las decisiones equivocadas de las protagonistas, lo que generan más rabia que miedo. En cierto sentido me hubiese gustado tener un enemigo más frontal y poderoso que realmente me causara terror. Se me viene a la cabeza el tiburón de «Jaws» (Steven Spielberg) por quien incluso desarrolle un cariño especial.
Con actuaciones y un guión bajo, la propuesta audiovisual no deja mucho más. Propio de una película de bajo presupuesto, la falta de gráficos generados por computador y la banda sonora apática de Tomas Dandy, nos obligan involuntariamente a enterrarnos en este mundo marino galáctico, casi como el espacio sideral de Odisea 2001. Esto último no es malo, si se tratara de un documental de National Geographic, sin embargo hablamos de un largometraje de terror.
Me quedo con el giro en el cierre, la belleza de Claire Holt y con la excelente canción final de créditos de Richard Hawly (Down in the Woods) que casi me hizo olvidar que estuve sumergido en un sala de cine por 87 minutos.
AÑO: 2017PAIS: Reino UnidoGénero: Aventura, Drama, HorrorDIRECTOR: Johannes RobertsDURACIÓN: 89 minutosPROTAGONISTAS: Mandy Moore, Claire Holt, Matthew Modine.