Crítica de Cine “Alas Blancas”: La amabilidad salva vidas

Por Victoria Bustos Arancibia

“Olvidas muchas cosas en la vida pero nunca olvidas la bondad” es el mensaje que mejor encapsula el viaje al pasado por el cual Alas blancas: una historia extraordinaria te guía. Adaptado del libro White bird, continuación de Wonder, el relato sugiere un futuro esperanzador y de redención para Julien, quien en la entrega anterior se había mostrado como un personaje de presencia negativa en la vida del niño protagonista.

J. Palacio, la autora de la saga de libros, introdujo la especial historia de Auggie Pullman, un niño extraordinario, y luego se ha dedicado a expandir ese mundo narrativo a través de otros personajes relacionados con Auggie. Es así como en esta especie de secuela, indagamos en la vida personal de Julien y sus obstáculos al tratar de integrarse en una nueva escuela luego de ser expulsado por su comportamiento hacia Auggie. Pero la verdadera protagonista de esta cinta es la abuela de Julien, Sara, quien durante una visita desde París comparte con su nieto sus memorias de niñez, escondida de los nazis durante la ocupación de Francia en la Segunda Guerra Mundial.

La abuela de Julien pretende generar un cambio positivo en el muchacho mediante su historia personal, revelando aspectos de ella misma en los que coincidía con su nieto, aquellos que se vieron alterados ante la adversidad de la guerra, pero especialmente ante los actos de amabilidad de un compañero de curso, la familia de él (que incluye a Gillian Anderson), y algunos personajes terciarios que ayudan a ocultar a Sara.

La porción del largometraje dedicado al pasado de Sara es el segmento que más brilla e impacta, se toma la pantalla grande y sumerge al espectador. Este punto juega a favor de la tarea de adaptar una novela, el lenguaje visual del medio cinematográfico logra volver tridimensional una historia que sólo se encontraba en las planas de un libro. Sin embargo, el contexto de Julien conversando con su abuela en el siglo XXI queda un poco al aire, no alcanza a conectar con todos los sentimientos que nos producen las vivencias de Sara, y como dispositivo de encuadre queda más parecido al abuelo leyendo un cuento en La princesa prometida (1987) que a Rose contando el magno evento que cambió su vida en Titanic (1997).

Debido a lo anterior, será algo difícil para la audiencia captar esta película como una real sucesora de Wonder, más bien ambas transcurren en un mismo universo ficticio y lidian con temáticas similares de valentía y gentileza entre individuos. Lo que es indiscutible es la pertenencia de la cinta a la carrera filmográfica de su director, Marc Forster, que ha trabajado por igual partida con escenarios en tiempos de guerra como también con historias familiares y adaptaciones literarias al cine, y suelen exploran la lucha interna de los personajes, temas de pérdida, identidad y la búsqueda de significado en un mundo complejo.

Probablemente la experiencia detrás de su equipo creativo es lo que consigue poner en relieve la historia que vive Sara junto al chico que la salvó. Es en esta línea narrativa donde además presenciamos las mejores actuaciones de la película, sólidas, creíbles, con jóvenes intérpretes que prometen bastante y que exudan una química muy tierna. Gracias a ellos, los personajes no se quedan en lo caricaturesco, ni se siente tan larga la película al turnarse de forma equilibrada entre la tristeza y el optimismo. Aunque concebida como una fábula del universo Wonder, su legado y héroes resuenan más cercanos a obras como La ladrona de libros o Donde tocan las manos.

Visualmente, Alas Blancas destaca por su estética cuidada y envolvente. La cinematografía evoca la belleza de la juventud, la esperanza y el amor, contrastando la brutalidad de la guerra con la magia de la imaginación infantil explotando en colores vivos. Los paisajes del pequeño pueblo francés están bellamente retratados como si se tratara de un cuento de hadas, incluso con soldados rondando, y la banda sonora juega un papel crucial acompañando ese entorno.

Puede que la película use un evento de la historia mundial que ha sido ampliamente explotado en el cine, pero éste y otros cuantos tropiezos que apuntan a clichés del subgénero bélico, no interrumpen la entrega de su inspirador mensaje central. Es una exploración conmovedora de las grandes y pequeñas consecuencias de la bondad en el mundo. Se entiende que, a pesar de vivir contextos muy distintos, en épocas muy diferentes, continúa la empatía como un punto extremadamente necesario para la convivencia de la humanidad.

Ficha técnica

Título original: “White bird: A wonder story”

Duración: 120 min

Año: 2024

Género: Drama, Coming of age

País de Origen: Estados Unidos

Director: Marc Forster

Guion: Mark Bomback

Reparto: Helen Mirren, Bryce Gheisar, Ariella Glaser, Orlando Schwerdt

Distribución: BF Distribution

Estreno en salas: 17 de octubre de 2024

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