Crítica de Cine “Babygirl”: No podrás dejar de mirarla

Por Victoria Bustos Arancibia

Con Babygirl, Halina Reijn se adentra en los oscuros recovecos del deseo y la ambición, presentando una película que desafía las convenciones de la sociedad sobre la sexualidad femenina contemporánea, mientras revigoriza como nunca el género del thriller erótico. Con Nicole Kidman y Harris Dickinson coronando el reparto, esta propuesta se ha ganado la atención tanto de críticos como de audiencias desde su estreno en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 2024, y no es difícil entender por qué.

La historia gira en torno a Romy Mathis (Kidman), una directora ejecutiva en Nueva York atrapada en la monotonía de su trabajo y la vida personal, está casada con Jacob (Antonio Banderas), un director de teatro, con quien tiene dos hijas adolescentes pero una vida sexual insatisfactoria. La llegada de Samuel (Dickinson), un joven pasante en la empresa tecnológica de Mathis, desata una serie de encuentros cargados de tensión y exploración de los límites. A través de una relación con tonos de BDSM, Babygirl se convierte en un estudio provocador sobre la búsqueda de la satisfacción personal y la lucha por el control de distintos ámbitos de la vida.

Nicole Kidman brilla intensamente en su papel, entregando una actuación que oscila entre la vulnerabilidad y la ferocidad, demostrando su talento para evolucionar en distintas etapas de su carrera, ahora revelando una faceta en la que se le ve cómoda ante personajes más imperfectos o desagradables. Su interpretación destaca por sentirse auténtica y natural para el complejo personaje que encarna. Kidman logra hacer de Romy alguien tridimensional, cuyas inseguridades y deseos reprimidos resuenan a lo largo de la trama, y cobran sentido incluso entre sus propias dudas, llevando a cualquier espectador a empatizar o entenderla. Además, el casting de la reconocida actriz para Babygirl resulta un acierto total cuando hasta la corporalidad de Kidman y su presentación física aportan en la construcción de Romy, así, de carne y hueso, como una persona que perfectamente podría existir en un contexto real.

Por su parte, Harris Dickinson encarna una figura misteriosa y fascinante, un joven que desafía las expectativas de su entorno y que pareciera sorprenderse a sí mismo de lo que es capaz. El actor logra dotar al personaje de una sensualidad ingenua y aventurera. Su presencia en pantalla es magnética, nerviosa pero imparable. Pero lo más importante, es cómo deja a Nicole Kidman protagonizar cada escena, ser quien lo sienta todo y lo viva en primera persona, mientras que él es más un apoyo activo para representar la conexión entre Samuel y Romy.

A pesar de la disposición de otros talentosos intérpretes en el largometraje, la Romy de Kidman es el pilar de Babygirl, donde se sostiene toda la trama. Lamentablemente cuando Romy no está en el cuadro o su personaje queda relegado a ser una silueta en un montaje de momentos, allí la película divaga sólo en la superficialidad y lo estético, mientras que esos minutos podrían haberse llenado en profundizar la relación con sus hijas, con su asistente Esme, o darle algo de pantalla a Hazel, un personaje con casi nula participación en la película, pero que se indica como alguien sumamente importante para las actividades de la compañía en la que trabajan y para la jerarquización del poder femenino de la cual es parte Romy Mathis. Puede argumentarse que su realizadora opta por una óptica enfocada completamente en la influencia de Samuel en el descubrimiento personal de Romy, y que entonces desde ese punto de vista, se edita recortando todo exceso, temáticas complementarias, o background adicional para el universo en el que nos sumergimos.

La dirección se aparta de las estéticas típicas de Hollywood, optando por una visual más íntima que prioriza las sutilezas y el lenguaje gestual, ésto se funde con un ambiente casi salido de un video musical, sumado a la banda sonora compuesta por el chileno Cristóbal Tapia de Veer, la cual es obsesionante, compulsiva y con textura, digna del estilo que atrae tanto de las distribuciones de A24. La cinematografía se siente casi voyeurista, permitiendo a la audiencia convertirse en testigo hasta de los más bajos susurros y suspiros. La iluminación clínica y fría de los espacios laborales contrastan perfecto con la paleta de luces en tonos fuego que se toman las escenas más encendidas.

Con un guion audaz y atractivo, ocasional humor astuto, una dirección incisiva y actuaciones creíbles, Babygirl es, sin duda, una experiencia cinematográfica intoxicante. Presenta un análisis psicológico súper interesante de la sumisión/dominación, el consentimiento, la manipulación y la moralidad, incitando finalmente un rico debate post función. Quizás no vaya a ser la favorita de todos, pero incluso el público más escandalizado caerá en el juego de suspenso con el que se va desarrollando la cinta, y querrá tener certeza de cómo todo ese exquisito desastre termina.

Ficha técnica

Título original: “Babygirl”

Duración: 114 min

Año: 2024

Género: Drama erótico

País de Origen: Estados Unidos – Países Bajos

Director: Halina Reijn

Guion: Halina Reijn

Reparto: Nicole Kidman, Harris Dickinson, Antonio Banderas

Música: Cristóbal Tapia de Veer

Distribución: Diamond Films Chile

Estreno en salas: 16 de enero de 2025

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