Crítica de cine “Blue Beetle”: Superhéroes con problemática sociales

Por Juan José Jordán

Warner Bros trae al cine a Blue Beetle, personaje de DC Comic, convirtiéndose en la décimo cuarta película del Universo Extendido DC.

Jaime Reyes regresa a su pueblo de Palmera City luego de graduarse de derecho y se encuentra que en su casa las cosas no pueden ir peor: su familia está punto de quedar en la calle por el alza abusiva del arriendo y además debieron vender el taller mecánico, su fuente laboral. Es urgente encontrar un trabajo. Luego de una fallida experiencia en el hotel de la poderosa Victoria Kord, Jaime accidentalmente se topa con un milenario artefacto alienígena que lo transforma: le salen tentáculos y su piel se convierte en una resistente armadura. La familia, horrorizada, no tiene tiempo para decir nada porque sale volando en un primer viaje de reconocimiento para que huésped e insecto comiencen a entenderse; será un largo proceso para que Jaime pueda explotar correctamente todo el increíble potencial del escarabajo. Esto motivará a los de la compañía Kord y en especial a la implacable Victoria a poner todo su empeño en recuperarlo, originando grandes peleas, ideales para ver en el cine. Lo necesitan para que un batallón de hombres-máquina pueda utilizar los beneficios del escarabajo y para eso deben copiar su código. El prototipo de estos soldados es Carapax, hombre de confianza de Victoria que ha trabajado toda su vida junto a la empresa, permitiendo que testeen en su cuerpo.

La película se atreve a tocar temas que no tienen que ver con la clásica película del género. De partida, que el protagonista y su familia sean mexicanos habla de un importante cambio de paradigma. Es un retrato que los deja bien; gente esforzada, ingeniosa, que supera las adversidades sin engañar ni jugar sucio. La influencia y reivindicación de la cultura latina es notable a lo largo de la película, con una serie de referencias incluyendo a Don Francisco junto al recordado Chacal de la trompeta o el hecho de haber decidido terminar con Nada personal de Soda Stereo, canción que para el público norteamericano debe ser bastante desconocida.

Se puede mencionar también el retrato a la diferencia de clases y como los sectores adinerados pueden hacer lo que quieran. Y es que, claro, entre la casa de los Reyes, inmigrantes mexicanos en un pueblo fronterizo de EE.UU. que han debido tomar cualquier trabajo antes de alcanzar cierta estabilidad con el taller y el estilo de vida de los archi ricos, como la de los dueños de la compañía, hay demasiada distancia sin posibilidad de establecer puntos de encuentro. En eso cumplirá un rol importante la sobrina de Victoria Kord, que se acerca con intención de ayudar con todo lo que implica la nueva situación de Jaime. Al conocerse sucede lo esperable: se dan cuenta de que no todos los ricos se extasían con el sufrimiento ajeno, es decir, la diferencia que existe entre tener una idea preconcebida de un grupo de personas y luego entablar comunicación con alguien de ese mismo grupo, derribando así ideas preconcebidas.

Es interesante también el modo en que se pone en perspectiva la idea de maldad, como queda de manifiesto con Carapax. En el transcurso de la película difícilmente podría ser más malo, diciendo las frases que dicen los malditos de adentro como “el amor por tu familia te hace débil”, dicho en medio de una pelea. Pero más adelante nos enteramos que él era un niño en un pueblo al que los norteamericanos bombardean matando a muchos inocentes, con la excusa siempre vigente que luchaban contra el comunismo. Desde ese entonces, siendo muy niño, ingresa a la compañía Kord un poco como conejillo de indias. Es fácil entender que después de tantos años haya cambiado radicalmente y pareciera no quedar nada de sus recuerdos y su vida anterior. Que en una película norteamericana para un público juvenil se hable un poco de la brutalidad del imperialismo estadounidense y su constate ánimo de hermano mayor del mundo es algo que no deja de sorprender.

Se logra un híbrido en donde se pueden identificar distintas influencias. Quizá Robocop sea la que se distinga con mayor claridad con estos seres de uso militar con componentes humanos y máquina. Pero acá, a diferencia de la película de Verhoeven, el estado robótico-insecto no es permanente. En determinadas ocasiones, cuando peligra la vida del huésped toma su cuerpo y se transforma. Además que acá no es tan claro quién manda, todo el tiempo hay una negociación entre la voluntad del ente y la de Reyes, de hecho, esa es la razón por la que nunca liquida a sus oponentes porque Jaime logra imponer su voluntad dejando claro que no es un asesino. Viene a la mente también Alien el octavo pasajero, por el modo en que el insecto entra al cuerpo traspasando la piel. Y es que la primera vez que la familia presencia el espectáculo de la metamorfosis tiene un poco de terror o podría haber tenido si esa hubiera sido la intención. En esta misma línea, se podría relacionar también a Hellraiser de Clive Baker por el dolor que vemos que le causa cuando aparecen los tentáculos y el cuerpo se modifica.

Hay rapidez y muchas escenas de pelea, pero también se las arreglaron para intercalar imágenes con un gran cuidado estético, como cuando el protagonista se encuentra con el espíritu de su padre en un espacio lleno de velas encendidas, que se extienden hasta donde alcanza la vista. Es una toma con la siempre inquietante presencia del fuego, o la llama en este caso, que no tiene los frenéticos cambios de tomas de las escenas de peleas. La rapidez también admite la lentitud.

La historia se puede desarrollar bien porque existe interés en lograr verosimilitud y personajes con sustento. El espectador sabe que nada de eso es real, no existe tal tecnología militar, pero en el universo de la película las causalidades están bien tratadas y los hechos no se desarrollan de forma antojadiza. Lo principal es la familia como núcleo y cómo todos juntos pueden hacer frente a las adversidades. Luego Jaime tiene el encuentro con esta entidad misteriosa que de alguna manera lo escoge como huésped, de la que se enterará que no es posible librarse porque ha comenzado un proceso de simbiosis entre sus células y las del insecto, por lo que tendría que estar muerto para sacarlo y volver a ser quien era, que lo llevará a tener una crisis de identidad y ser aconsejado por su tío a que haga el esfuerzo de aceptar su nuevo ser monstruoso. En el universo de la película esa explicación funciona y aporta que hayan destinado un par de minutos a cerrar aristas esenciales. Lo que sí no se explica muy bien es la mixtura que tiene el Alien entre un ser natural y una conciencia robótica (con la clásica voz de máquina para que uno no se confunda). Se supone que lo encuentran en la naturaleza, entonces todo lo que le hace al cuerpo de Jaime es coherente. Pero eso no explica su componente robótico, a no ser que en el corto tiempo que pasa en la compañía le hubieran hecho alguna modificación, pero no queda claro.

Las actuaciones cumplen. Xolo Maridueña, quien ya había alcanzado cierta fama con Cobra Kai, tiene un sólido debut en el cine en el papel protagónico, logrando la plasticidad física que requiere un papel de este tipo. La familia mantiene una relación distendida, hay bastante humor y parecen relajados. Damián Alcázar, quien ha actuado en varias películas en que se ironiza con la corrupción del Estado, logra un papel de un tipo que no se echa a morir por más adversas que sean las circunstancias. George López, en el papel del tío, juega un rol importante al representar el ingenio y el humor ante todo. Bruna Marquezine como la sobrina de Victoria, funciona un poco como punto de encuentro entre las dos clases sociales y también como la promesa de amor para Jaime. Adriana Barraza, actriz de larga data del cine mexicano, como la abuela, en un papel de una tierna viejecita pero con un pasado revolucionario que le permite manipular armas sin problemas. Mención aparte merece Susan Sarandon como la maligna Victoria Kord. Nada la detiene en sus objetivos, ni la repentina muerte del padre de familia en un operativo militar para dar con Jaime y recuperar el insecto.

Con respecto al título, realmente no se entiende la decisión de mantener el nombre en inglés sin traducirlo. Así aparece en los afiches. No se trata de un concepto filosófico intraducible: es el nombre de un color, blue, que funciona como adjetivo y un sustantivo, beetle. Y queda aún más raro en una película que se encarga de recuperar el legado latino, pero la verdad, al mantener el nombre sin traducción en países de habla hispana, donde probablemente muchas personas no entenderán a la primera qué quiere decir, se está cayendo en la misma pleitesía de siempre que Latinoamérica suele tener con el inglés. Así que nada de cosas y Escarabajo azul.

Una película liviana que se sustenta por sí sola, que no es necesario conocer el resto del universo DC para compenetrarse con la historia. Entretenida, sin demasiado relleno, aunque a ratos las escenas de pelea se extienden más de la cuenta, logra conjugar los superpoderes con una problemática social.

Ficha técnica

Título: Blue Beetle

País: EE. UU.

Duración: 127 min

Dirección: Angel Manuel Soto

Guion: Gareth Dunnet-Alcocer

Año: 2023

Género: Ciencia ficción, Superhéroes.

Elenco: Xolo Maridueña, Susan Sarandon, Harvey Guillén, Raoul Trujillo, Damián Alcázar, Bruna Marquezine, George Lopez, Adriana Barraza, Elpidia Carrilo

Distribución: Warner Bros

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