Crítica de cine “Buena suerte, Leo Grande”: Puro placer

Por Paula Frederick

Así como el cine nunca deja de sorprendernos, tampoco lo hace Emma Thompson. A sus 63 años, la actriz británica sigue construyendo una carrera ascendente, donde siempre brilla aún más que en su película anterior, no importa si es protagonista, secundaria o un personaje fugaz. Y con su interpretación en Buena suerte, Leo Grande, vuelve a superarse a sí misma. Esta vez, al entregarse por entero a un papel hecho a su medida, que fluye con absoluta naturalidad, como si estuviera exponiendo la parte más profunda y neurálgica de su ser. La película de la directora australiana Sophie Hyde, aclamada en el Festival de Sundance y en la Berlinale, parece ser un homenaje a la actriz británica: una audaz, divertida y refrescante mirada al mundo femenino de la adultez, como un tiempo para reinventarse, brillar con luz propia y experimentar cosas por primera vez.

A pesar de todo el camino recorrido, la normalización de la sexualidad femenina, el placer como fin en sí mismo y la exploración del cuerpo, todavía son temas pendientes en la sociedad, el arte y el cine. Por eso, la propuesta de Hyde puede ser vista casi como un acto de valentía: Nancy (Emma Thompson) es una maestra de escuela jubilada, recientemente viuda que, cansada de una vida de sexo rutinario e insatisfactorio, contrata al joven gigoló Leo Grande (Daryl McCormack) para explorar con libertad su sexualidad dormida. En una habitación de hotel anónima, donde se desarrolla toda la película, Nancy se descubre a sí misma a través de los ojos de Leo, primer hombre que ve en ella a una mujer graciosa, deseable y fascinante. Aunque es Nancy quien contrata el servicio, ambos experimentan un aprendizaje mutuo, que los lleva a exponerse frente al otro cien por ciento desnudos. Figurativa y literalmente.

Mientras Nancy asocia el sexo a una emoción negativa, frustrante, a algo utilitario que a su vez causa vergüenza y culpa, Leo enfrenta el placer propio y ajeno con absoluta naturalidad. Pero, aunque trate de ocultarlo, él también trae a escena sus miedos, sombras, asuntos irresueltos que de alguna forma suple con la entrega de satisfacción a otro. Al final, el mayor desafío no será hablar sobre sexo o desnudarse, sino sacarse de encima todas las capas y mostrar su más profunda vulnerabilidad.

El uso de un espacio único como campo de desarrollo, es un recurso utilizado por películas muy diversas entre sí, desde La Soga de Alfred Hitchcock hasta La Celebración de Thomas Vinterberg,  12 hombres en pugna de Sidney Lumet o Carnage, de Roman Polanski. La idea de una realidad claustrofóbica, circular, con un grupo de personajes atrapados en el espacio tiempo que intentan romper el ciclo, pero se ven una y otra vez envueltos en la misma dinámica. Aunque la propuesta de Hyde podría sugerir un planteamiento similar, la directora transforma esa habitación de hotel en un lugar de liberación, donde los encuentros reiterativos entre las mismas paredes impolutas favorecen la naturalidad, la fluidez y el destape absoluto de sus personajes. Esa perfección del ambiente es, a su vez, un reflejo de la versión de Nancy que llega por primera vez a la pieza del hotel: planificada, esquemática, correcta. Todo lo opuesto a lo primitivo y natural una experiencia sexual plena, esa que ella busca experimentar por primera vez.

Así, la directora logra fragmentar una insípida pieza de hotel y lo vuelve un escenario cinematográfico orgánico, transformando el sillón en un lugar completamente opuesto a la cama, al baño, a la ventana. Pequeños espacios de un territorio común que se vuelve un mapa por explorar. Cuyos tonos grises y sábanas perfectas son solo una maqueta, que se contrapone al estado interior, vibrante, gracioso y colorido que revelarán ambos protagonistas.

Buena suerte, Leo Grande no es solo una película sobre sexo, placer y liberación femenina. También explora la estigmatización y precariedad del trabajo sexual, además de abrir una ventana hacia las interrogantes que muchos no se han atrevido a proponer: ¿Es válido trabajar satisfaciendo las necesidades físicas de otros? ¿Existen diferencias entre el modo en que se valora el trabajo sexual femenino y el masculino? Al final, los temas de género pueden extrapolarse a todas las áreas, y replicarse en las diferentes dimensiones de nuestra sociedad. Por eso, siempre es refrescante un punto de vista que traiga nuevas preguntas a la mesa, que abra aristas de reflexión y nos saque de la zona de confort, al igual que a sus protagonistas.

Aunque podría parecerlo, Buena suerte, Leo Grande no sigue las directrices de películas similares que la han antecedido. No tiene que ver con la Julia Roberts que ejerce la “profesión más antigua del mundo” hasta que conoce a un millonario que la rescata. Tampoco con el escort de American Gigolo de Paul Schrader (también interpretado por Richard Gere), un hombre adicto al sexo que se convierte en gigolo para calmar su ansia y obtener algo a cambio. Se trata de individuos cuyo encuentro improbable trae satisfacción a ambos, en pocos encuentros y en varios niveles que nunca imaginaron. Una dupla improbable que se potencia en un espacio protegido, que encuentra sus puntos de unión, su conceso, su forma de satisfacer e iluminar al otro.

Si hablamos de placer, la propuesta de Hyde es una película placentera. En todo el sentido de la palabra. Llena de momentos de emoción, de risa incontrolable e incluso de incomodidad y pudor, pero de esa incomodidad necesaria. Además, despierta una inusitada conciencia del cuerpo, de la propia identidad, de lo rápido que pasa la vida y los momentos de plenitud. Y, por supuesto, nos regala el placer de ver a Emma Thompson en su máxima expresión de genialidad.

Ficha Técnica

Título original: Good Luck to You, Leo Grande

Dirección: Sophie Hyde

Guion: Katy Brand

Música: Stephen Rennicks

Fotografía: Bryan Mason

Reparto: Emma Thompson, Daryl McCormack

Productora: Genesius Pictures, Cornerstone Films

Año: 2022

Duración: 97 min.

País: Reino Unido

Disponible en salas de cine

Distribución: BF Distribution

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *