Crítica de cine “Colette”: La herida abierta de la Segunda Guerra Mundial

 

Por Esteban Andaur

En el videojuego de realidad virtual Medal of Honor: Above and Beyond (2020), la más reciente entrega de la serie Medal of Honor, el jugador avanza y gana acceso a una galería de cortos documentales sobre veteranos de la Segunda Guerra Mundial, la cual provee un contexto fáctico que informa la ficción del juego. El director Anthony Giacchino (hermano del ganador del Oscar Michael Giacchino y compositor de la música de Above and Beyond) plasmó tal rigor cinematográfico en una de sus viñetas, Colette (2020). El corto participó en festivales de cine y como resultado obtuvo su primera nominación al Oscar (Mejor Cortometraje Documental) con un trabajo producido para la industria de los videojuegos.

El filme tiene como protagonista a Colette Marin-Catherine, integrante de la Resistencia Francesa, y que no ha pisado tierra alemana desde el fin de la guerra. Su hermano murió en un campo de concentración. Aquí entra en escena una joven estudiante de historia, Lucie Fouble, quien la persuade de que la acompañe a viajar a aquel campo de concentración en Alemania, y que le cuente su experiencia y cómo su hermano tuvo ese destino.

Colette repasa su vida familiar y no elude detalles agrios, como la difícil relación con su madre, que no ocultaba su favoritismo por su hermano. La persecución política tiene serias repercusiones familiares, aunque las heridas de la familia de Colette son más complejas y no dependen exclusivamente de la guerra. Giacchino crea un retrato íntegro de esta mujer, mostrando facetas de su vida que no suelen considerarse cuando se habla de los efectos de los conflictos bélicos en las personas.

Ella es generosa en entregar detalles de sus quehaceres en la Resistencia, que no se parecen tanto a las acciones emocionantes de películas y videojuegos; ni siquiera se asemejan a El ejército de las sombras (1969) de Jean-Pierre Melville, aunque tal vez las actividades de su hermano sí.

El viaje es duro para Colette: revivir esa historia es revivir su dolor. El llanto y el horror son inevitables. Por predecibles que sean sus reacciones, que dan cuenta de un estrés postraumático no superado, hay una transparencia que permite que su relato de supervivencia adquiera universalidad. El hecho de que Lucie también se ponga a llorar demuestra que estas heridas se traspasan a través de las generaciones y que es probable que nunca cierren del todo. Por fortuna, Lucie es una interlocutora compasiva e inteligente, que contiene a Colette.

El montaje es preciso y el tono es predominantemente expositivo, lo que es adecuado para el propósito biográfico y didáctico del documental. Sin embargo, la película alcanza un momento de pura belleza, cuando Colette realiza un pequeño gesto, a modo de ritual, para preservar la memoria de su hermano. Es conmovedor, porque es aquí donde los conceptos de memoria y supervivencia se fusionan, creando un clímax inesperado y propio de una narración dramática.

1 nominación: Mejor Cortometraje Documental.

FICHA TÉCNICA:

Título: Colette

Dirección: Anthony Giacchino

Producción: Alice Doyard

Casa productora: Oculus y Respawn Entertainment

Duración: 25 minutos

País de origen: Francia/Alemania/EE.UU.

Idioma: Francés, Alemán (Subtítulos en Inglés)

Fecha de estreno: 16 de febrero de 2020 (Big Sky Documentary Film Festival)

Plataforma: Canal de YouTube de The Guardian

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