Crítica de cine “Cómo ser millonario antes que muera la abuela”: El árbol de granadas y la importancia del Anicca.

Por Magdalena Hermosilla Ross

Cómo ser millonario antes de que muera la abuela es una película tailandesa de 2024, escrita y dirigida por Pat Boonnitipat en su debut cinematográfico. La producción estuvo a cargo de GDH, una destacada compañía cinematográfica tailandesa y ha sido bien recibida por la crítica, destacando su capacidad para conmover al público y su exploración de las dinámicas familiares contemporáneas. Ha ganado premios como Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Asia y el Premio de la Audiencia en el Festival de Cine de Nueva York.

La trama sigue a M, un joven desinteresado y mal estudiante cuya única aspiración es convertirse en un famoso streamer de videojuegos por internet, cosa en la que no guarda mucho éxito. Luego de la muerte de uno de sus abuelos, M observa cómo a su prima, quien es enfermera y cuidó a su abuelo en su deterioro hasta el último de sus días, recibe todo su legado incluyendo una gran casa. Al ver esto, M, quien recientemente se enteró del diagnóstico de cáncer terminal de su abuela, decide mudarse con ella, con la intención de cuidarla para eventualmente heredar su fortuna. Sin embargo, a medida que la historia avanza, M descubre el verdadero valor de la familia, el amor y el sacrificio.

En películas tailandesas contemporáneas, los directores tienden a mezclar elementos supersticiosos y espirituales con realismo social o la comedia, como una forma de comentar las contradicciones modernas entre tradición y globalización. Cineastas como Apichatpong Weerasethakaul (El tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas) han elevado esta práctica a niveles poéticos, mientras que otros, como Pat Boonnitipat, lo hacen más accesible a través del drama familiar. Esta película se inspiró en experiencias personales del director al desarrollar el guion, aportando autenticidad a la representación de las relaciones familiares en su cultura. Mediante una representación auténtica y sutil de las creencias, idiosincrasia y costumbres de la familia promedio, la película logra resonar no sólo con la cultura oriental, sino con audiencias de todo el mundo que destacan la universalidad de sus temas.

La película está contada constantemente desde los simbolismos que rodean la muerte, la memoria y la trascendencia. Después de todo, el foco narrativo del filme es el fallecimiento la abuela del protagonista, por lo que esta aura sobrevuela la estética del filme, aludiendo a este evento sobre el cual gira todo lo demás. Al ser la cultura tailandesa un ejemplo del sincretismo religioso y cultural dada la gran migración China, que instaura costumbres que se mezclan con las tradiciones indias y propias –como las del Theravāda y Mahayana que provienen desde el budismo cingalés– el simbolismo del filme está presente no solo como un recurso narrativo, sino también como un reflejo cultural de los valores y creencias tailandeses.

La secuencia inicial muestra una toma de pasto verde y largo meciéndose al viento. En la religión Theravāda, el viento juega un rol fundamental, en especial desde la meditación que permite observar el paso del viento a través del cuerpo con la respiración. La sensación del aire moviéndose está ligada a la representación de la impermanencia (Anicca), es la conexión y certeza de lo efímero. En ese sentido, el movimiento del pasto por el viento que se instaura, no coincidentemente, en la primera escena, nos expresa desde el inicio la imagen de la fugacidad, la adaptabilidad y la fluidez, propias de entender a la muerte como parte de la vida, la existencia como un estado pasajero.

Además, la primera y última escena se condicen en su locación y ritual. Partimos observando un cementerio que la abuela disfruta particularmente por su belleza y paz, recorriendo las tumbas y hablando sobre la importancia de reunirse en torno a los antepasados de la familia, es el Phi Ta Khon (día de muertos tailandés). M escucha aburrido este relato, sin darle importancia, no sabiendo que la próxima vez que se encuentre ahí su abuela estará en una de aquellas elegantes tumbas, habiendo pasado por todo un proceso de autodescubrimiento junto a ella. Esto plantea una teoría de la ciclicidad. La vida y la muerte están en una danza permanente, repitiéndose una tras otra, pero también nos permite el tiempo suficiente para crecer y aprender de esta danza. El ciclo es siempre el mismo, pero nosotros no. Recibiremos nuestro tiempo con la sabiduría de nuestra experiencia.

De la misma forma, el árbol de granadas que la abuela regala a M también es un elemento simbólico. Apareciendo varias veces en el filme pasando desapercibido, el árbol se instala como protagonista cuando el conflicto principal se desata rompiendo el vínculo que M y la abuela habían forjado hasta ese momento. Es ahí que nos enteramos que el árbol fue plantado por la abuela para él. En la cultura budista, los árboles tienen una carga que apunta hacia el renacimiento y el crecimiento. La granada, con su interior lleno de semillas, es un símbolo de fertilidad, abundancia y continuidad de la vida. Ambos elementos juntos nos dan una lectura que puede reflejar la idea de que las acciones generan frutos, afectando el presente y el futuro.

Como espectadores, vemos el momento de las granadas cargados de información que nos hacen apreciarlo de forma distinta, entendemos que la muerte de la abuela es inevitable, que las aprensiones de M con respecto a su futuro y potencial lo retienen, que se está forjando un vínculo que permanecerá en ambos. Este árbol de granadas está cargado de una sensación de legado, no solo en términos materiales que es lo busca nuestro protagonista, sino también en valores, tradiciones y conexiones familiares, legado que M no esperaba encontrar pero que terminará pesando mucho más para él que cualquier suma de dinero.

En ese sentido, el árbol es además crecimiento y transformación, este regalo es un símbolo de invitación que le hace la abuela al protagonista, a alcanzar ese crecimiento personal que caracterizará su desarrollo como personaje a lo largo de la película. Así como el árbol requiere cuidado para prosperar, el protagonista necesita nutrirse, reconocerse y esforzarse para convertirse en aquello que quiere ser. La forma en la que este evento en su vida cambia su aproximación a su relación con los demás, también genera un cambio en la relación consigo mismo y su autopercepción.

Los árboles frutales además tienen asociaciones con la protección o el auspicio espiritual. Al regalarle a M este árbol, se convierte en una forma de pasarle una bendición, un recordatorio que, incluso después de su partida, ella estará acompañándole. No pareciera ser coincidencia, en ese sentido, que el ataúd en el cual la abuela es llevada a su lugar de descanso en el cementerio es aquel de un tronco robusto de árbol que ya ha crecido. Es el árbol una conexión con el ciclo de la vida, una forma de sustentar la tesis narrativa y visual de la película. Este árbol refuerza la idea de la periodicidad, con sus frutos que regresan a la tierra y reinician el ciclo. Esto es M y su abuela, uno de sus frutos. El árbol que creció junto a él será capaz de producir todos sus sueños si es que lo sabe cuidar; y la abuela sabe, después de lo bien que él la cuidó, que M tiene ese potencial. Podría ser una representación poética de la conexión entre generaciones, entre antepasados y su presente.

Como estos hay muchos otros elementos que se muestran en la película que son representaciones simbólicas de su narrativa (el espejo que cruza a los protagonistas cuando llegan a la casa del tío, la arena presente en el terreno, el tren que pasa frente M al final y al comienzo, etc.). En cine, nada es arbitrario, bueno, quizás algunas cosas sí, pero, en general, entendemos que narración y estética están estrechamente relacionadas, pues al contar historias mediante imágenes aquello que se decide mostrar y cómo se decide mostrarlo es una intención que va de la mano con lo que el director quiere que el espectador vea e interprete. Esto es cierto para todo tipo de cine. Ahora, en el caso de Cómo ser millonario antes que muera la abuela ocurre lo mismo, las imágenes y los objetos están cargados de simbolismo que nos hablan de su narrativa, sobre la muerte y la trascendencia, pero además tenemos el elemento de cómo estos objetos y símbolos están insertos en la cultura thai, desde aquellos sincretismos milenarios que datan de una idiosincrasia rica, diversa y muy apegada a su propia espiritualidad.

En este punto me parece fundamental remarcar la importancia de que un miembro de su propia cultura cree un relato en torno a ésta, y las diferencias sustanciales que existen cuando un extranjero lo hace. Es el caso de Wim Wenders con Perfect Days, que, si bien es una película remarcable, sensible y profunda en torno a la experiencia humana, es imposible no establecer la occidentalidad de la mirada frente a la cultura japonesa. Una admiración vacía a un fenómeno cultural que no es propio, mermado por las caracterizaciones del visitante. Cómo ser millonario antes que muera la abuela es todo lo contrario, es la cultura del sudeste asiático mostrada desde la visión de aquellos que la habitan. Tiene un carácter auténtico que solo un local puede darle. Una agudeza de poner el foco de la cámara en aquello que realmente muestra su cultura de forma genuina.

La película logra este cometido al poner un foco especial en los objetos, lugares y rituales del cotidiano. Establecimos ya que este filme es una aproximación a la cultura por medio de relaciones simbólicas en los objetos, lugares y rituales que tienen una connotación espiritual y trascendental, pero también trata con esa misma delicadeza y atención a aquellos que se instalan en la dimensión de lo mundano. En una cultura que proviene del sincretismo entre la tradición y la globalización, la representación fidedigna de ésta desde elementos del cotidiano sólo puede ser logrado a cabalidad por alguien que ha habitado estos espacios físicos y culturales de forma profunda y regular.

Para esto ocupa recursos técnicos que instalan el discurso de lo familiar y lo íntimo, acercando el relato al público desde su propia experiencia. Esto lo hace desde tres tipos de planos que representan tres relaciones dialógicas con distintos niveles de significación desde lo cotidiano: Los planos generales abiertos que instalan los espacios-contextos en los que se desenvuelven los personajes; los planos medios de conjunto cercano que retratan siempre a dos personajes (two shot) que en general, están representados en puntos focales distintos; y, por último, planos detalle que muestran tanto las expresiones de sus personajes en momentos decidores de la acción como una especial atención a los objetos que nos hacen profundizar tanto en la narrativa como en la cultura en la que nos insertamos como espectadores.

En primera instancia tenemos los créditos iniciales, por ejemplo, donde vemos secuencias en planos generales y abiertos de distintos lugares de la ciudad en la que transcurre la historia, vemos el centro de la ciudad, los mercados, las personas recorriendo estos espacios en su día a día, el tren pasando por los puentes, etc. Este tejido documental potencia su cualidad realista. No estamos viendo una historia milimétricamente ficcional, sino una representación ficcional de la vida común, una historia que se inserta dentro del contexto de lo real.

En segunda instancia está la representación de las relaciones familiares de una familia común y corriente de estrato medio, la representación del two shot como encuadre predominante presenta visualmente esta teoría de los vínculos humanos y cómo van evolucionando a medida que se desenvuelven los hechos. M y la abuela siempre están encuadrados de esta forma en sus interacciones, en un inicio dónde uno está más cercano a la cámara y otro en segundo plano, y transformándose en planos donde se encuentran a la misma distancia focal. Esto nos habla de la transformación de su vínculo. Lo mismo ocurre con los otros personajes, principalmente disgregados en primera instancia, hasta formar una relación más cohesionada.

En tercera instancia, esta es una película que, al mostrar la cultura tailandesa a través de sus ritos, costumbres y aquellos valores que priorizan en sus creencias, tiene un elemento bastante observacional que se vuelve importante para remarcar las particularidades de la cultura y que pone el foco en los objetos, que son mostrados siempre desde planos detalle de conjunto cercano. En este eje, la comida juega un rol principal. Es común en el cine asiático ver largas secuencias de preparación de comida, de la mesa servida, de las personas comiendo. Y es que hay tanto de una cultura que se puede observar por medio de su comida, nos explica sus orígenes y su desarrollo con las interacciones de otras culturas cercanas. Los planos a los objetos complejizan el desarrollo contextual, le dan más capas de profundidad.

Todos estos recursos, que intencionan mostrar la cultura desde el cotidiano, propician entablar un vínculo emocional con los espectadores que proviene desde la identificación de nuestra propia experiencia humana, familiar y cotidiana, de aquellas relaciones que compartimos como humanidad a pesar de nuestras claras diferencias culturales. Esta es una película con un elemento comédico predominante, que pareciera prepararnos para la emotividad de su desenlace, nos vemos reflejados en estos vínculos y somos testigos de cómo van cambiando a lo largo del relato. Pasamos de ver a un M desinteresado en todo más que sí mismo, buscando nada más que el dinero de su abuela moribunda, a uno que da su dinero ganado por la posibilidad de cumplir el último deseo de ella. Esto nos conmueve, pues nos interpreta.

La emotividad es potenciada con el recurso de la música, una pieza de piano compuesta por Jaithep Raroengjai, que propone la melodía de forma empática (que guarda armonía con la emoción que produce la acción). Es minimalista, pero está presente durante todo el relato casi sin detenerse. Esto me parece una caracterización interesante, en especial desde el punto de vista de la muerte, la trascendencia y la impermanencia. Su poder para generar una respuesta emocional genuina en el espectador es aterrizado en la simpleza de la composición que, de cierta forma, caracteriza la simpleza del drama al que está aludiendo, la muerte de seres queridos es algo por lo que todos tenemos que atravesar. Esta pieza de piano no necesita de grandes giros para funcionar, porque en su centro se encuentra acompañar un proceso natural de la experiencia humana.

Finalmente, la escena de la muerte de la abuela logra traer al frente todo lo que se venía trabajando desde los diferentes frentes: es simple, emotiva, cotidiana, profunda, simbólica y espiritual todo a la vez. Está trabajada de forma muy interesante. Como en todos los planos de M y la abuela, tenemos un sujeto por delante y otro en segundo plano, pero esta es una de las pocas veces donde el sujeto en segundo plano (M) está desenfocado, sentado al lado de una pequeña lámpara que lo alumbra. Esta es la única luz en la habitación, que está más bien sombría y cubierta de telas que formas transparencias, capas. La abuela es el único sujeto dentro del foco. Todo a su alrededor pareciera estar desvaneciéndose. M se acerca ella, y va entrando en el punto focal, hasta sentarse a su lado, le canta una canción de cuna, permitiéndole dormir en paz. Hay algo ahí en el juego de la luz y el enfoque que habla de la experiencia de la muerte y que está tratada con delicadeza e intención simbólica, y una cierta crudeza realista también. Es una escena simple y a la vez cargada de complejidad.

Estos símbolos que propone Cómo ser millonario antes que muera la abuela, desde el viento, el árbol de granadas hasta la luz y los juegos de cámara, remiten a la importancia que tienen las imágenes en su carácter connotativo en el cine, tanto como a una cultura cargada de significados en los elementos cotidianos que son producto de una historia de sincretismos de costumbres y creencias. Esta fórmula funciona de manera orgánica dentro de la película, por su aproximación desde lo simple e íntimo, no solo para embellecer la narrativa, sino también para enriquecer los temas de conexión intergeneracional, introspección y transformación personal. Estos elementos refuerzan los conflictos y los arcos emocionales de los personajes, mostrando cómo lo cultural se entrelaza con lo universal, permitiendo que un relato que nos podría hacer tan ajeno, se nos hace cercano y sincero. Ese es su poder, fascinarnos con las diferencias culturales de nuestros contextos mientras nos toca profundamente con nuestras similitudes humanas que trascienden idioma, religión y costumbres.

Ficha Técnica

Título original: Lahn mahaka (Cómo ser millonario antes que se muera la abuela)

Año: 2024

Duración: 126 min.

País de origen: Tailandia

Dirección: Pat Boonnitipat

Guion: Thodsapon Thiptinnakorn, Pat Boonnitipat

Reparto: Putthipong Assaratanakul, Usha Seamkhum, Sanya Kunakorn, Sarinrat Thomas, Pongsatorn Jongwilak, Himawari Tajiri, Tontawan Tantivejakul, Duangporn Oapirat

Música: Jaithep Raroengjai

Compañía productora: GDH 559

Distribuidora: BF Distribution

Fecha de estreno: 19 de diciembre en cines nacionales seleccionados

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