Crítica de cine “Nos défaites” de Jean Gabriel Périot: «No hay victoria sin derrota”

Por Paula Frederick

El cine, en todas sus formas e intenciones, siempre se ha sostenido en una contradicción vital: ser y parecer. Captar la realidad en bruto, para luego interpretarla y transformarla en otra cosa. Es en esa dimensión suspendida donde se mueve el documental Nos défaites (nuestras derrotas) del realizador francés Jean Gabriel Périot – film inaugural de FIDOCS 2019- que indaga en esta y otras interrogantes e invita a un grupo de estudiantes de cine del instituto Rolland d’Ivry-sur-Seine ecitan a ser parte del juego. Así, los jóvenes declaman fragmentos de literatura francesa frente a la cámara y reproducen escenas de grandes películas del cine militante del 68, como La Salamandra, de Alain Tanner (1970), Avec le sang des autres, del Groupe Medvedkine de Sochaux (1974), Camarades, de Marin Karmitz (1969) y La Chinoise, de Jean-Luc Godard (1967), mientras reflexionan con textos ajenos sobre problemáticas sociales y políticas, idealismos olvidados, derrotas personales y universales.

A través de su propuesta, Périot busca definir su visión de la sociedad, la política, las luchas pasadas, presentes y futuras, interpelando a los jóvenes que son también su objeto de estudio, como si en el acto de instigar radicara una posible salvación. Las preguntas son simples, la interrogación implacable. ¿Qué significa revolución? ¿Qué es un sindicato? ¿Y una huelga? Las respuestas, a veces complejas, confusas, desconectadas de la realidad; otras, lúcidas en su propia “ignorancia”. Lo de Périot es una provocación, una forma de encender un proceso, un sistema de pensamiento que él considera dormido, que no logra alcanzar. Su manera de captar la realidad es quedándose ahí, en ese espacio suspendido entre ficción y realidad, entre lo que un estudiante lee frente a la cámara, emulando un modo de reflexionar, y lo que verdaderamente piensa o es. Al mismo tiempo, subraya esa confrontación a través del cambio de enfoque, de la elección de un filtro, de una paradoja visual: la imagen en blanco y negro, sucia y granulosa, en los momentos en que se cita un texto, una película, cuando se representa la supuesta claridad y lucidez. Por el contrario, cuando los jóvenes hablan desde la espontaneidad, dejando en evidencia su desconocimiento sobre el tema, la imagen se vuelve nítida, luminosa y saturada, quizás para enmarcar una distancia, un espacio esterilizado de fotogramas pulcros donde no hay cabida para el humo, el gaucho quemado, el olor a barricada y a guerrilla.

Así, Périot no solo construye un relato que siga el flujo de un discurso social o filosófico, sino que elabora una narración ante todo cinéfila, donde escenas emblemas del cine francés del pasado se vuelven actuales, porque a fin de cuentas son atemporales. Y que, a su vez, instalan otro punto de vista paralelo, que reconoce al cine como estandarte visual del mundo de las ideas, reflejo de una época, documento histórico valioso y esencial. Imágenes que hablan también de tópicos atemporales, de inconformismo, de trabajo precario, de sindicatos y huelgas intermitentes. Fragmentos que el director utiliza como herramienta para interpelar a un grupo de jóvenes que viven de la ficción, insinuando que han perdido la noción de realidad. Pero es en esa obstinación por dejar en evidencia una supuesta “ignorancia” donde Nos défaites enfrenta una posibilidad de derrota. Cuando el truco se vuelve evidente, cuando la necesidad deliberada de causar un efecto hace que el proceso pierda naturalidad y se parezca más a la ficción que a la realidad.

La victoria de Nos défaites no se encuentra en sus postulados, en el descubrimiento de una verdad, de un discurso definitivo o un pensamiento absoluto. Su triunfo está en la construcción de una experiencia audiovisual y colectiva, donde todas las piezas forman parte de un proceso creativo y orgánico, que pone en juego un sistema de ideas. Una experiencia documental que recuerda, precisamente, al nacimiento de muchos de los movimientos sociales que son su propia inspiración y que luego se transformaron en clásicos del cine. Un espacio público donde se articula y explota la discusión, no como motor de búsqueda sino como fin en sí mismo. Esa urgencia de reescribir la historia una y otra vez, detrás y delante de la cámara, sin permitir que una victoria nos haga perder el norte, ni tampoco que una derrota nos destruya para siempre.

Duración:100 min

País: Francia

Director: Jean-Gabriel Périot

Productor: Frédéric Dubreuil

Reparto: Swann Agha, Natasha Andraos, Ghaïs Bertout-Ourabah

 

 

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