Por Florencia Ponce
El gran viaje de tu vida, película dirigida por Kogonada, nos lleva a explorar un interesante mundo de fantasía y romance, donde la vida puede cambiar de un segundo a otro, al decidir tomar un desvío abrupto en el camino.
El relato nos lleva a adentrarnos en la aventura de dos desconocidos, David (Colin Farell) y Sarah (Margot Robbie), quienes, luego de conocerse en un matrimonio, se ven atraídos el uno por el otro. Sin embargo, todo se vuelve interesante cuando sus autos, rentados en la misma extraña agencia, los obliga a realizar un viaje en conjunto que los llevará a los momentos y lugares más significativos de sus historias antes de volver a casa. Todo con la consigna de estar listos para hacer el “gran viaje” de sus vidas.
Kogonada nos dibuja un mundo lleno de aristas y simbolismos, que, en primera instancia, resultan difíciles de asimilar. Sin embargo, es ineludible que el principal hilo conductor de todo este entramado es la gran capacidad visual y narrativa del director. Con un ojo crítico y detallista frente a los recursos cinematográficos, que nos ha dejado ver en sus reconocidos video ensayo, logra dotar este film de un cuidadoso tratamiento estilístico. Todo esto a favor de una narrativa caracterizada por la nostalgia. Una nostalgia presente constantemente en la visualidad del largometraje, con momentos de musical alusivos a clásicos del cine, de la mano de una musicalización evocadora y protagonista. Resultando en un recurso que juega a favor del carácter nostálgico que cubre todo el relato de la historia. Ya que, mientras deambulamos por distintos momentos en la vida de los personajes, nos introducimos junto a ellos con sentimientos de añoranza y arrepentimiento. Todo sensiblemente tratado, en una coreografía cinematográfica que funciona delicadamente en relación a lo que se quiere lograr en el espectador.
Por otra parte, algo interesante en el relato, es la idea del “fingir”. En distintos momentos del largometraje, los personajes hablan de fingir, actuar o interpretar un papel en la vida. Incluso un curioso personaje interpretado por Kevin Kline, que administra la agencia de arriendo de autos, indica que “a veces hay que fingir para llegar a la verdad”. Luego de esto nos vemos transportados visualmente hacia una pantalla donde los actores se encuentran en una posición y espacio que nos recuerda al teatro contemporáneo, cuya escenografía resulta similar a una obra de arte que previamente han observado. Esto nos lleva a entender, que en todo este “gran viaje”, nuestros personajes tomaron la decisión de actuar con el fin de conseguir respuestas, incluso llegando a momentos donde era necesario cambiar de roles para poder decir, y finalmente escuchar, aquello que pensaban y sentían.
Si bien a ratos, el guion carece de profundidad en ciertos aspectos de la vida y psiquis de los personajes, quitándoles dimensión y consistencia. Impide que el espectador pueda alcanzar ciertos niveles de empatía, especialmente por la falta del tiempo adecuado para entenderlos, debido a la gran historia que se intenta contar. Igualmente, de alguna forma, esto nos sirve para caracterizarlos como personas comunes y corrientes. Lo cual nos permite igualmente adentrarnos en la reflexión a la cual nos guía el film, intentando motivarnos a abrazar todos los momentos que nos forjan: las conversaciones difíciles, las veces en que nos han roto el corazón, las pérdidas, las despedidas y los nuevos comienzos.
Es así, desde una construcción de relato que en algunos momentos se vuelve un poco experimental, nos adentramos en temáticas atemporales. Como la vida simbolizada en un viaje, uno que a veces pierde dirección luego de vivir ciertas cosas que merman la energía y el sentido. Esta historia nos recuerda que hay veces en que es necesario recordar y revivir ciertos momentos, retroceder al pasado con ojos del presente para poder encontrar fuerzas y avanzar.
A pesar de la historia contada y sus motivos interesantes, lo más destacable de la obra sigue siendo la labor realizada por el director, quien logra darnos un ambiente visual delicado y significativo. Cuidando detalles pequeños pero significativos, incluso como el color en los atuendos de los personajes, simbolizando constantemente su tránsito entre la complementariedad y la oposición a través del rojo, a veces anaranjado y el azul. Con una gran cantidad de detalles de similar sutileza Kogonada hace gala de un estilo cinematográfico que ha comenzado a adquirir una firma de autor. Manifestando sus prioridades estéticas, que permiten que el proyecto adquiera una dimensión más interesante y profunda.
Ficha Técnica
Título Original: A Big Bold Beautiful Journey
Dirección: Kogonada
Guion: Seth Reiss
Distribuidora: Andes Films
Reparto: Colin Farrell, Margot Robbie
Año: 2025
Duración: 120 min
Estreno en salas: 18 de septiembre, 2025