Crítica de Cine “El Gurú” de Rory Barrientos Lamas: “lo épico de la cotidianeidad”

 

Por Paula Frederick

Carlos Ruiz, el gurú de esta historia, vive en el tiempo suspendido del propio documental que lo retrata. Con un ritmo lento y contemplativo, a pesar de la potencia y la energía liberada que conlleva su pasión -el boxeo-, el protagonista se toma su tiempo, mira a su alrededor sin apuro, contiene el ansia y las expectativas que parecen generar cada uno de sus movimientos, se enfoca en su objetivo en silencio. Carlos tiene 28 años, vive en Chiloé y trabaja como obrero en una industria de alimentos para salmones de Castro. Su historia conjuga épica con cotidianeidad: en sus tiempos libres, se prepara a retomar su carrera como boxeador profesional, con miras a alcanzar el sueño de disputar por primera vez un título internacional.

El Gurú, del director chileno – oriundo de Chiloé- Rory Barrientos Lamas, tuvo su estreno mundial este año en la Competencia Internacional Burning Lights. Luego de participar en diversos certámenes, como el Festival Visions du Réel (Suiza), el Festival de Cine Latinoamericano de Sao Paulo (Brasil), en la Competencia Largometraje Chileno de FICVALDIVIA y en la competencia oficial del Pacific Meridian Festival de Vladivostok (Rusia)- donde obtuvo el Premio especial del jurado -, vuelve a su tierra y se estrena en salas alternativas a lo largo del país. Su narrativa, de imagen en blanco y negro, silencios prolongados y fijación por los detalles, se construye como si fuera ya parte de un pasado mientras vive su presente. Y al mismo tiempo, se enfoca siempre en el futuro: en la pelea que viene, en el triunfo que podría llegar, en la posibilidad de salir de la isla para expandirse y encontrar nuevos significados más allá de sus fronteras.

El relato en dos tonos, los primeros planos obstinados de un guante o una cuerda que tiembla en un ring, la cámara que sigue el trote matutino de Carlos o a las personas que lo circundan en sus batallas diarias, como testigos anticipados de un posible triunfo y también de la posibilidad de derrota; fragmentos de un relato hecho de extractos de realidad, que se deconstruyen y crean una dimensión paralela. Como si se quisiera destacar una atemporalidad y también subrayar la importancia del proceso en el retrato de una historia. Poner en relevancia los gestos y las miradas, intensas o ausentes, los diálogos cotidianos, silenciosos o abundantes, las luces y las sombras, como parte de un engranaje que sostiene su movilidad en los contrastes.

Aunque la cámara se mantiene como un espectador que apenas interviene, empeñado en captar la realidad en bruto y dejar que hable sola, las preguntas surgen inevitablemente. ¿Qué significa ser profeta en tu propia tierra? ¿Cómo llevar el triunfo, o la posibilidad de la victoria, fuera de tu territorio? Y más que nada, ¿por qué vale la pena contar esta historia y no otra? Quizás su valor radique en ser precisamente un relato de transición, cuyo interés se encuentra en el proceso, en el cómo se construye un camino, o una quimera. Detenerse y dejar suspendido un fragmento de realidad, aunque se arriesgue a quedar en el terreno de la posibilidad.

Lo cierto es que después de ver El Gurú, la sensación que queda, además de un cierto cansancio frente a la imagen saturada en blanco y negro y la repetición de algunos recursos, es que no importa demasiado dónde llegue el protagonista, o cuántas batallas le queden por ganar, dentro y más allá de la isla. Lo que queda es la conciencia de haber visto un poco de intimidad real, una lucha interna representada por un entorno, que transcurre en su propio tiempo y espacio, donde no existen héroes, víctimas o vencedores, ni siquiera gurús. Simplemente, otra historia que merece ser contada.

El Gurú
Director: Rory Barrientos Lamas
País: Chile
Año: 2019
Duración: 70 minutos

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