Crítica de cine “El Intérprete”: Un viaje para cerrar ciclos y dolores

 

Por Javiera Hojman

Nada más clásico que la historia del viaje. Esta película, como tantas otras, es una road movie que describe el viaje físico que hacen dos personas, pero además el viaje espiritual, emocional y de cierre para la historia de dos personas cuyas vidas estaban entrelazadas desde lo más absurdo. El intérprete es una película eslovaca que, también como tantas otras, habla de las crudas consecuencias de II Guerra Mundial para dos familias muy distintas.

El filme empieza con Alí Ungar con una pistola en el bolsillo, llegando a la casa donde se supone que vive el Subcomisario de la GESTAPO que mandó fusilar a sus padres. Le abre su hijo Georg, cuyo padre había muerto años acá. De alguna forma, Georg y Alí emprenden un viaje por Eslovaquia, donde Alí hace de traductor y busca pistas de la sepultura donde estaban enterrados sus padres y Georg intenta reconectar con su pasado recorriendo los lugares que mencionaba su papá en las cartas que le mandaba cuando era un niño. Ambos viajan en un auto siguiendo el recorrido del mismo hombre, familiar de uno, destructor de la vida del otro.

Dos viejos mañosos encerrados en un auto. Uno de ellos es suave, tierno, viudo, y con una gran cantidad de heridas emocionales; el otro es divertido, extrovertido, bromista, y coquetea con treintañeras. Escuchar diálogos en que comparan cuáles son las enfermedades que ya tienen, en que Georg les dice a dos mujeres que Alí es su gemelo, y también sus historias familiares, no solo te mantiene entretenido, sino que además va pavimentando el camino al tipo de relación que establecen a lo largo de la película. Los puntos de choque de sus personalidades se hacen evidentes, y por un largo rato vi la película esperando que llegara la gran pelea.

El intérprete también se puede encontrar traducida como Sin olvido, que me parece un título mucho más apropiado. El hecho de que el protagonista sea traductor es importante, sin duda, pero lo que es fundamental es la forma en que los personajes están ligados por los recuerdos duros que no pueden olvidar, que marcan sus vidas y definen sus formas de ser.

Hay un bastante buen equilibrio entre los temas difíciles de la vida, la muerte, el suicidio, la depresión, y el sentido del humor que aparece cada cierto rato y resulta enternecedor. También hay algo enternecedor -y un poco estremecedor- en la vejez misma, en estos dos personajes que recuerdan a los abuelos (probablemente alguno de los dos nos recuerda a alguno de nuestros abuelos).

Dentro de tantas historias de viajes, tantas veces que hemos escuchado el concepto de “el viaje del héroe” como estructura de los libros, en este hay algo muy distinto. Los héroes de las epopeyas viajan para aprender, para cumplir objetivos, para prepararse para la vida. Aquí vemos el viaje de dos hombres que no tienen la vida por delante, que todo lo que tienen por delante son sus recuerdos, la certeza de la muerte y la pregunta de qué hacer para que lo que les queda de vida se les haga menos duro. Es una pregunta que no toca el tema de la vida que les queda, sino de las ganas que tienen de vivirla, y admito que tocó una de mis fibras sensibles.

Ficha técnica

Título original: “Timocnik”

País: Eslovaquia

Director: Martin Sulik

Duración: 113 minutos

Productora: Titanic Infilm

Elenco: Peter Simonischek, Jiri Menzel, Zuzana Maurery

Plataforma: Arcadia Films

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