Por Coté Álvarez Franco
Vaya que es difícil vivir en Sudamérica. La desigualdad, la impunidad, la corrupción, el clasismo, el nepotismo. Las grandes esferas históricamente manchadas de malas prácticas que no vislumbran cambios en el horizonte, porque es dentro de esas mismas esferas que se toman las decisiones. Los ricos haciéndose más ricos y los pobres con el riesgo de no llegar a fin de mes respirando en la nuca. La delincuencia y la ley del más fuerte. Realidades que trascienden fronteras, el común denominador, el carácter identitario que tristemente nos unifica. En El motoarrebatador es Argentina, pero fácilmente puede ser otro lugar de la región.
En este marco conocemos a Miguel (Sergio Prino), un ladrón motochorro que, durante un accidentado asalto, lastima más de la cuenta a la víctima. El sujeto queda culposo, por lo que la va a ver al hospital y descubre que la mujer, que supuestamente se llama Elena, es empleada y no parece tener más familia que un perro y un gato, quedó con graves heridas y la memoria trastocada. Enfrentado a esta nueva información, Miguel, que es padre de un niño pequeño, no tiene casa y sobrevive al tres y al cuatro, se aprovecha y se hace pasar por su cordial inquilino.
Tras Los dueños (2013), Agustín Toscano vuelve a aliarse con Sergio Prino, Liliana Juárez y Daniel Elías para armar juntos un estudio subjetivo y heterodoxo de la pobreza contemporánea en este lado del globo. Continuador del Nuevo Cine Argentino en su cercanía al neorrealismo, pero con un discurso social más concreto, el filme es leíble como una respuesta a, por ejemplo, la pragmática Rapado (1992) de Martín Rejtman.
A diferencia de su cinta anterior, que es una representación de choque de clases que se anticiparía a Parásitos (2019), aquí el enfrentamiento es entre los mismos pobres. Ilustrando los dichos “cada cual se rasca con sus propias uñas” y “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, Miguel, al tiempo que cuida de Elena en un ambiguo intento de redención, no tarda en darse cuenta de lo improbable es que ella, de evidente origen humilde, sea dueña de su casa por sus propios medios. Esta cadena de crímenes, que está insertada en un país donde los atracos figuran con frecuencia en las noticias, adopta un tinte de normalidad que en otras latitudes no sería tal. Pero las leyes de la decencia no aplican por acá.
La película no persigue la empatía por Miguel; de hecho, no se le ve esforzándose por una salida honesta a sus problemas y su ayuda a Elena no es desinteresada. Lo que sí se explora, son los motores que llevan a las personas a tomar decisiones torpes, egoístas, antiéticas, o derechamente delinquir. En esta ocasión es el cuidar de un hijo y asegurarse un techo, pero la propuesta es que estas urgencias no son separables de su contexto. ¿Podría Miguel no ser un descriteriado si el Estado argentino se hiciera cargo de sus carencias? La pregunta, sin ser contestada, sí queda planteada.
Prino y Juárez son una dupla que toca todas las teclas; son espontáneos, terrenales y dan vida a sus personajes sin prejuicio ni lástima ni tampoco romantización. De esta manera, aunque palpitamos la historia desde el punto de vista de Miguel y, por ende, hay un sesgo inevitable en el lente, el actor y el director hacen coexistir su identidad criminal con su lucha. Por su parte, Juárez es indefensa e ingenua de un modo casi sospechoso, cuestión que cuaja conforme las similitudes no dichas de Miguel y Elena les van forjando un vínculo inusitado que, al final, tiene todo el sentido.
Ganadora a Mejor Película de Sanfic, El motoarrebatador desafía a seguirle los pasos al delincuente que te pudo haber arrebatado el celular en la calle y ver su cuestionable versión del arrepentimiento. La clave de su triunfo es que no manipula a solidarizar con él, sino que simplemente localiza sus motivaciones en un escenario tan bruto y pedregoso como sus decisiones. Un retrato agridulce de este pueblito al sur de Estados Unidos.
Ficha Técnica
Título original: El motoarrebatador
Año: 2018
País de origen: Argentina, Francia, Uruguay
Director: Agustín Toscano
Reparto: Sergio Prina, Liliana Juárez, Daniel Elías
Duración: 90 min.
Plataforma: Mubi