Por Isabel Agurto
Casi cinco años han pasado desde aquel 18 de octubre de 2019 en que Chile tuvo una especie de burnout, o así podríamos llamarlo si Chile fuese una persona; sin embargo, como país decimos que hubo un “estallido social”. Saltó la tapa de la olla a presión y para muchos fue sorpresivo, no lo vieron venir. La olla hirvió hasta que el agua se consumió y se empezó a quemar todo. Lo que vino después es probablemente más difícil de entender que el estallido mismo: votaciones tras votaciones, agotamiento, una pandemia, por si fuera poco, arreglos administrativos para restablecer el orden, nadie podía estar seguro de cuál era el mejor camino, pero había que seguir.
El que baila pasa es una película documental que aborda esta compleja problemática y logra resolver de una manera inesperada, impresionante y, sobre todo, creativa, lo vivido entre los años 2019 y 2023 que culminó con el rechazo definitivo a cualquier cambio constitucional.
Es importante enaltecer el trabajo realizado por sus creadores, Carlos Araya Díaz, director y co-guionista, María Paz González, productora y co-guionista y José Manuel Gatica, encargado de musicalizar magistralmente este filme.
El documental es un montaje compuesto de videos grabados con celulares en formato vertical que dura una hora y diez minutos. ¿Te imaginas ver una película en formato tik tok? Hay gente que lo hace y en videos fraccionados de películas que no fueron hechas para ese formato, pero para mí era algo nuevo y, al principio, me resultó un poco incómodo, no obstante, el guion está tan bien construido que el formato angosto dejó de importarme pasados unos minutos.
La historia que relata este estallido y proceso constitucional fracasado trata sobre un fantasma que reencarna en un conserje de edificio que duerme durante su turno y sueña con Chile. El fantasma no se siente a gusto en esta reencarnación, siente como si su mente o su alma no se lograra conectar con el cuerpo, una buena analogía de esa contradicción entre sentirse tan chileno y a la vez querer salir arrancando de este país.
Entonces, el fantasma sale en busca de un profesor a quien conoció en su vida pasada, que piensa podría ayudarle a resolver su conflicto. Antes, va donde un doctor cuya terapia es mostrarle Chile a través de videos virales, donde se va encontrando con otros espíritus reencarnados que deambulan por este país convulsionado. Magnífico. Es tan creativo y tan evidente que para comprendernos y “terapearnos”, para poder unir la cabeza con el cuerpo, necesitamos entender nuestro entorno, de dónde venimos, y Chile, el paciente, se ha caracterizado por no querer mirarse ni aceptar sus contradicciones que van desde su composición geográfica hasta el querer cambiarlo todo, que no quede títere con cabeza y tres años después, decidir que mejor no, que estamos bien así.
Además del formato y la creatividad de su guion, de los textos y hashtags que acompañan las imágenes que nos invitan a reflexionar sobre nuestro país ambivalente, una gran protagonista de esta película es la música. Música original de José Manuel Gatica que cuida y enriquece los momentos más hilarantes, los más crudos y también los reflexivos. Definitivamente la música está viva en este relato, tiene un punto de vista y una opinión. Es un personaje protagónico.
El texto que acompaña las imágenes, que nos va contando la historia de este fantasma errante, es tan bueno que si fuera una novela yo la leería o también podría transformarse en un cómic que compraría. Tiene valor por sí solo y aun así no le resta a las imágenes. Música, texto e imágenes funcionan como una excelente composición.
En este documental no hay épica “octubrista” ni ánimo de derrota. Son imágenes captadas por chilenos y chilenas con diferentes sentires respecto de lo que ocurría y están expuestas para el análisis de la audiencia. Cada uno, desde su propia posición verá qué recuerda, qué emociones revive, qué resulta hoy gracioso o da un poquito de vergüenza ajena (o propia), qué estuvo mal, qué faltó, qué sobró, a fin de cuentas ¿qué fue todo eso? ¿acaso el sueño de un conserje aburrido?
Si bien El que baila pasa va a poder ser vista, probablemente, en los celulares, en un futuro próximo, debido a que su formato se podría adaptar muy bien, recomiendo no perderse la oportunidad de verla en cines, no porque se necesite una pantalla grande, sino para vivir la experiencia en colectivo y poder así concluir o iniciar un duelo catártico y necesario.
FICHA TÉCNICA
Título: El que baila pasa
Dirección: Carlos Araya Díaz
Guion: Carlos Araya Díaz y María Paz González
Producción: María Paz González y Carlos Araya Díaz
Montaje: Carlos Araya Díaz
Música: José Manuel Gatica
Postproducción de imagen: Cristian Nawrath (Color Haus)
Postproducción de sonido: Roberto Espinoza (Sonamos)
Casa productora: María una vez
Producida en: Chile
Duración: 71 minutos
Coordenadas
Estreno jueves 13 de junio de 2024 en Red de Salas de Cine y salas comerciales.