Crítica de Cine “El Viaje de Monalisa”: Dolor y sexo desde las calles de Nueva York

Por Pilar Alcántara

Con motivo de un trabajo colaborativo entre Matucana 100 y la Embajada de Colombia, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se realiza la muestra de destacadas películas de directoras colombianas y chilenas hasta el 20 de marzo en este centro cultural.

La cinta El Viaje de Monalisa es basada en la historia de Iván Ojeda, artista escénico chileno, que en 1995 es invitado a Nueva York a estudiar, por un mes, en el New Dramatist como resultado de una exitosa carrera teatral. Sus comienzos creativos comienzan en la escuela de teatro de la Universidad de Chile, con una dramaturgia marcada por la homosexualidad.

Pasado el mes en EEUU, Iván decide no regresar a Chile, lo que significó quedar indocumentado e invisibilizado, sin trabajo o beneficios sociales, en una ciudad, donde previo a la caída de las torres gemelas, la noche era más luminosa que el día. Luego de 17 años que Iván no puede viajar a Chile, una compañera de la escuela viaja a Nueva York y decide ubicarlo para reencontrarse, momento en que Iván junto a Nicole Costa develará el camino recorrido en la búsqueda de su identidad que lo llevó a la liberación, transformación y descubrimiento de Monalisa, convirtiéndose Nueva York en su nuevo escenario.

La recopilación de registros y material de esta cinta llevó 7 años de trabajo colaborativo donde destaca el rol de Mauricio Rodas “La Máxima”, compañera de Monalisa que registra con su cámara diversos momentos de la cotidianidad y logra tener material inédito documentando; noches de trabajo, fiesta, proyectos, locuras y aventuras de estas dos amigas, prostitutas latinoamericanas, brillando en la noche neoyorkina como ángeles callejeros.

Dentro de la propuesta llama la atención el uso de los audios de grabaciones de una contestadora telefónica. Por medio de ellos, se presentan los personajes y se evidencia el proceso nutriendo de realismo a esta cinta documental.

Temáticas como el amor, la soledad, el consumo de drogas, la muerte, la lucha por la residencia, el vínculo familiar son los que aborda esta película chilena. Los efectos de estos factores, como es la falta de estabilidad económica, vulnerabilidad social y el impacto que provocan a nivel emocional, reflejado en una conducta inestable e intermitente, es lo que le impide a Monalisa asumir un compromiso laboral de forma responsable.

Monalisa se reconoce en un cuerpo intoxicado, con una dramaturgia del dolor y del sexo desde las calles de Nueva York, pero la búsqueda de libertad la motiva a luchar por obtener la residencia, porque el personaje nace en Nueva York y lo considera un derecho. Pero Iván y Monalisa surgen por separado, nacen en etapas distintas, por lo que son dos personajes unidos en el mismo cuerpo, pero no son un solo sentimiento. Hay una relación de dependencia emocional y económica, dualidad que lo distancia. Si bien su historia es atractiva y mantiene la atención del espectador, carece de contundencia desde lo poético y político como causa individual, ya que él mismo la define como su mejor amiga y enemiga.

La tomas de primer plano y los registros audiovisuales de baja calidad, como recurso, son interesantes, ya que refleja la historia de transformación de Iván Monalisa que mantiene la atención del espectador. Durante el proceso, la directora chilena comparte el material recopilado con los guionistas Pablo Illanes y Pedro Peirano, con el objetivo de valorar de forma profesional el trabajo de Monalisa. Es interesante lo que sucede en la reunión de presentación, que podemos ver en la cinta, ya que queda plasmado el prejuicio, al plantearle conceptos de su trabajo asociado a la decadencia del mundo de la prostitución y situándola desde una condición de renegada social, como aspectos destacables en sus escritos, a lo que ella indignada responde: “Lo que ella necesita se lo da la calle, y no comparte su mirada lastimera”. No es lo mismo ser un artista gay chileno de vacaciones en Nueva York, que ser prostituta travesti chilena indocumentada, que solo reafirma la desconexión de la misma comunidad.

La película aborda la precariedad del backstage que acompaña a la Monalisa, donde nace libre y sin tabúes sexuales, a la distancia alejada de familiares, amigos y de la sociedad chilena de los noventa.

El trabajo de la Monalisa, tiene como resultado el lanzamiento de un libro de cuentos, que reúne a través de 22 años de trabajo.

Como comentario aparte, cabe mencionar, que las sillas utilizadas en la explanada de Matucana 100 durante esta proyección, son incómodas, lo que al final pasa a ser un aspecto relevante de la experiencia de la función.

Ficha Técnica

Título original: El Viaje de Monalisa

Año: 2019

Duración: 92 min

País: Chile

Dirección: Nicole Costa

Guion: Daniela Camino, Nicole Costa, Melisa Miranda

Investigación: Ignacio Concha

Productora: Coproducción Chile-Estados Unidos; Mimbre Producciones

Producción: Daniela Camino, Gregory Costa

Música: Kato Hideki

Género: Documental

Dirección de fotografía: Nicole Costa, Mauricio Rodas, Tevo Díaz

Dirección de arte: Simón Jarpa

Montaje: Melisa Miranda

Sonido: Sonamos

Distribución: Storyboard Media

 

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