Crítica de cine “Ema”: La película más atrevida de Pablo Larraín

 

Por Vanessa Vidal

Pablo Larraín vuelve a filmar en Chile, esta vez para llevar a cabo su octava película Ema, en la ciudad de Valparaíso. Mariana Di Girolamo y Gael García Bernal, dan vida a Ema y Gastón, un matrimonio que devuelve al niño colombiano que adoptaron, el fallido proceso de adopción. A través de la danza y el ritmo del reggaetón, conoceremos sobre la disfuncional relación de estos personajes, su entorno y la forma que tiene Ema de regresar todo a la normalidad.

Es difícil ordenar todos los elementos entregados en la película. Si bien es cierto, la historia puede ser reducida a una frase, es la forma lo predominante en esta cinta, que deja entrever una visión desconocida e incorrecta, quizá, de Larraín. No deja de ser simbólica, extrañamente entrañable esta obra mucho más experimental y de autor. Entrega una sensación rara y extravagante, difícil de digerir, que puede gustar o de lleno, ser de total desagrado.

Alejado de lo convencional y conservador, un gran director chileno, reconocido internacionalmente se arriesga y se agradece. Primero, porque es inherente al ser humano el descubrir y crear nuevas formas, expandir los propios límites y en este caso, qué mejor que a través del arte, subsanar la fugaz existencia, dejando un legado donde las reglas se rompen, pudiendo ser incorrecto para algunos, admirado por otros. Segundo, porque pone sobre la mesa temas sociales e incluso, políticos, como lo es la adopción fallida; otros no políticos y si sociales, humanos, el sexo. El sexo como liberación, purificación que, a su vez, es contrapunto y antagonista de estos mismos conceptos que se enorgullece tratar. Si se es conservador, será un pecado garrafal, pero si hay predisposición a ver la película con más libertad, puedes disfrutarlo, como Ema. Tercero, porque como cualquier exploración autoral, es también, una exploración para los espectadores. Es una invitación a sentir.

Llena de simbolismos, relaciones con el mar, el fuego. Lo amplio y vasto del océano y su puerto, versus los callejones, miles de escaleras y vaivenes de Valparaíso, son algunos de los contrastes que trabaja esta película. Una de las visiones del reggaetón es explicada literalmente por Gastón, versus la de las bailarinas amigas de Ema, generando una contraposición rítmica y moral evidenciada durante la película. Esto es explorado con una exquisita banda sonora, en donde una de las canciones dice “entre tu cuerpo y el mío hay universos que debes ver” es tal vez, por qué no, la premisa de este nuevo universo. Mientras otra línea “mi lucha es real” pareciera ser el mantra de Ema. Cada secuencia está claramente diseñada cinematográfica y musicalmente, generando una inmersión en estas partes y notando en ocasiones los finales, para dar inicio a nuevos ritmos narrativos. Todo esto, acompañado de actualidad y realismo en la puesta en escena, proyectando en cada personaje una particularidad estética, dando vida a increíbles y particulares personajes secundarios, como el de Amparo Noguera y Catalina Saavedra, por nombrar algunos.

Mariana desarrolla un personaje divino, una parte de ti necesita odiarla por las decisiones que toma, mientras otro intenta cobijarla y descifrar qué le ocurre internamente. Está llena de matices que hipnotizan. Se describe ella misma como “amor”, en una ocasión, y “odio”, en otra, reformulando estos aspectos en una sensible y seductora Ema. Toma las riendas de su vida y moviliza a los otros como quiere, es capaz de controlar el fuego y el mar, sin quemarse ni ahogarse. No es casualidad que la acompañemos constantemente viajando, en distintos medios de transporte, en colegios, en los rincones de Valparaíso, en los cuerpos de Gastón, su marido, entre el matrimonio de Aníbal (Santiago Cabrera) y Raquel (Paola Gianini), en la piel de su grupo de amigas y cuántos otros más.

Dentro de este nuevo mundo, juvenil, neón, erótico, encontramos a Pablo en sus azules, en los atardeceres y amaneceres fríos; en los planos frente a sus particulares personajes explorando sus silencios, sus diálogos, sus mentiras, sus verdades, exponiéndolos en su miseria y su valentía; en el claro movimiento y pausa; en el ritmo sereno que nos sacude de unas cuantas verdades que preferimos mejor no saber.

Estrenada en el Festival Internacional de Cine de Venecia, exhibida luego en Toronto, TIFF 2019. Estreno en nuestro país el 26 de septiembre.

Dirección: Pablo Larraín
Producción: Juan de Dios Larraín, Fabula Films, Bandera de Chile
Guion: Alejandro Moreno, Guillermo Calderón y Pablo Larraín
Música: Nicolas Jaar
Fotografía: Sergio Armstrong
Montaje: Sebastián Sepúlveda
Protagonistas: Mariana Di Girolamo, Gael García Bernal, Cristian Suárez, Santiago Cabrera,
Paola Gianini.
País: Chile
Año: 2019
Duración: 102 minutos

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