Crítica de cine “Family Romance, LLC”: El arte de inventar la realidad

 

Por Valentina Gilabert

“Me acabo de encontrar con algo increíble” fue la frase con la que Roc Morin capturó la atención de Werner Herzog. Quien había sido su alumno en la escuela de cine Rogue Film School se encontró con un inusual negocio que estaba muy normalizado en Tokio y que parecía perfecto para hacer una película. Morin no se sentía listo, pero se lo comentó a Herzog para trabajar juntos. Así surgió la idea de Family Romance, LLC, el último largometraje del director y guionista alemán estrenado en Cannes 2019.

Un hombre se presenta frente a una niña como el padre que ella nunca conoció. El hombre es un impostor, un actor, a quien su madre contrató para dicha tarea. El hombre pertenece a Family Romance, una compañía de arriendo de personas que existe en la vida real y también en el filme. Una trama que hace que la película fluctúe todo el tiempo entre la ficción y el documental, cosa que no sorprende viniendo del siempre controversial cineasta Werner Herzog.

Es difícil resumir la trayectoria de Herzog, pero en más de medio siglo de carrera la variedad de sus trabajos habla por él. Desde dirigir a un grupo completo de actores con enanismo en También los enanos empezaron pequeños (1970) o al mismísimo Christian Bale en el drama bélico Rescate al amanecer (2006) hasta asumir la dirección de escena de la ópera Parsifal en el Palau de les Arts Reina Sofía en España en 2008. A la fecha ya cuenta con algunos clásicos a su haber como Aguirre, la ira de dios (1972), Nosferatu: vampiro de la noche (1979) o Fitzcarraldo (1982), pero no solo la ficción es su terreno. El cineasta ha realizado más de treinta documentales, siendo su más célebre trabajo Grizzly Man (2005), donde rescata las cien horas de grabación del activista Timothy Treadwell junto a los osos pardo en Alaska y reconstruye su historia antes de que fuera devorado por los mismos animales que creía proteger. Family Romance, LLC oscila entre ambos mundos, en un juego entre la ficción y lo documental que deja a la vista una interrogante que para el director parece fundamental: ¿qué es mentira y qué es verdad?

“Te reconocí de inmediato” le dice Ishii Yuichi a Mahiro en su primera conversación. El padre que se reencuentra con su hija después de años sin verla parece emocionado, busca su atención y justifica el tiempo de ausencia. Ella se muestra tímida pero abierta a reestablecer la relación. Caminan por un parque de cerezos, se quedan mirando la performance de una batalla samurái, se fotografían con los teléfonos celulares y así, tras pasar la tarde juntos, deciden que se volverán a ver.  Hasta entonces la película parece un documental. Su estética de bajo presupuesto así lo anuncia y hace que sea confuso para el espectador entender lo que está viendo. Una historia que hasta ese punto podría entenderse como real, pero nada en la película es lo que parece y así lo deja queda claro la segunda escena. “El padre real de Mahiro tenía un tic en el ojo” escuchamos decir a la madre y entonces el relato toma forma. Ishii es un actor interpretando al padre de Mahiro. Todo es un montaje, una representación. Tanto esa relación de mentira como la película misma.

No es la primera vez que el director mezcla de esa forma la realidad y la ficción en sus películas. Aguirre, la ira de dios es un ejemplo de ese juego. El filme sobre el conquistador español Lope de Aguirre en su expedición para encontrar El Dorado fue grabado en un escenario real, en un clima de jungla real, donde los actores transmiten un cansancio a la pantalla tras largas y largas caminatas que es absolutamente real. Ese fue el mecanismo que Herzog utilizó en uno de sus primeros rodajes y lo quiso retomar en Family Romance, LLC. Crear un guion que se adaptase acorde la situación y además de ello contar con actores que fueran capaces de improvisar y mostrar la mayor naturalidad posible en esos textos previamente señalados. Por eso conversó con Ishii Yuichi para que protagonizara su filme. El joven no es actor, pero se relaciona de una forma especial con la gente, tanto que llamó la atención del director, sobre todo considerando que conocía de cerca el tema. Ishii es el emprendedor que fundó Family Romance en Japón y que de alguna manera transformó el romance y las relaciones en un negocio. Una mujer busca un padre sustituto para la boda de su hija, un trabajador del tren bala necesita que alguien reciba una reprimenda por él, una señora quiere recibir un premio de lotería en la puerta de su casa, una joven busca sentirse una celebridad caminando por las calles de Tokio. Algunas de estas historias fueron reales, otras meros inventos del director. Lo que sí es un hecho es que todas corresponden a un montaje. De actores que actúan como actores que actúan un rol particular en la vida de otra persona, o de otro personaje dentro de la película si se quiere pensar así.

¿Hasta qué punto lo que vemos es verdad y hasta qué punto es mentira? Parece complicado entender este último trabajo de Herzog, pero ese límite difuso siempre ha estado presente, incluso en lo documental. Grizzly Man tiene un claro protagonista ―Timothy Treadwell―con un claro objetivo ―cuidar y proteger a los osos pardos―. Sin embargo, pareciera ser que ese personaje tampoco fue tan real, y eso no tiene que ver con las interrogantes de Herzog, sino con los registros documentales del activista y con su propia historia. El hecho de cambiarse el apellido, decir que provenía de un pequeño pueblo de Australia y transformar su acento para que así lo pareciese, o el hacer las tomas una y otra vez corrigiéndose para que saliera tal y como lo tenía planificado. “El actor de esta película absorbió al documentalista”, dice Herzog en la película y es que entonces se da cuenta que incluso eso que pensó que era real no era más que una representación. Un acto más de un protagonista en la película de su vida. Por eso no es sorpresa que el cineasta alemán siga trabajando en torno a este conflicto, porque de una u otra manera se le ha presentado en varios de sus trabajos. Y es así como, tras décadas de carrera, no ha dejado de preguntarse: ¿qué es real?

Family Romance, LLC es un proyecto interesante, a momentos surreal, donde Werner Herzog parece desprenderse de todo canon fílmico para liberarse de sí mismo y capturar así la más honesta imagen que pudiera encontrar en el camino. Más allá de la historia de esta película, lo que buscó fue plasmar la autenticidad de las emociones con su pequeña cámara. Por eso trató de ser invisible. Para que, aunque fuera actuación, todas las escenas se dieran de la forma más natural posible. “Intenté mirar dentro de las almas, de cada ser vivo, dentro del alma de Japón. Pero no es solo Japón, porque este fenómeno acerca de la verdad, y la vida actuada, es un fenómeno de alcance mundial”, cuenta el director en un breve conversatorio tras liberar su película por 24 horas a través de la plataforma MUBI. Porque nada es más universal que las emociones. Quizás lo único real en este juego inagotable entre la verdad y la mentira.

Título: Family Romance, LLC

Género: drama, familia

País: Estados Unidos

Año: 2019

Duración: 89 minutos

Director: Werner Herzog

Elenco: Ishii Yuichi, Mahiro Tanimoto

Producción: Coproducción Estados Unidos-Japón; Skellig Rock

 

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