Por Trinidad Quinzacara Torres
La secuela del clásico Gladiador (2000) llega con Ridley Scott de nuevo como su director y una lista de actores talentosos que incluye a Pedro Pascal, Paul Mescal, Denzel Washington y Connie Nielsen. En una historia que, aunque es forzada e innecesaria, no deja de ser buena, está bien narrada, tiene escenas increíbles, actuaciones impecables. Todo demuestra la buena calidad que una película con un presupuesto de más de 200 millones de dólares debe tener, pero no alcanza a ser ni la mitad de emocionante y sorprendente que su antecesora.
En esta entrega se sigue la historia de Hanno (Paul Mescal) quien luego de que su hogar, Numidia, sea conquistado por los romanos, comandados por Marcus Acacius (Pedro Pascal), terminará siendo llevado a Roma y tendrá que sobrevivir para conseguir su venganza, luchando como un gladiador en el coliseo.
Ya desde el inicio se tiene buena escena de batalla, barcos incendiados, peleas cuerpo a cuerpo, mucha muerte y sangre. Y así es durante toda la película, que en un gran porcentaje consiste en escenas de Paul Mescal luchando, todas ellas muy bien logradas con una justa dosis de impacto, heridas y efectos. Por lo que en esta secuela, se magnifican las escenas de combate que estaban presentes en la primera, se perfeccionan y quedan mucho mejor visualmente, además de que se suman los efectos especiales que son superiores. Todo en conjunto hace que sea un filme de acción digno de verse en la pantalla grande.
El problema está en el guion, y cómo, a pesar de intentar de justificarse, no logra convencer de no ser una segunda parte innecesaria que trata de replicar a la anterior, ya que no pareciera que hubieran intentado hacer algo distinto, al contrario. Hay demasiadas, superando lo normal, referencias a la versión de Russell Crowe, entre ellas los recursos oníricos, la música e incluso flashbacks. Y Máximo Meridio -el protagonista de la primera- y Hanno, tienen prácticamente el mismo trayecto, solo terminan por distinguirse en el último tercio de película. Cuando la política toma más peso y Macrinus (Denzel Washington) más protagonismo, haciendo su propia estrategia al estilo Juego de Tronos (2011). Había potencial en esta subtrama política, pero se desaprovechó. Por lo que, en su conjunto, la historia entretiene, pero no se siente que se estuviera viendo nada nuevo, por lo tanto no emociona.
La música no llega a estremecer como la de Hans Zimmer, aun así el trabajo de Harry Gregson-Williams es una sonora épica que fue hecha para estar en esta película, con piezas que buscan ser el complemento completo para las increíbles batallas. Y cumple con su propósito.
Como se decía en un principio, las actuaciones están muy lejos de ser malas. Y los personajes son interesantes, solo que de todos solo se obtiene una pincelada, no hay suficiente profundización o carácter en ninguna historia, para que se volvieran relevantes e icónicos. La materia prima está presente, sólo faltó trabajar un poco más en las escenas para sacarle provecho. Por eso a pesar de que Paul Mescal, Pedro Pascal, Denzel Washington, Connie Nielsen, y los actores que interpretan a los emperadores: Joseph Quinn y Fred Hechinger, hacen un buen trabajo, ninguno termina por impresionar lo suficiente para resaltar su participación. O tal vez todos están tan nivelados en habilidad que nadie logra destacarse entre sus compañeros.
Hay que dejar claro que ninguna de las películas de Ridley Scott tratan de ser referencias históricas -ni siquiera Napoleón (2023)-, pero el director sí se inspira en personajes que existieron usando sus nombres o se basa en hechos reales para ellas, y por sobretodo, trata de reflejar una época verdadera en sus filmes de ficción. Y en esta oportunidad se tomaron muchas libertades creativas junto con el guionista David Scarpa, alejándose más aún de la verdadera historia antigua. Agregaron tiburones a un coliseo lleno de agua, lugar que efectivamente tiene un mecanismo que se usaba para recrear batallas navales, pero nunca incluyó animales en ellas; reinterpreto a dos de los emperadores más temidos -Caracalla y Geta- presentándolos como gemelos y algo bufones; y la cronología a partir de la muerte de Marco Aurelio, no es correcta. Pero no es algo que genere grandes inconvenientes en la trama -excepto por la escena del tiburón que llega a parecer fantasiosa- ya que todo está desarrollado en el marco de una ficción.
Hay que reconocer que era un gran reto tratar de hacer una continuación de un clásico como lo es Gladiador, que logró su éxito con un conjunto de historia épica, drama, acción, actuaciones y música. Por lo que también es muy difícil para Gladiador II desmarcarse de ella y conseguir su propio éxito, pero esta secuela que llega 24 años después se mantiene firme como una buena película de acción, entretenida para los fanáticos que se quedaron con ganas de más y que quieran ver escenas que apelen a su nostalgia.
Ficha técnica
Título original: Gladiador II
Dirección: Ridley Scott
Guion: David Scarpa
Elenco: Pedro Pascal, Paul Mescal, Denzel Washington y Connie Nielsen.
Música: Harry Gregson-Williams
Año: 2024
Duración: 148 minutos
País: Estados Unidos
Distribución: Andes Films
Estreno en salas: 15 de noviembre