Crítica de Cine «La Belle et la meut»: Desesperante desesperanza

Por Pamela Zahler

Un tema tan importante y actual como la violación, las relaciones sexuales, el patriarcado y la precariedad del sistema policial, de salud y especialmente el social, es lo que se expone en la película franco tunezina, la Bella y los Perros, de Kaouther Ben Hania.

Basada en la obra Coupable d’avoir été violée (Michel Lafont, 2013) de la escritora tunecina Meriem ben Mohamed, el argumento muestra a Miriam, una joven de veintipocos años y su travesía interminable, luego de ser violada por tres policías.

El recorrido, desesperante de la protagonista, junto a su acompañante, quien casi no la conoce, y pese a que lucha por que sea escuchada, es muy poco empático, se transforma en una historia agotadora, físicamente desgastante.

Negativa tras negativa, humillación tras humillación, el rol de la mujer violada, se expone tal cual muchos lo creen: que se lo buscó, que estaba provocativamente vestida, que ella lo incitó. El más triste reflejo de nuestra sociedad actual, y no sólo de aquellas que uno considera machistas por su religiosidad, si no que transversalmente, no se le ha tomado el peso a la violencia sexual hacia la mujer.

Y esto es expresado claramente en la cinta, donde son las mismas mujeres, ejemplo de la poca empatía y las palabras más crueles hacia la víctima. Por que sí, es víctima, aunque se le cuestiona, se le aliviana, y se le impulsa a no seguir adelante con su denuncia, porque claramente es David vs. Goliat.

A pesar que la película se siente en momentos sobre actuada y con ciertos clichés propios del tema, lo interesante finalmente es notar que no hay clichés, porque estos temas al seguir siendo tomados a la ligera, se transforman en clichés, cuando debiesen transformarse en banderas de lucha.

Los ocho capítulos que conforman La Belle et la meute, fueron grabados en un plano secuencia, lo que le da a la película esta sensación de desesperación interminable, que logra al final dejar un aire esperanzador.

Y ese final esperanzador el que queremos que se expanda, porque este tema es actual, atemporal y aterritorial. La mujer que hace siglos vive bajo sospecha, su sexualidad, su apariencia, la “antigua” sentencia de que es pecadora, que comió la manzana y por lo tanto se merece lo que le toca.

Esta injusticia que está plasmada diariamente en el cine, los diarios, las revistas, la publicidad, la televisión, los libros, la religión, la educación, pueda de una vez por todas ser desterrada. Y se agradece que existan espacios como FemCine, donde se visualiza la mirada femenina. Pero también entristece. En el mundo ideal “igual”, no se necesitaría mostrar la mirada femenina por ser femenina, mostrar el patriarcado que nos coarta, que nos viola y que nos asesina, no se necesitaría hacer marchas multitudinarias… Pero no vivimos en el mundo “igual”. Por esto seguimos todas juntas luchando por ese ideal, incluso las que creen que no luchan.

Por mí, por nuestras hijas y por todas nuestras compañeras.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *