Por Julio César Olivares
En 2022 el director estadounidense Zach Cregger, conocido en su país por una sólida trayectoria como actor y guionista cómico, sorprendió al mundo con Bárbaro, su primer largometraje de terror. Una película que reflexiona sobre los oscuros secretos que esconde en el sótano el ideal americano propugnado por Reagan (o Trump) a través de una narrativa que juega con las expectativas de la audiencia, toma caminos muy inesperados y fluye naturalmente entre atmósferas tensas y una exquisita comedia negra. Con ese referente inmediato, las expectativas sobre su siguiente filme no podían ser más altas.
Consciente de aquello, en La hora de la desaparición (Weapons en inglés) Cregger vuelve a jugar con las mismas reglas que en su debut en el género y propone una especie de Bárbaro recargada: más grande, más épica, con un elenco más poblado, y, claro, con más sorpresas.
La hora de la desaparición toma como un punto de partida un hecho misterioso que remece a un pueblo: a las 2:17 AM, todos los niños -salvo uno- de la misma clase de primaria salieron corriendo de sus casas, con los brazos abiertos, para perderse en la oscuridad. ¿A dónde fueron? ¿Por qué lo hicieron? ¿Dónde están? Nadie lo sabe.
Entonces conoceremos a la profesora de los jóvenes desaparecidos (la impecable Julia Garner), al director del colegio (Benedict Wong), al padre de uno de los niños (Josh Brolin), a un policía del pueblo (Alden Ehrenreich) y a otra serie de personajes que no vale la pena destripar, para guardar los secretos de la trama.
La película se estructura a través de una narrativa fragmentada en capítulos, cada uno de ellos con un protagonista distinto, enlazando los hechos que les ocurren a unos y otros como parte de un rompecabezas más grande. De hecho, Cregger citó como su principal influencia a la monumental Magnolia de Paul Thomas Anderson, dando cuenta de que esa estructura atomizada es parte integral de su diseño original.
Esto funciona por dos razones: primero, porque cada sección está construida con inteligencia, poniendo el avance de los personajes en el centro y confiando en las capacidades de la audiencia, sin darnos grandes explicaciones expositivas, ni redundando en la información que lentamente nos entrega; y segundo, porque cada vez que un capítulo llega a su punto máximo de tensión, La hora de la desaparición decide ponerle un corte y pasar página, a la siguiente historia, maximizando el impacto y apostando por resolver cada intriga a través de la visión de conjunto. Es una película que se reinventa a sí misma constantemente (a lo Bárbaro) y, aunque eso podría resultar agotador en algún punto, sabe conducirlo porque cada nuevo capítulo va construyendo sobre lo anterior, no olvidándolo.
Pero esto no es Magnolia. La hora de la desaparición es, ante todo, una película de terror y Cregger, un director hábil, que se vale de encuadres muy bien pensados para maximizar el suspenso y crear situaciones terribles. Aquí hay puertas que se abren solas y que solo dejan ver oscuridad detrás suyo; personajes tan tétricos como peculiares que recuerdan al Longlegs de Nicolas Cage; y movimientos espeluznantes que ocurren detrás de la pantalla y de los que solo es posible imaginarlos (y oírlos). Todo eso funciona muy bien.
Pero, sin olvidar el bagaje cómico de su creador, también tiene grandes dosis de comedia negra, insertas en lugares que no son evidentes. Hay una apuesta clara por la mezcla de estilos y tonos, lo que podría resultar extraño en una historia sobre la desaparición de 17 niños, pero termina generando mucha diversión. No siempre resulta bien, a veces una buena risa puede interponerse en medio de un momento que era tenso; pero, en general, es una jugada exitosa con la que es difícil no estar a gusto.
Así, conviene llegar a ver La hora de la desaparición sin saber demasiado. En el corazón de la propuesta está la sorpresa y el no entender muy bien dónde estamos parados.
Tal vez la película no sea especialmente rica en subtextos ni destaque por un gran desarrollo de sus personajes, pero a cambio ofrece terror bien pensado y ejecutado, un misterio intrigante y entretención a raudales. Cregger tiene un concepto muy claro de lo que quiere contar y especialmente de cómo quiere contarlo. Hay un lore del que alcanzamos a saber lo suficiente para entender la historia, pero no demasiado como para mantenernos intrigados cuando termina.
Después de Bárbaro y La hora…, a este director y guionista norteamericano le tocará reinventarse -es difícil hacer una carrera en base a la sorpresa y si no, pregúntenle a M. Night Shyamalan-, pero es un hecho que Cregger va bien encaminado y que, por el momento, ha aportado dos películas frescas, originales y divertidas. Bien por nosotros.
Ficha técnica
Título original: “Weapons”
Duración: 125 minutos
Año: 2025
Género: Terror / Comedia negra
País de origen: Estados Unidos
Director: Zach Cregger
Guion: Zach Cregger
Reparto: Julia Garner, Josh Brolin, Benedict Wong, Alden Ehrenreich, Austin Abrams, Amy Madigan y Cary Christopher.
Distribución: Warner Bros Pictures Chile.