Por Carolina Herrera
La llorona es la película con la que Jayro Bustamante finaliza su Trilogía del desprecio sobre Guatemala, triada compuesta por Ixcanul (2015), Temblores (2019) y por último, la expuesta en esta crítica. Lo interesante de estos filmes, es que cada uno representa uno de los tres insultos proverbiales guatemaltecos, y en La llorona en específico, el agravio referido es comunista, que en este sentido, no tiene un significado literalmente político, sino más bien identifica a quienes se encargan de visibilizar las injusticias y luchan por el cumplimiento de los derechos humanos.
La cinta, presentada por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 2019, narra la historia de Alma, interpretada por María Mercedes Coroy, una mujer indígena que perdió a sus dos hijos durante la Guerra Civil. Esta historia está enlazada con la de Enrique Monteverde, general en retiro, que es acusado de permitir y efectuar genocidios entre 1982 y 1983 a un promedio de tres mil personas al mes, equivalente a un 33% del pueblo indígena mayas ixiles.
En un principio, el general es declarado culpable de los asesinatos y violaciones ejercidas durante la guerra, sin embargo, luego de unos días, el juicio queda nulo, por lo que él y su familia vuelven a su casa, lugar del que no pueden salir, debido a las masivas manifestaciones en contra de la decisión emitida por el tribunal. Es en este instante, en donde llega Alma a trabajar como empleada y la atmósfera de la película cambia. El ambiente es aún más tenso que antes de su aparición, y mediante pequeños indicios es posible descubrir que esta mujer es la encarnación física y espiritual de un pueblo que busca un castigo para los asesinos de sus familiares.
Si bien Alma es el personaje principal y su historia es un pilar fundamental dentro de la trama, no es ella quien se presenta primero en el largometraje, sino que este comienza con Carmen, la esposa del general Enrique Monteverde, rezando junto a otras mujeres, que se presume, son las esposas de los otros generales que también están siendo acusados de participar en los genocidios guatemaltecos. La imagen presentada en un primer plano simboliza la angustia que vive esta mujer, que al principio logra disimular, mostrándose ante los demás y sobre todo en presencia de su hija Natalia, como una mujer fuerte, pero a medida que se desarrolla el argumento, se revelan sus verdaderas emociones y preocupaciones. Incluso el hecho de que ella sea el primer personaje presentado a la audiencia tiene una razón de fondo, y es que es a través de Carmen, que conocemos lo que le sucedió explícitamente a Alma y a sus pequeños hijos.
Sin dudas, Bustamante consiguió de manera sorprendente mezclar dos mundos a la perfección en esta cinta, por un lado, nos encontramos con el mito de la llorona, que está fielmente retratado por Alma, quien sufre la muerte de sus hijos y que todas las noches manifiesta ese dolor a través de un llanto desolador, y por el otro, el sentimiento de injusticia ante la impunidad por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la Guerra Civil, que tuvo lugar entre 1960 y 1996. La relación entre ambos mundos es representada por medio de la venganza que ejerce Alma contra el general en retiro, agobiándolo y culpándolo todas las noches por sus crueles acciones.
Considero fundamental destacar el trabajo realizado por Nicolás Wong, director de fotografía, quien logró encajar todas las escenas como un perfecto rompecabezas, la luz es baja, y la paleta de colores compuesta por diversos tonos del gris, blanco y negro, cumplen con la idea de retratar un acontecimiento devastador y trascendente en la historia de Guatemala.
En lo personal, me sentí expectante durante toda la película, a pesar de no ser una fiel seguidora del realismo mágico. Sin embargo, la necesidad de estar pendiente de lo que iba ocurriendo se debe a que me pareció un relato intenso, transparente y desgarrador, todo al mismo tiempo. Una narración en la que si bien el diálogo es escaso, es suficiente con las expresiones faciales y miradas entre los personajes para identificar la carga emocional que conlleva enfrentar una situación como esta. En mi opinión, un filme como La llorona es necesario y valioso para retratar la realidad, una realidad invisibilizada y olvidada por muchos. A veces es complicado imaginar la crueldad durante sucesos inhumanos como los que se exponen en la película, sin conocer una historia que nos contextualice sobre lo sucedido hace muchos años, pero para eso llega este largometraje, para nunca olvidar lo que pasó y para no solo mostrar el sufrimiento de Alma, sino el de un pueblo entero.
Cabe recordar que será transmitida en la 33ª edición del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar, FICVIÑA, este miércoles 15 de septiembre desde las 20:30 horas, por medio de ficvina.cl
Ficha Técnica
Título original: “La Llorona”
Género: Realismo mágico
Duración: 97 min.
Año: 2019
País: Guatemala
Dirección: Jayro Bustamante
Guion: Jayro Bustamante, Lisandro Sánchez
Reparto: María Mercedes Coroy, Margarita Kénefic, Sabrina De La Hoz, Julio Diaz, Ayla-Elea Hurtado, María Telón, Juan Pablo Olyslager, Mara Martínez, Alejandra Colom, Enrique Argüello.
Casa Productora: La Casa de Producción
Producción: Jayro Bustamante, Gustavo Matheu, Georges Renand
Dirección de Fotografía: Nicolás Wong
Dirección de Arte: Sebastián Muñoz
Edición/Montaje: Jayro Bustamante
Sonido: Eduardo Cáceres
Plataforma: FicViña