Por Vanessa Vidal
María Paz González dirigió Hija (2011) un largometraje documental protagonizado por ella y su madre. Roadmovie donde ambas viajan al norte de Chile en busca de importantes piezas faltantes de su árbol genealógico. Trayecto lleno de incertidumbres, paradas, carreteras, dudas, risas y amor. Lina de Lima es su segunda dirección, pero la primera ficción.
Lina de Lima es una película de drama con importantes componentes de comedia y musical: dramedy musical. Comedia, pues es clave el cómo nos tomamos las cosas en la vida, especialmente cuando no salen como queremos ni hemos planeado. Ahí aparece la importancia de reírse de sí mismo, de mirar las adversidades con la frente en alto; y es Lina, la protagonista, interpretada por Magaly Solier, que nos enseña a esto, o más bien, la acompañamos en este proceso.
Lina es una inmigrante proveniente de Lima, Perú. Vive hace 10 años en Chile, trabaja como empleada doméstica, arrienda una pieza; le envía dinero a su familia, que ha aprendido a prescindir de ella, especialmente su hijo. La película se centra en los días previos a Navidad, donde supervisa la construcción de una piscina en una casa nueva; cuida a la pequeña Clara (con quien tiene una relación de confianza y compañerismo); compra regalos de Navidad pues viajará a festejar las fiestas junto a su familia en Perú; satisface sus necesidades sexuales; comparte con su prima y ciertas cosas comienzan a salir mal. Todo esto, se mezcla con escenas musicales.
La interpretación de Magaly Solier es luminosa y natural. Su belleza y talento traspasan la pantalla, provocando interés y empatía por Lina. A veces, la vemos cantar en increíbles puestas en escena, con vestuarios dignos de musicales, generalmente con identidad latinoamericana; iluminaciones con colores fuertes, vibrantes. Momentos que representan su mundo interior. Esto destaca el filme, ya que trabaja con una identidad musical andina, en la actualidad. Existe una mezcla interesante de culturas, pues en el fondo, la cultura es parte de la identidad y se lleva a donde uno vaya. Pero estos ‘musicales’ están en función a lo interno e íntimo, que se materializa en performances imprescindibles no solo para la historia, sino para la comprensión del personaje y porque ya no sería Lina de Lima.
No es cliché ni cae en la victimización, sino que ahonda en la belleza de la particularidad de Lina, que al fin y al cabo, es una representación de muchas otras Linas. Es un personaje fuerte, complejo y activo. Los personajes en la filmografía de María Paz, hasta el momento protagónicos femeninos, cumplen a cabalidad con estas características. Habiendo un deseo, una necesidad, hay una acción, pero compleja, donde no hay espacio al quedarse sentado a que la vida pase, sino a andar por la vida. Hay un desplazamiento físico y también interno. Donde los problemas, pudiendo ser tragedias, se mueven a otro lugar, donde hay distintos colores, y la cotidianidad, personajes comunes, son protagonistas de grandes historias.
La tecnología juega un rol importante en el día a día de Lina. No es que su trabajo dependa de ello, pero sí es su compañía. Su celular para comunicarse con su familia, enviar audios por Whatsapp, tinder. El uso de elementos cotidianos en espacios cotidianos, pero en necesidades importantes, nos enseña más del personaje, de su vida, sus hábitos, su compañía y su soledad. Al haber una mezcla de culturas, también hay un cruce etario del uso y conocimiento de la tecnología. Lina está en un ciber, teniendo una videollamada con Junior, su hijo, pero éste usa otro aparato para hablar con otras personas; mientras tanto, vemos cómo es la casa que él habita. Lina quiere saber más de ciertas personas y Clara, a través de Facebook, le cuenta lo que va encontrando.
Existen múltiples locaciones: la residencia de Lina, su casa en Perú (que se ve a través de una videollamada), la casa nueva donde trabaja, el local de depilación de la prima de Lina, los bares, el transporte público, la piscina donde compite Clara, centros comerciales, y así. Cada uno con una estética particular, describiendo lugares existentes, y en ocasiones sufren modificaciones debido a los musicales. Estos espacios, aunque se repiten, ya que existe una rutina muy marcada, funcionan como desplazamiento dentro del viaje interno del personaje.
Tanto Magaly, protagonista, como María Paz, escritora y directora del filme, trabajaron en la banda sonora, junto a José Manuel Gatica y Cali Flores. La música original es en su mayoría en español, y también hay canciones en quechua.
Estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto (2019), ganadora en el Festival de Cine de Valdivia (2019) en las categorías de ‘’Mejor película chilena’’ y ‘’mejor dirección de fotografía chilena (Benjamín Echazarreta), Lina de Lima está disponible para verla desde nuestras casas gracias al servicio de streaming. Esperemos pronto tener la oportunidad de verla en el cine, para ver sus vibrantes colores, su impecable fotografía, su música original, para sumergirnos en este dramedy musical que no queremos que acabe.
Director y guion: María Paz González
Producción Ejecutiva: Maite Alberdi y Giancarlo Nasi
Coproductores: Gema Juárez, Brian Jacobs
Productora: Quijote Films, María una vez
Coproductoras: Gema Films (Argentina), Carapulkra (Perú)
Dirección de fotografía: Benjamín Echazarreta
Dirección de arte: Susana Torres
Montaje: Ana Remón
Distribución: Market Chile
Elenco: Magaly Solier, Emilia Ossandón
País: Chile, Perú, Argentina
Género: Drama, musical
Año: 2019
Duración: 83 minutos
Disponible del 5 de Dic al 31 de Dic en https://www.puntoticket.com/evento/lina-de-lima-streaming