Por Vanessa Vidal Durán
Werner Herzog es un cineasta alemán de 78 años, cuya sabiduría y experiencia se transmite a lo largo de esta película documental. Él no es el protagonista, sino quien escribe, produce, dirige, narra y entrevista, pero es su seguridad, mesura y respeto por el tema, y los entrevistados, lo que me hacen concluir que él es un gran profesional y ha hecho, por lo demás, un increíble e impecable trabajo.
El filme está dividido en diez partes, cuyos temas son representados por expertos, quienes se dedican a ello, y otros quienes han vivido experiencias que detallan. El viaje de tópico a tópico está totalmente entrelazado, nada está fuera de contexto; por el contrario, existe una profundización y magnífica ramificación. La investigación es cuidadosa y exhaustiva, tanto así que es admirable la relación cantidad-calidad.
Hay una escasa utilización de material de archivo, fotografías, pues el fuerte son las entrevistas, cuyos personajes están en sus hábitats. Por ejemplo, comenzamos con Leonard Kleinrock, un pionero de internet, en la Universidad de California, en la sala que denomina como “lugar sagrado”. Luego, conocemos a otros personajes involucrados con el inicio de internet, sus experiencias, anécdotas, espacios, ecuaciones, recuerdos. Me quedo con la impresión de que son personas increíblemente inteligentes que participaron en algo que se pensaba solo en la ciencia ficción y que hoy me hacen estar escribiendo sobre una película que vi en mi notebook. Me hace pensar en cómo cambio la vida ¡y qué cambio!
Pero no es solo eso. ¿Qué tendrá que ver la ciencia, investigadores del cerebro, adictos, astrónomos, ingenieros en robótica, cosmólogos e incluso quienes han perdido a un familiar, en este documental?
La internet, en dos ejemplos concretos entregados por Adrien Treuille, científico en computación y, por otra parte, Sebastian Thrun, robotista y educador, han cumplido el rol de democratizar el conocimiento, llevándola a más personas. Uno se ha dado cuenta de que todos, adultos mayores, jóvenes sin conocimiento científico, pueden desarrollar y opinar en un juego molecular; mientras que el otro puede ver que hay personas que están en otros lugares del mundo, asistiendo a sus clases, más inteligentes que sus propios alumnos de Stanford.
‘’La manifestación del mal’’ es internet, para una madre que ha perdido a una de sus hijas en un accidente automovilístico. La foto del cuerpo fue divulgada por la web y la familia fue acosada. Werner nos muestra a la familia, vestida de negro, en un acogedor comedor, y a Nikki no la conocemos, sino al que fuera su rincón favorito de la casa.
He entregado un par de nombres en lo que llevo escrito, pero no son ni la mitad de los que aparecen. Es la variedad de ellos, los espacios donde se sientan a conversar, y los planos de los lugares del contexto. Tratamiento bastante general, que, a su vez, es muy personal, hace que el peso de jóvenes en un centro de rehabilitación por la adicción al internet y los videojuegos, en un entorno natural y tranquilo; personas en comunidades, alejadas de radiaciones, cerca de un observatorio astronómico, sea el mismo que Elon Musk en SpaceX; o el hacker más famoso, contando como despistaba a las autoridades que lo buscaban y posteriormente lo encerraron en aislamiento por un año; creadores de autos inteligentes que almacenan en común la experiencia que aprende uno; robóticos soñando y trabajando para crear un equipo con inteligencia artificial para que compitan y le ganen a los mejores jugadores de fútbol del mundo. Existe un formidable trabajo visual sobre el contenido, que me permite revisionar a un entrevistado y saber de qué me estaba hablando particularmente, por el uso del participativo del espacio en la descripción y contexto de lo que se dice y de quién lo dice. Todo esto, unificado por su música original.
Este documental educa, claramente; entretiene, sí, pero también, me ha llevado a recordar muchas películas y experiencias. Evoca. Es capaz de relacionar el sol, los sueños con las máquinas, marte con la inteligencia, con internet, e internet mismo, con la humanidad.
Director: Werner Herzog
Año: 2016
Duración: 98 minutos
País: Estados Unidos
Plataforma: https://centroartealameda.tv/