Por Jorge Arriagada
Hay una extraña fascinación en Los cinco diablos, el segundo largometraje de Léa Mysius (Ava, 2017). Tal vez sea la niña con un olfato inhumano que tiene visiones del pasado de su madre. Tal vez sea la mujer pirómana cuyos errores vuelven a atormentarla. Tal vez sea la profesora de natación cuya pulsión de muerte está presente en cada escena. O tal vez sea simplemente la poca certeza que tenemos de las acciones que suceden en la película.
Protagonizada por Adèle Exarchopoulos (La vida de Adèle, 2013), sigue la vida de Joanne, una nadadora que se dedica a hacer clases, cuidar a su hija Vicky y practicar en las gélidas aguas de un lago donde solo puede estar 20 minutos: después de eso sus músculos dejan de responder y podría morir. Hasta ahí, nada raro. La historia comienza a revelarse y complejizarse cuando Vicky descubre que posee un increíble sentido del olfato, capaz de localizar a otras personas a gran distancia y distinguir olores fácilmente. A eso se suma la habilidad de, como un alquimista, reproducir cualquier aroma que quiera.
Aquí comienzan esos giros extraños que alimentan el misterio de la historia. Julia, la cuñada de Joanne, llega a vivir con Vicky y su hermano, Jimmy. De a poco vamos entendiendo que la presencia de Julia no es muy grata, y todo se llena de una vibra tenebrosa. Otro hecho importante: Vicky reproduce el olor de su tía y, sin saber muy bien por qué, cada vez que lo huele se traslada a un momento del pasado de su madre.
Lo fascinante no es lo que sucede, si no lo que vamos conociendo junto a Vicky. La historia ya no es una fantasía francesa, si no una historia de amor lésbico que terminó de la peor manera. Imágenes de un incendio se intercalan con los recuerdos de Joanne, la adicción por oler de su hija repercute en su vida y el descenso nuevamente de su cuñada al alcoholismo y la piromanía terminan el cuadro que está alimentado de una gran fotografía.
Tres elementos convergen para estructurar una historia que sucede en diferentes niveles y con varios matices. Los recuerdos del pasado nos ayudan a entender el presente, pero a enterarnos de cosas que no queríamos saber (y que quizás no necesitábamos).
Pero toda esta fascinación queda incompleta. Esa que en un principio augura un trágico final, se desenvuelve hasta entregarnos una historia redonda, que pareciera resolverse, hasta la escena de cierre. Y tal como los thrillers antiguos o recientemente las películas de Ari Aster o de M. Night Shyamalan, Los cinco diablos sugiere que todo podría entenderse mejor con una segunda parte, pero que, por el carácter de su realizadora, es mejor aceptar ese final abierto que deja la posibilidad de que todo se desmorone y de que ese era el destino de esta familia.
Lo interesante no es cómo termina la historia, sino cómo se desarrolla. Si Barry (2018) nos llevó capítulo a capítulo a regiones insospechadas, la película de Mysius lo hace con la misma efectividad en 96 minutos.
Los olores pueden guiarnos, pero los aromas de Los cinco diablos ciertamente nos llevan a lugares que quizás no queremos conocer.
Ficha técnica
Título original: Les cinq diables (Los cinco diablos)
Director: Léa Mysius.
Elenco: Adèle Exarchopoulos, Swala Emati, Sally Dramé
Estreno: 2022
Duración: 96 minutos
Distribuidora: Mubi