Crítica de Cine «Made in England: The films of Powell y Pressburger»: Imágenes en el subconsciente

Por Alejandra Pinto

El amor por algo (una obra, una persona, un país) es algo que requiere tiempo y esfuerzo. La pasión por el cine no está lejos de esa premisa: las cinefilias se desarrollan mediando ese tiempo y ese esfuerzo en cada visionado y cada elemento que nos permite comprender las películas. Por lo mismo, asistir a una clase magistral sobre una cinematografía es algo que muchos de nosotros asumimos como una experiencia imperdible. Si además, la persona encargada de desplegar ese amor por el cine es Martin Scorsese, uno de los grandes y más reconocidos cinéfilos de nuestro tiempo, la vivencia es aún más enriquecedora.

Made in England no es una película dirigida por Martin Scorsese, aunque cuenta con toda su impronta como documentalista, en un estilo al que ya nos hemos acostumbrado a través de filmes como A letter to Ezra y Voyage to Italy. Sin embargo, es posible que así sea mejor. Lo que podemos ver en los 133 minutos que dura el documental, es un comentario íntimo y muy perspicaz acerca de las condiciones de trabajo, amistad y conocimiento cinematográfico que Michael Powell y Emeric Pressburger, los legendarios creadores de Black Narcisus y The red shoes, fueron capaces de desplegar durante toda una vida de cine e historias para contar.

Ahí donde la mera historiografía podría convertir este proyecto en una sucesión cronológica de las películas Powell/Pressburger, Martin Scorsese, como su presentador, parte dando una clave que será fundamental para comprender el filme. Las películas realizadas por la productora The Archers (conformada por los mismos Powell y Pressburger) fueron una parte central en la formación cinematográfica de Scorsese, quien con el tiempo llegó a ser muy amigo de Michael Powell, y quien se convirtió en una de sus influencias más importantes como director. Por lo tanto, no solo estamos asistiendo a una exposición sobre el cine de estos directores, sino que también, a la prueba y la fuente del porqué sus películas siguen siendo decidoras y profundamente actuales.

Desde aquí, el trabajo de David Hinton, quien está a cargo de la dirección de este documental, se transforma en una guía hacia la conversación y el recorrido de su presentador sobre las películas de The Archers y que, en el camino, toma un lugar similar al que nosotros como espectadores podemos ir atravezando. La mano de Hinton logra desaparecer tras las palabras de Scorsese, y transita junto con el espectador los lugares que se nos señalan, entendiendo cada película como un territorio nuevo, pero a la vez explorable. La constante re visitación de los clásicos que se muestran en pantalla, retomando imágenes de éstos, no hacen más que volver a poner en relevancia ese tipo de cintas, uno que se hacía con alta espectacularidad, pero a la vez, con un profundo respeto por las historias que se podían contar y por sus espectadores.

Scorsese pone de manifiesto algo respecto al cine de Powell y Pressburger, que no se puede pasar por alto. Ambos directores desarrollan su trabajo, en una primera instancia, en un tipo de filme ligado a la propaganda durante la II guerra mundial, para luego lanzarse con todo al mundo del technicolor y sus posibilidades de juego en pantalla. La apuesta de Scorsese, respecto a esta decisión al cambiar su tono cinemático, responde a una necesidad y un convencimiento de que el mundo merece ser visto, según sus palabras, con una “intensidad aumentada”. Sólo eso puede generar obras que cambien la perspectiva de quien las ve. Y eso, al parecer de Scorsese, es precisamente el valor de las películas de estos dos directores.

Cuando Martin Scorsese se refiere a estos clásicos, lo hace con un dejo de nostalgia, refiriéndose a estos filmes como una factoría de imágenes que lo han acompañado desde niño y que lo impulsaron a ser director. En la historia del cine, aquello que hemos conocido durante 120 años, el ir y venir de las técnicas, los contextos históricos en los que nos movemos y las ideas que pueden ponerse en relevancia, conforman una manera de comprender nuestros entornos. En la magia que se produce frente a algunas obras, muchas veces perdemos la noción sobre si lo que nos entregan son ideas que ya cargábamos desde antes o, más bien, se convirtieron en un algo nuevo cuando las adoptamos. La mezcla de esas concepciones es, precisamente, el mérito que Scorsese le otorga a las películas de las que habla. La noción de que las películas son un pilar que influye en quienes somos, es algo que cada cinéfilo/a vive de una manera distinta, pero está presente en cada uno de nosotros. Made in England es un documental que nos recuerda aquello, pero que también nos permite entender que no estamos solos en nuestro cariño (a veces extremo) por el cine y que la revisión de los clásicos que nos antecedieron, puede permitirnos, también, entender hacia donde va este arte.

Ficha técnica

Título: Made in England: The films of Powell and Pressburger

Duración: 133 minutos

País de origen: Reino Unido.

Director: David Hinton.

Reparto: Martin Scorsese (Narración)

Distribuidora: Mubi

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