Crítica de cine “Mensajes Privados”: El dolor de muchos contado por pocos

Por Javiera Hojman 

Matías Bize ya tiene armada una reputación como director, guionista y productor, y la película Mensajes privados parece ser una especie de licencia personal para salir de las grandes producciones y adentrarse en el mundo de las historias íntimas. Como el título indica, es una obra de ficción que se enfoca en las historias privadas, secretas, de distintos actores y personajes. Es una suma de testimonios, algunos más crudos que otros, todos entrelazados, que mantienen al espectador con el cuerpo apretado a lo largo de toda la cinta.

Los testimonios de los distintos personajes abordan temas como el abuso sexual, la violencia intrafamiliar, la presión social por cumplir con los roles de género, la maternidad, la infidelidad. No hay ninguna posibilidad de que alguien vea la película sin sentirse identificado con nada de lo que se cuenta. En la obra están capturados los dolores de las historias que tantos hemos vivido, pero desde la fama, desde cierto lugar de privilegio en que puedes escapar, enfrentar y sobrevivir con algo más de facilidad que la gente común.

Cada uno de los testimonios va directo a la cámara, con la mirada fija en el espectador, y da la sensación de que te están compartiendo sus secretos personalmente. Suena natural, como si no hubiese un guion, con errores en la redacción, con pausas, como si efectivamente nos estuvieran llevando como vouyeristas al espacio de una conversación privada. Todos los lugares son elegidos cuidadosamente: no es casualidad que Blanca Lewin esté haciendo un arreglo floral, que Vicenta Ndongo pause el diálogo para hacerse un té, o que Verónica Intile nos hable desde el suelo de un baño descuidado y sucio.

La película está constantemente haciendo equilibrio entre lo hermético que es vivir en dolor, y ese pequeño impulso morboso que genera acceder al sufrimiento ajeno. Hay algunas historias que son tan privadas, tan personales, que simplemente no te dejan entrar, que ponen un par de imágenes en tu mente y después se cierran. Eso pasa, por ejemplo, con lo que cuenta Alex Brendemühl sobre su infancia: sí, nos deja saber lo difícil que fueron algunos escenarios, pero en el gran esquema no permite el acceso sino que deja la puerta cerrada a cómo esas experiencias impactaron su vida. Queda simplemente como un cuento triste.

Mensajes privados convierte una obra conmovedora en una suma de testimonios diseñados para estremecer e instigar el morbo, sin embargo la música no aporta. Los personajes hablan en primerísimo primer plano, mirando directo a la cámara, con algunas pausas en que se pone la pantalla negra que dan un poco de espacio al espectador, y cuando al final de la película aparece la música triste de fondo, es como si nos sacaran de esta terapia privada y nos llevaran a un show del estilo de Los ricos también lloran. Después de mucho rato de darme escalofríos, sacarme suspiros, quejidos de frustración, el final de la película, la incorporación de la música, me dejó decepcionada. Al final, la película es exactamente lo que promete ser: una serie de testimonios crudos donde se nos hace partícipes de la vida de estos personajes.

Ficha técnica

Título original: “Mensajes privados”

País: Chile

Director: Matías Bize

Producción: Ceneca Producciones

Duración: 77 minutos

Fecha de estreno: 26 de mayo, 2022

Elenco: Antonia Zegers, Nicolás Poblete, Néstor Cantillana, Blanca Lewin, Vicenta Ndongo, Alex Brendemühl, Verónica Intile, (Me llamo) Sebastián

Distribución: Market Chile

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