Crítica de Cine “Mi vecino Adolf”: La soledad y la compañía tarde en la vida

Por Victoria Bustos Arancibia

La sinopsis de Mi vecino Adolf no hace justicia a tan conmovedora e intrincada película. Una cinta que sólo se puede resumir como un emotivo drama impregnado de comedia negra, una historia que enfrenta la memoria y el absurdo humano por igual. La premisa es simple: un solitario sobreviviente judío, el señor Polsky, se encuentra viviendo a las afueras de la urbanidad en los años 60 en un país de América del Sur, cuando se convence de que su nuevo vecino alemán, el señor Herzog, es nada menos que Adolf Hitler.

El cine nunca se ha mostrado reticente a abordar el pasado traumático del Holocausto, aunque rara vez se adentra en la audaz mezcla de géneros que propone Mi vecino Adolf. El terror vivido treinta años antes, acecha la vida presente de Marek Polsky. Pero a medida que la trama avanza, la relación entre los dos hombres, que en un principio parece condenada a la confrontación, se transforma en un complejo vínculo de compañía y desconfianza.

No es común que las películas puedan imitar la sutil dualidad de la vida misma, en la que a veces alguien puede reír en un funeral, pero desde el guion, los actores y la dirección de Leon Prudovsky se maneja de forma astuta, intercalando a cada minuto un abanico de sentimientos, ofreciendo al espectador un vistazo a la naturaleza humana en su forma más vulnerable, al tiempo que introduce momentos de humor situacional que bailan con la carga emocional de su narrativa.

David Hayman y Udo Kier transmiten muy bien la profundidad de sus papeles. Hayman, con su interpretación de un hombre desgastado por el dolor y la soledad, se encuentra durante la primera mitad del largometraje en contraposición perfecta a Kier, cuyo enigmático personaje aporta una chispita de humanidad a un horrorífico legado, algo similar al capitán Nazi que ayuda a Szpilman en El pianista (2002). Sin embargo, juntos construyen una dinámica que, a pesar de la tensión, revela el potencial de conexión entre individuos marcados por el sufrimiento, una similitud entre ambos que comienza a desvelarse con timidez en la segunda mitad de la historia.

Polsky está convencido desde un principio de la surreal identidad que esconde el hombre que vive del otro lado de la cerca de madera, queda a disposición de las autoridades y la audiencia real de determinar si la presentación de pruebas y el argumento que el protagonista presenta, son producto de su aislamiento y cicatrices psicológicas de la guerra, o simplemente es un hombre certero que no sabe comunicar la verdad que busca debido a su propia amargura y recursos.

El segundo acto de la película marcado por los ademanes que el hombre realiza para recoger evidencias de su tesis, junto al excéntrico comportamiento que despliega su enemigo, podría perfectamente haber caído en la caricatura, pero en cambio logra rápidamente transicionar y alejarse del humor para formar una relación entre Polsky y Herzog, la cual sin evitarlo se vuelve el corazón de la trama y que, gracias la química entre los actores, es donde se sostiene la frescura de la propuesta que nos muestran. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la comprensión puede surgir de las circunstancias más curiosas.

Una de las virtudes más destacadas de Mi vecino Adolf es su capacidad para desafiar las expectativas, algo que incluso se aplica a su particular e inesperado final. Es sin duda una obra arriesgada en su construcción y desenlace, la cual sirve de estudio de personajes y las dinámicas sociales de los adultos mayores, planteando preguntas sobre la identidad, el perdón y la posibilidad de reconstrucción personal. Una película capaz de provocar risa y lágrimas en igual medida en toda la sala de cine.

Ficha técnica

Título original: “My neighbor Adolf”

Duración: 96 min

Año: 2022

Género: Drama, Comedia negra

País de Origen: Israel y Polonia

Director: Leonid Prudovsky

Guion: Dmitry Malinsky, Leon Prudovsky

Reparto: David Hayman, Udo Kier, Olivia Silhavy

Distribución: Cinetopia

Estreno en salas: 14 de noviembre de 2024

 

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