Por Galia Bogolasky
Mis hijos es una película que narra una historia enmarcada en Israel durante los conflictos de la Guerra del Líbano y la Guerra del Golfo, dirigida por Eran Riklis.
Eyad (Tawfeek Barhom) es un joven palestino que vive en la ciudad Israelí llamada Tira. Tiene a un padre muy involucrado en la lucha palestina quien lo cría bajo una estricta ideología anti Israel, pero que lo envía a un prestigioso instituto en Jerusalem, lo que provoca el primer choque cultural para este joven que apenas habla hebreo y nunca había conocido el país con su idiosincracia y sus costumbres.
La cinta Israelí habla sobre cómo un joven se adapta a una nueva cultura, pero lo particular está en que siempre ha vivido en el mismo país, sólo que del lado palestino, que pareciera que no fuese Israel, sino que un país árabe, con sus propias costumbres y tradiciones. Al comienzo impacta la manera en que la película imparte un discurso un tanto antisemita, y anti Israelí, pero de a poco la historia avanza y se da vuelta, generando un discurss anti árabe, que perturba de igual manera.
Eyad es un joven que vive un intenso proceso de adaptación a este nuevo entorno. Al comienzo se ve muy reticente y quiere volver a su hogar, pero de a poco va conociendo gente y se va integrando a esta nueva comunidad que lo termina por aceptar y querer.
El joven palestino conoce a Edna (Yaël Abecassis) quien se convierte en su primera pareja y al hacer un voluntariado se hace amigo de Yonatan (Michael Moshonov), un joven discapacitado a quien debe ayudar, pero con quien termina creando una adorable amistad, que cambiará su vida para siempre.
El cine Israelí se ha ido desarrollando de manera impresionante en los últimos años, con grandes películas que han destacado internacionalmente, ya que a pesar de retratar historias muy propias, son universales, por lo que logran emocionar y crear una gran conexión con todas las audiencias.
El conflicto de Palestina e Israel es un temazo, ya que cada lado tiene su propia versión de los hechos históricos y políticos, los que son prácticamente infranqueables, generando una disputa tan difícil de solucionar, como la posibilidad de cohabitar en paz en un pequeño territorio. Este contexto es muy importante para esta historia dirigida de manera impecable por Eran Riklis, logrando plasmar en pantalla un trasfondo que es muy relevante para explicar desde dónde se presenta el drama que vive Eyad al enfrentarse a estas fuerzas culturales tan opuestas.
Esta cinta logra mostrar un choque de dos mundos en constante conflicto a través de personajes muy bien desarrollados, que progresan de manera notable, como es el caso del protagónico interpretado con mucha dulzura y naturalidad por Tawfeek Barhom, así como también los personajes secundarios que funcionan como contraparte para resaltar el conflicto central.
Eyad tiene una identidad muy establecida desde su procedencia, hasta que su mundo se abre y se enfrenta a la dicotomía de estos dos mundos tan distintos, pero con tanto en común, al mismo tiempo. El sentido de pertenencia juega un papel importante en esta historia, ya que pone en perspectiva la real identificación ideológica y cultural a la que se enfrenta constantemente al salir de la burbuja en la que se encontraba. Es un gran personaje ya que muestra cómo un árabe empieza a adaptarse a un rudo entorno israelí, que le hace la vida muy difícil, hasta que se empareja con una mujer judía, lo que para ambas familias puede ser algo devastador. Mientras que en ese proceso se empieza a insertar en otra familia que lo incorpora de manera natural, entregándole todo el amor del que las ideologías políticas y culturales lo estaban alejando.
La película logra contar de manera precisa una historia familiar, en un contexto muy particular a nivel político y social. Además incorpora emociones tan profundas como la amistad y el amor. Todo eso, que podría ser mucho para una película, es narrado con una precisión tipo engranaje que funciona bastante bien, logrando emocionar al espectador, generando conciencia de lo fuerte que es la discriminación racial, y el coraje que hay que tener para enfrentarlo.
Mis Hijos es una cinta que logra hablar sobre un dramático conflicto internacional, como es el palestino-israelí de una manera muy especial, desde un punto de vista tan personal, tan emotivo y tan revelador que es imposible dejar a alguien indiferente.
Título Original: Dancing Arabs (Mis hijos)
Director: Eran Riklis
País Israel – Alemania- Francia
Año: 2014.
Duración: 105 Minutos
Género: Drama
Guion Sayed Kashua
Música Jonathan Riklis
Fotografía Michael Wiesweg
Reparto: Tawfeek Barhom, Ali Suliman, Yael Abecassis, Razi Gabareen, Michael Moshonov, Laetitia Eido, Norman Issa
Distribución: Arcadia Films
Plataforma: Cinemark