Por Victoria Bustos Arancibia
Moana 2, la inesperada secuela de la exitosa película de Disney, llega con una propuesta visual y un colorido desbordante que nos sumerge una vez más en la rica mitología polinésica, además de sus increíbles paisajes paradisíacos. Detrás de su hermosa animación, se revela una historia más extensa que lo que promete en un principio ya que se escribió con al menos una tercera parte en mente, y en consecuencia está construida como un puente hacia nuevas aventuras para la protagonista y su pueblo, de las cuales aún no se conoce fecha de producción o estreno.
La trama sigue a Moana en su etapa de joven adulta, años después de sus andanzas originales, cuando se embarca en un viaje para reconectar su pueblo con otras tribus que habitan el océano, un objetivo que se ve complicado por las decisiones y embrujos de un dios conocido como Nalo. Luego que nuestra protagonista ya logró salvar el ecosistema de su tierra anteriormente, ya no necesita actuar de forma clandestina, es admirada y la inclusión de nuevos compañeros de navegación es una elección natural e incluso necesaria para su comunidad y enriquecer el argumento de la película. También vuelve a unirse a Moana en la travesía: el semidiós Maui y el pollo Hei Hei, quienes mantienen sus cómicas interacciones además de ciertas intervenciones más emocionales como sus compañeros de confianza.
A pesar de sus varios aciertos, los personajes secundarios, aunque interesantes en papel, sufren de un desarrollo insuficiente, donde nuevos miembros del reparto quedan planos, como la artesana Loto (prácticamente una precursora de ingeniera o constructora civil) y el musculoso erudito Moni, quienes en conjunto con el resto traen un toque de frescura pero a menudo se perciben como decoración. Mientras que Keke, el anciano agricultor, es una verdadera sorpresa, una adición al equipo que de la manera más sútil e indirecta es un símbolo de lo que ha significado para la gente de Moana estar aislados en su isla.
El villano principal, cuya figura se anticipa como una fuerza malévola y con una visión de mundo odiosa, termina sintiéndose más como un eco que como una amenaza tangible. La falta de un enfrentamiento cara a cara o de su presencia física durante la película, reduce la tensión del clímax. Finalmente, la pugna se presenta más como un acto de valentía contra las fuerzas mágicas de la naturaleza, más que lo que se venía anunciando desde el inicio de la cinta como una pelea contra un ser con carácter propio. Hay que tener en cuenta que Moana 2 tiene una escena a mitad de créditos, la cual pretende dejar a los espectadores más tranquilos con lo que pudieron ver de Nalo.
Se asume que el detrimento en el guion está fuertemente influenciado por el hecho de que inicialmente el concepto fue pensado para armar una serie que iría directo a la plataforma de streaming de la compañía, lo que explicaría su narrativa fragmentada y una sensación general de que termina con la misión incompleta. Sin embargo, teniendo como antecedente la estructura que se ha usado en películas aclamadas por la crítica como Spider-Man: Across the Spider-Verse (2023), queda la esperanza de que esto signifique el camino hacia un arco narrativo mucho más grande para Moana, que pueda reflejar lo vasto de las historias ancestrales de Polinesia y su cosmovisión única.
La animación por su parte es espectacular, Disney una vez más demuestra su maestría visual con cada ola y destello de luz en el océano cuidadosamente curados y estudiados. Entre las islas exóticas, el océano brillante y los personajes se da vida a este mundo con mucha atención al detalle, proponiendo un desafío enorme a la cinematografía de la versión live-action que se está preparando. El diseño de los vestuarios y las barcazas se eleva y se complejiza, equiparando a la perfección con el progreso que se ha podido observar en la vida de Moana, la actividad de su gente en la isla y de los nuevos horizontes que se están develando paso a paso.
La música está bien pero es una oportunidad perdida. Las canciones son interpretadas con destreza, especialmente las de Moana las cuales demuestran la alta mejora en la calidad vocal de Auli’i Cravalho en esta versión, pero en términos de letra no logran el mismo impacto emocional que las composiciones de Lin-Manuel Miranda tuvieron en Moana (2016). Hay un claro intento de emular su estilo con melodías bailables y de buen ritmo, pero el resultado está lejos de ser tan memorable fuera del espacio del largometraje, a diferencia de algunos productos musicales de su predecesora que lograron quedarse en las mentes de los fanáticos. A esto se suma que las canciones nuevas tienen connotaciones demasiado específicas a lo que está ocurriendo en la ficción y difícilmente podrían extrapolarse a la experiencia en la vida real.
Pese a lo mencionado, Moana 2 no deja de ser sumamente entretenida y encantadora, la protagonista no ha perdido su dulzura, y ahora en su nueva faceta como hermana mayor, navegante y líder de su comunidad tiene muchísimo más que transmitir. Moana misma es quien alimenta las ganas de descubrir el mundo con su ímpetu y promete contagiar de ese sentimiento por más capítulos de su vida.
Ficha técnica
Título original: “Moana 2”
Duración: 100 min
Año: 2024
Género: Animación, Familiar
País de Origen: Estados Unidos
Director: David G. Derrick Jr, Jason Hand, Dana Ledoux Miller
Guion: Jared Bush, Dana Ledoux Miller, Bek Smith
Reparto: Auli’i Cravalho, Dwayne Johnson, Alan Tudyk
Distribución: Cinecolor Chile
Estreno en salas: 28 de noviembre de 2024