Crítica de cine “Napoleón”: Batallas y romance histórico en clave de popcorn

Por Isabel Agurto

Napoleón es uno de los estrenos más esperados del año e incluso antes de su estreno se especulaba la posibilidad de estar en la lista de nominados al Oscar, ya que junto con ser una película histórica y biográfica ―géneros bastante favorecidos por la Academia―, está dirigida por Ridley Scott, uno de los grandes directores de cine de nuestra época, y protagonizada por Joaquin Phoenix, a quien no le conocemos malos trabajos, lo que transforma inmediatamente a esta película en un must-see. Este filme hay que verlo, sin embargo, la tendencia a la grandilocuencia y a la exaltación de Scott están presentes y puede dejar a los más puristas con una sensación de superficialidad en el contenido, pero que se deja disfrutar.

Una biopic nunca dejará contentos a todos, ni siquiera un documental podría lograrlo. Y más aún, si ese personaje es uno de los más importantes y controvertidos de la historia de la humanidad; un hombre que marcó el devenir de Francia, de Europa y del mundo. En una película biográfica es muy fácil caer en el simplismo al retratar a una persona de la cual todos tenemos ya una idea preconcebida.

Dicho esto, Napoleón de Ridley Scott, pese a su larga duración ―2 horas y 38 minutos―, es entretenida. El ritmo de las escenas quizás le resta profundidad al personaje, pero logra que no podamos despegar nuestros ojos y mente de la pantalla. La música también aporta a este efecto; la base de piano entrega ese toque que podría decirse, histórico.

Durante los primeros minutos de la película cuesta entender ―al menos a mí me costó― la intención del director. Cuando parte con Napoleón presenciando la decapitación de María Antonieta, caemos en lo obvio: esto es una ficción y no pretende ser un documental. Pero cuando nos encontramos con un bombardeo a las pirámides de Egipto nos preguntamos si acaso es una comedia. Y me gustaría responder que sí, que subterráneamente, Ridley Scott y Joaquín Phoenix, nos presentan al gran emperador, Napoleón Bonaparte, como un payaso ambicioso, narcisista, muy inteligente y efectivo, pero un payaso, al fin y al cabo. Una vez captada esa premisa, la película se disfruta sin culpa y sin vergüenza.

Si Kubrick hubiese logrado concluir su famoso proyecto cinematográfico abandonado, seguramente tendríamos un Napoleón bastante más prolijo, pero ésta no es la intención de Ridley Scott; él no detiene a la audiencia con significados metafísicos, más bien se entrega a los placeres del espectáculo y la emoción. Y Phoenix es la clave de todo.

Que Joaquin Phoenix sea quien interpreta al emperador francés ayuda muchísimo para el goce y apreciación del filme. No solo es uno de los mejores actores de su generación, sino que resulta perfecto para el rol que, a momentos, recuerda a su brillante interpretación de Comodo en Gladiador, del mismo Scott. Esa capacidad de interpretar personajes controvertidos, histriónicos y oscuros, como en Joker, Her o Beau Is Afraid, está presente también en este personaje que roza lo satírico.

La interpretación de Phoenix logra transmitir parte del conflictivo mundo interior del emperador. Su mirada, a veces perdida, y sus ojos amenazadores o enamorados según la situación, además de una imponente expresión corporal, nos dibujan un convincente Napoleón.

Tal como dice en la película, Napoleón no es nada sin su amada Josefina, y esta producción no sería la misma sin la presencia de Vanessa Kirby interpretando a la primera esposa de Napoleón y emperatriz de Francia, y, convirtiéndose en el personaje más importante de la película y de la vida del emperador. Las escenas juntos logran transmitir la química y una sensación de duelo interno en ambos, de amor y de odio, de necesidad y de repulsión, de lo que pudo ser y no fue.

La película se mueve entre dos polos: el campo de batalla y el romance intenso y farandulero entre Napoleón y Josefina. Las batallas son acción pura y dura, un deleite a la vista, perfectamente coreografiadas y presentadas. Y en su vida personal, nos pintan un personaje obsesionado y embelesado, sin profundizar mucho en sus sentimientos.

Estamos ante una película grandilocuente, que quiere abarcar mucho y quizás por eso resulta superficial en algunos tópicos, pero insisto en recordar que se trata de un blockbuster basado en un personaje histórico y como tal cumple porque entretiene.

Ficha técnica

Título original: Napoleon

Año: 2023

Director: Ridley Scott

Guionista: David Scarpa

Elenco: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Ben Miles, Ludivine Sagnier, Paul Rhys, Rupert Everett, Ian McNeice

Productores: Mark Huffam, Ridley Scott, Kevin J. Walsh

Música: Martin Phipps

Fotografía: Dariusz Wolski

Montaje: Sam Restivo, Claire Simpson

Duración: 158 minutos

Distribuidor: Andes Films

 

 

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