Por Sebastián Fuenzalida
Nobody 2 trae de vuelta a Bob Odenkirk en la piel del agobiado pero letal Hutch Mansell, con una fórmula que, aunque se siente algo repetitiva, resulta tan directa, frenética y honesta consigo misma, que termina siendo igual de entretenida y disfrutable en todo momento.
Dirigida por el cineasta indonesio Timo Tjahjanto, responsable de títulos como La noche nos persigue y Fuera de las sombras, y con participación en el guion de Derek Kolstad, creador de John Wick, esta secuela plantea nuevamente una narrativa cercana a las historias protagonizadas por Keanu Reeves, pero situada en un mundo mucho más realista y con un protagonista “más humano” -si es que puede llamarse humano considerando las atrocidades que comete en pantalla-. En esta ocasión, eso sí, la diferencia se acentúa aún más en el uso de la comedia e, incluso, en el gore.
Esta vez vemos a un Hutch nuevamente fastidiado, pero esta vez del trabajo de golpear gente. Hay una deuda que debe pagar que le consume el tiempo de calidad con sus hijos y esposa. Él siente que necesita un descanso y crear recuerdos con su familia, por lo que los Mansell deciden tomarse unas vacaciones que no resultarán producto de la naturaleza conflictiva de Hutch, desatando una bola de nieve que no parará hasta verse envueltos en un dilema con sheriffs y gánsteres.
Uno de los mayores atractivos, tanto de Nobody como Nobody 2, es su habilidad para combinar géneros aparentemente dispares. Esta segunda parte transita con naturalidad entre la acción desenfrenada, el gore explícito de sus peleas más sangrientas y un humor que funciona como válvula de escape cortesía de la faceta comediante de Bob Odenkirk y el carisma distintivo de Christopher Lloyd. Esa mezcla crea un tono particular: brutal y desquiciado, pero al mismo tiempo ligero, casi de parodia, y que permite al espectador disfrutar de la violencia sin dejar de reírse de lo absurdo de algunas situaciones.
A diferencia de otras cintas de acción recientes que se extienden más de dos horas, Nobody 2 apuesta por una duración contenida de 89 minutos. Esa brevedad, lejos de ser un inconveniente, le otorga a la película un ritmo dinámico y sin respiros donde la acción se siente aún más vibrante. La película no pierde tiempo en rodeos; sabe que el público al que apunta es aficionado de las cintas de artes marciales y la acción desenfrenada, por lo que va directo al grano y mantiene al espectador entretenido de principio a fin.
La música también juega un rol fundamental en Nobody 2, funcionando no solo como acompañamiento, sino como un verdadero motor narrativo. Cada tema musical presente sirve para potenciar el impacto de las secuencias de acción y resaltar el tono irónico de la película -la escena de Hutch peleando en una sala de arcades al ritmo de Come Out and Play de The Offspring es el mejor ejemplo de esto-, creando así contrastes que van de lo brutal a lo cómico en cosa de segundos. En lo técnico la película no se queda atrás; es creativa y las coreografías de las peleas mantienen un alto nivel de ingenio y violencia que te hace recordar constantemente el nivel de habilidad que maneja Hutch dentro de este universo.
Aun cuando Nobody 2 cumple con la premisa de entregar una dosis contundente de acción y comedia, uno de sus puntos más flojos está en la falta de exploración de su propio universo narrativo. Una secuela en su mayoría de veces profundiza en este aspecto, pero en esta ocasión la película apenas lo hace, por ejemplo, el no explorar más la relación de Hutch con su esposa Becca o su hermano Harry, personajes que prometían añadir matices y complejidad al protagonista. En lugar de expandir ese trasfondo familiar o abrir la puerta a un mundo más amplio, como sí suelen hacerlo otras sagas del género de acción, la película opta por centrarse casi exclusivamente en la acción inmediata, perdiendo la oportunidad de enriquecer a Hutch como figura más allá del héroe violento.
Según quieras verlo, esto también puede tomarse como una declaración de la saga Nobody de no tomarse en serio a sí misma. La verosimilitud se pasa por alto desencadenando así un espectáculo visual ligero que pone todo en manos de la violencia desmedida, el humor negro y las habilidades de Bob Odenkirk.
En definitiva, Nobody 2 es una película de acción breve, salvaje y entretenida, que consolida a Bob Odenkirk como un “héroe” atípico dentro del género. Si bien carece de mayor desarrollo en su trasfondo, compensa con energía, humor y un estilo visual-musical que lo distinguen de otras propuestas. Una secuela que no reinventa la fórmula, pero que abre un espacio para seguir disfrutando de las peleas coreografiadas con violenta creatividad e ironía.
Ficha técnica
Título original: “Nobody 2”
Duración: 89 minutos
Año: 2025
Género: Acción/Suspenso/Comedia
País de origen: Estados Unidos
Director: Timo Tjahjanto
Reparto: Bob Odenkirk, Connie Nielsen, Christopher Lloyd, Sharon Stone
Estreno: 21 de agosto
Distribución: Andes Films Chile