Por Paula Frederick
La ópera prima de la directora y actriz transgénero Jessie Jeffrey Dunn Rovinelli, nace como un homenaje. Presentada en la sección Forum del 69° Festival de Berlín y ganadora del Festival de Cine de Valdivia 2019, rescata de un inminente olvido la novela del alemán Ronald M. Schernikau, So schön (tan bello). Título que habla de una utopía, ese deseo inconcluso que comparten un grupo de jóvenes transgénero, cuyo sueño de igualdad permanece vigente a pesar de todas las adversidades históricas y presentes. Si en el escrito de Schernikau, que sigue la vida cotidiana de una comunidad poliamorosa en Alemania, la pelea era por la liberación homosexual, en la versión de Dunn Rovinelli se traslada a Nueva York, donde la bandera de lucha se define en un postulado: normalizar la diversidad y erradicar la división binaria de género.
Construida como un meta-relato teatral, que entrelaza imágenes cotidianas de gran sensibilidad con fragmentos de la obra original leídos por los protagonistas, la película define de manera natural la concepción del amor en el siglo XXI. Aun en el riesgo de caer en un discurso demasiado complejo e inabarcable, So Pretty no pierde nunca la profundidad ni tampoco la sencillez en su forma de relatar. Un equilibrio casi utópico, cuando se trata de afrontar una de las problemáticas sociales más urgentes de la actualidad: la aceptación real del mundo LGBTQI+ como parte de una sociedad íntegra, sin discriminación ni ambigüedades conceptuales.
Mientras la vida cotidiana de los jóvenes protagonistas se transforma en el hilo conductor de la narración, a mitad de camino entre documental y ficción, la cámara los sigue desde un constante plano medio, fundiendo a los personajes con su entorno, haciéndolos parte viva de una dimensión orgánica, compuesta de cornisas, paredes, muebles y espejos. Ese punto de vista hace que el acercamiento del espectador ocurra desde un lugar distinto, donde la intimidad es expuesta, pero al mismo tiempo un fragmento del cuerpo cinematográfico siempre queda afuera, más allá de los límites del encuadre. Siendo directora y protagonista a la vez, Jessie Jeffrey Dunn Rovinelli parece guiarse por una especie de contradicción, ya que se mete de lleno en su propia privacidad y a la vez mantiene una cierta distancia, que deja tras de sí un secreto, una parte del todo sin revelar.
Como si fuera un video casero que quiere perpetuar un momento íntimo y fugaz, el filme hace un seguimiento de la vida ordinaria de sus personajes, quizás en busca de esa normalidad que a veces es demasiado esquiva. Escenas domésticas, desayunos silenciosos, conversaciones fugaces, encuentros sexuales, caminatas erráticas por las calles de Nueva York. Al mismo tiempo, los intercala con momentos que salen del circuito habitual, muestras de arte, protestas, manifestaciones político-sociales que a su vez son la expresión colectiva de su propia lucha interna. Esa fricción provoca la inevitable ruptura, luego de un hecho puntual que desbarajusta la armonía aparente. Entonces, solamente queda buscar un nuevo equilibrio, reubicar las piezas del engranaje y seguir adelante con la batalla por encontrar un lugar en el mundo.
Seguramente, So Pretty no está exenta de defectos. Quizás un exceso en la voluntad de embellecer todo lo que deja a su paso, o de racionalizar discusiones morales que a veces hablan por sí solas. Pero sí le sobra sensibilidad artística. Esa que fluye natural, sin manierismo, que encuentra su camino cuando, como los protagonistas, reconoce su verdadera esencia y ya no tiene miedo a mostrarla.
“Esta es una historia de cuatro personas que tratan de organizar su amor, sin darse cuenta de que su amor ya fue organizado, sistematizado y clasificado por otros”. Esta afirmación, dicha por alguno de los personajes en algún momento de la película, quizás esa sea la clave para entender el relato. La frustración que produce ser definido por alguien ajeno, no solo a través del lenguaje, sino que en cuanto a la potencial realización, desarrollo o nivel de felicidad de una persona. La reflexión interpela directamente al espectador e instala el concepto de amor no solo en una dimensión sensorial, bilateral o romántica, sino también en un sentido comunitario e ideológico. Además, presenta la oportunidad de replantearse los propios límites, y dejarse encantar por las infinitas posibilidades que ofrece la belleza.
Título original: So Pretty
Dirección: Jessie Jeffrey Dunn Rovinelli
Guion: Jessie Jeffrey Dunn Rovinelli. Novela: Ronald M. Schernikau
Música: Rachika Samarth
Fotografía: Bill Kirstein
Reparto: Edem Dela-Seshie, Thomas Love, Rachika Samarth, Jessie Jeffrey Dunn Rovinelli, Arlene Gregoire, Phoebe DeGroot
Productora: Coproducción Estados Unidos-Francia; 100 Year Films, Les Films du Bal
Año: 2019
Duración: 83 min.
País: Estados Unidos
Cartelera Centro Arte Alameda
(Centro de Extensión Instituto Nacional, Arturo Prat #33)