Por Paulina Aldana
Strange Darling (Asesino serial) es un thriller psicológico dirigido por JT Mollner (Outlaws and Angels) y protagonizado por Willa Fitzgerald (Scream: The TV Series, Reacher), en el papel de The Lady (o Electric Lady), y Kyle Gallner (Jennifer’s Body, The Haunting in Connecticut, Smile) como The Demon. Dividida en seis capítulos, la película narra la historia de una pareja de desconocidos atrapados en un peligroso y violento juego del gato y el ratón. La narrativa fragmentada y no lineal revela giros inesperados, permitiendo al espectador armar el rompecabezas poco a poco. Cada capítulo redefine las dinámicas de poder entre los protagonistas, que oscilan constantemente entre victimario y víctima.
La gran fortaleza del filme radica en su estética visual, potenciada por el rodaje en 35 mm, que le confiere una textura cautivadora con claros guiños, tanto en su trama como en sus personajes, a Kill Bill: Vol. 1 y Natural Born Killers. Esta propuesta no consigue erigirse como un homenaje, pero es una declaración artística destacable, que se enriquece gracias a las locaciones seleccionadas, el diseño de vestuario y la fotografía, los cuales juntos construyen un universo visualmente correcto.
Sin embargo, el atractivo del filme, impulsado por una campaña de marketing que promete la clásica historia del asesino serial, cargada de intriga, se centra en el suspenso de la trama, las motivaciones de los personajes y la expectativa de un análisis profundo de sus psicologías. El guion, escrito por Mollner, intenta subvertir los clichés del género, explorando la violencia, las complejidades del comportamiento humano y una supuesta “otra cara de la moneda”. No obstante, estas ambiciones se quedan a medio camino. Si la intención era transmitir estas ideas con ironía, el resultado se siente burdo e insuficiente. Si, por el contrario, el filme pretendía innovar, invirtiendo las diferencias de género, o quitándole relevancia a la variable “sexo” cuando se habla de violencia, y asesinatos, la película se estrella evidenciando la fragilidad e ignorancia de su pretendida originalidad.
El tratamiento y los giros narrativos aspiran a ser innovadores y disruptivos, pero terminan resultando oportunistas y artificiales. Los diálogos, cargados de panfleto y superficialidad, no logran aportar profundidad ni complejidad a personajes. Este mal gusto podría ser intencional, sin embargo, carece de argumentación y es más bien una narración caprichosa y simplista. A pesar de estas carencias, Fitzgerald ofrece una actuación sólida que sostiene buena parte de la película, mientras que Gallner se limita a interpretar “dos personajes” unidimensionales que requieren el mínimo esfuerzo.
Strange Darling destaca por su calidad visual y técnica, y su narrativa no lineal logra mantener el suspenso en la primera mitad. Sin embargo, hacia el clímax, la tensión se disipa en un desenlace predecible que revela una banalización excesivamente familiar. La película se siente forzada en su intento de ser disruptiva, buscando sorprender con giros en la trama y en la lógica de los roles, lo que culmina en una vuelta de tuerca atractiva, pero oportunista. Al igual que en Joker, el deseo por agradar a la audiencia no necesita ocultarse, pero al menos debería esforzarse por enriquecer su argumento detrás de la fachada.
Ficha técnica
Título: Strange Darling
Duración: JT Mollner
Reparto: Willa Fitzgerald, Kyle Gallner, Ed Begley Jr., Barbara Hershey
País: Estados Unidos
Estreno: 5 diciembre
Distribuye: BF Distribution