Crítica de cine “Super/Man: La historia de Christopher Reeve”: Tras la órbita del héroe que se volvió humano

Por Paula Frederick

¿Qué es lo que define a un héroe? ¿Sus poderes sobrenaturales? ¿O quizás sea alguien común, que enfrenta las situaciones cotidianas de manera extraordinaria? En el documental de Ian Bonhôte y Peter Ettedgui (McQueen y Rising phoenix: Historia de los Juegos Paralímpicos), éstas preguntas adquieren una fuerza especial. Su narrativa sigue la órbita y trayectoria de Superman, “el hombre de acero”, Clark Kent o Christopher Reeve, quien con su interpretación se transformó en la representación más reconocible del super héroe de DC Comics. Su historia de vida está llena de simbolismos y paradojas: el hombre alto, bello y bonachón que cambió para siempre la imagen de Superman y quedó tetrapléjico luego de un accidente ecuestre a los 42 años. El ascenso, vuelo y caída del héroe por antonomasia, podrían decir algunos. Quizás, una de las más trágicas ironías que nos ha dado el cruce entre ficción y realidad.

Narrado con saltos temporales y una fluidez que le da un carácter orgánico, el relato se construye tomando retazos del pasado y presente, usando el accidente como una suerte de bisagra narrativa. No en el sentido más evidente de “antes y después”, sino como un evento que cambió el rumbo de una continuidad, que dio nuevos bríos a una vida intensa y apasionada, que solo transformó su forma, pero no su fondo. Además, repasa aspectos inéditos de un hombre con fachada de super héroe: una infancia compleja, la relación con un padre esquivo al que siempre quiso impresionar, y que inevitablemente replicó con algunos de sus hijos. Las inseguridades de un actor cuya belleza y fama parecían alejarlo de la valoración propia. Su rol de activista, que luchó por el reconocimiento político y legal de su propia dolencia, pero sin perder de vista su estatus privilegiado.

Mientras el cuerpo cinematográfico de Christopher Reeve despliega todas sus formas posibles, el relato juega de manera reiterativa con el concepto de héroe caído, de la estatua de acero que se quiebra en pedazos, del Superman que sale de la pantalla para volverse un hombre de carne y hueso, con poderes sobrenaturales. Los hilos de la narración son guiados por sus más cercanos: sus tres hijos, William, Matthew y Alexandra, su hermano, su ex mujer Gae Exton y amigos cercanos como Susan Sarandon y Glenn Close, quien dice estar “segura de que si Christopher estuviera vivo hoy, Robin Williams también lo estaría”. Y ese es uno de los puntos más sorprendentes y emotivos del relato: la amistad de Reeve con el fallecido comediante, que comenzó cuando ambos estudiaban en Juilliard y soñaban con llegar a las tablas. Aunque el destino los hizo seguir caminos distintos en el cine, nunca perdieron esa conexión visceral y una amistad que continuó intacta luego del accidente. Según las palabras del propio Reeve, “Robin me hizo darme cuenta de que podía volver a reír”. El documental muestra con franqueza y naturalidad la unión indeleble de dos estrellas señadas con un destino trágico, que lograron iluminar la vida del otro desde sus lugares más oscuros.

Así, la propuesta de Bonhôte y Ettedgui se mueve entre la emocionalidad extrema y una reflexión casi matemática, sobre el binarismo ético de la edad de oro de los comics, la caída del poder ilusorio de la criptonita y de los ídolos de Hollywood. Su intuición cinematográfica es la de cristalizar una figura de mil capas, que detrás de su apariencia indestructible, tanto dentro como fuera de la pantalla, hizo pública una inusitada fragilidad. Desde el éxito del Superman de Richard Donner, ampliamente homenajeado y con algunas escenas inéditas, su frío encuentro con Marlon Brando, las películas que vinieron después y el intento por despegarse del superhéroe que lo marcó, hasta la figura del activista, realizador, padre de familia y esposo ejemplar. Una “víctima” que se vuelve héroe y despliega su capa roja desde otro lugar.

Super/Man: La historia de Christopher Reeve se mueve en un territorio lleno de símbolos, paradojas e ideas abstractas, y a la vez muestra con simplicidad una serie de hechos que hablan por sí solos, porque tienen la misma fuerza que el protagonista. Los testimonios que hilvanan la narrativa son sin duda retóricos, pero al mismo tiempo efectivos. Parecen puestos ahí con el objetivo de quebrarnos, de hacernos llorar, incluso desconsoladamente. Y sí, lo logran. Pero las lágrimas se agradecen, porque salen de manera natural. Más allá de las escenas efectistas, o incluso de tener conciencia de una cierta “manipulación” emocional, es inevitable la inmersión completa. Sin culpas, sin tapujos. Y ojalá, con pañuelitos a la mano.

La vida real de Christopher Reeve tiene todos los ingredientes para ser un hit de Hollywood, y al mismo tiempo la fragilidad y resiliencia humana en su expresión más cotidiana. Clichés, lugares comunes, la vida misma. Una película que no esconde su intención, ni pretende ser revolucionaria o construir una narrativa cinematográfica rupturista. Su objetivo no es el cine en sí mismo, sino que la historia que tiene para contar. Y esa elección, cuando está bien ejecutada, termina por ensalzar también al propio cine, como una de las manifestaciones más creativas, sensibles y fidedignas de lo que somos y podemos llegar a ser.

Ficha técnica

Título original: Super/Man: The Christopher Reeve Story

Dirección: Ian Bonhôte y Peter Ettedgui

Distribuidora: Warner Bros.

Año: 2024

Duración: 106 min

País: Estados Unidos

En salas de cine

 

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