Por Juan Marín
Tuvimos la oportunidad de ver Toxic, la interesante ópera prima de la joven directora lituana Saulė Bliuvaitė, de 31 años, como película de clausura del festival FEMCINE. La buena noticia es que ahora ha llegado a la plataforma Mubi, donde podrá ser descubierta por más espectadores.
Con esta película, Bliuvaitė ganó el prestigioso Leopardo de Oro en el Festival de Locarno, un certamen conocido por destacar el trabajo de cineastas emergentes. Este galardón, que también ha sido otorgado a grandes nombres como Raúl Ruiz, Jafar Panahi, Milos Forman, Roberto Rossellini, John Ford, Claire Denis o Jim Jarmusch, marca un comienzo prometedor para la directora.
Toxic narra la historia de Marija y Kristina, dos adolescentes de 15 y 13 años que sueñan con escapar de la dura realidad de su ciudad industrial. En su búsqueda de una salida, ingresan a una estricta escuela de modelaje, que se les presenta como una posible vía de escape hacia una vida mejor. Sin embargo, para lograrlo, deberán someterse a exigencias extremas, modificando sus cuerpos para encajar en los estándares hegemónicos de belleza.
La película nos sumerge en un realismo crudo y perturbador, potenciado por una atmósfera densa y grisácea que acentúa la constante incomodidad. Es inevitable recordar otros impactantes títulos del cine europeo, como Lilya Forever del sueco Lukas Moodysson, por su retrato desgarrador de la juventud femenina atrapada en la miseria de los países postsoviéticos. Aunque ambas comparten una dureza innegable, Toxic transita por un camino singular.
Si tuviéramos que resumir su espíritu con una comparación, Toxic podría describirse como una extraña mezcla entre Gummo de Harmony Korine y Las vírgenes suicidas de Sofia Coppola: una fusión de desesperanza, belleza marchita y provocación estética.
Esta obra presenta el restrictivo mundo del modelaje adolescente a través de una puesta en escena caracterizada por planos generales desoladores y una estética turbia y descarnada, con lo que construye una atmósfera cargada de silencios inquietantes y una violencia cotidiana palpable. Sombría y desafiante, se desmarca de las convenciones tradicionales para ofrecer una propuesta con voz propia.
Parte de la narrativa gira en torno a una amistad tan afectuosa como vacía, desarrollada en un contexto dominado por el culto al cuerpo y los estándares de belleza impuestos por la sociedad. Trastornos alimenticios, defectos físicos, abuso y la constante cosificación del cuerpo femenino son parte del día a día en este inhóspito pueblo lituano. Aunque por momentos se emparenta temáticamente con La sustancia, también estrenada ese año, Toxic opta por un enfoque realista y desgarrador, dejando de lado cualquier atisbo de sátira, lo que se agradece.
Se trata de una cinta incómoda, valiente y profundamente necesaria. Su impacto es aún más potente en un contexto dominado por influencers, redes sociales y la preocupante sexualización de menores. Utilizando el género del coming-of-age, la película visibiliza la inseguridad femenina en un entorno hostil y patriarcal, donde impera la hegemonía de lo normativo y una violencia simbólica constante.
Aunque no es una obra perfecta y presenta altibajos en su desarrollo, su honestidad para abordar esta problemática tan actual es invaluable. No busca agradar al espectador: incomoda, interpela e invita a una reflexión urgente. No es una película fácil de digerir, pero sin duda no dejará a nadie indiferente.
Ficha técnica
Título original: Akiplėša
Año: 2024
Duración: 99 min
País: Lituania
Directora: Saulė Bliuvaitė
Guion: Saulė Bliuvaitė
Reparto: Egle Gabrenaite, Vesta Matulyte, Leva Rupeikaite, Giedrius Savickas
Disponible: MUBI