Por Jeremías Mateluna
Existe una ley que dice que si pasan ciertos años luego de la muerte del autor de una obra, esta se vuelve de dominio público, lo que significa que cualquier persona lo puede usar para su propio proyecto, cosa que muchas personas aprovechan, dando pie para crear nuevas obras. Así nace Winnie the Pooh: miel y sangre, y por consiguiente, su secuela.
Esta continuación narra cómo Christopher Robin ha sido aislado debido a los hechos ocurridos en la primera entrega, donde la mayoría sospecha que él fue quien realmente asesinó a las víctimas de Winnie the Pooh. Agregando también una trama que no se incluyó en la anterior, donde su hermano fue secuestrado cuando tan sólo eran unos niños, por lo que ahora, a través de terapia, quiere recordar quién fue el hombre que se lo llevó. Todo esto mientras ocurren los asesinatos por los animales antropomorfos.
La cinta está dirigida por Rhys Frake-Waterfield, el mismo director de la primera, y quien pretende crear un universo cinematográfico llamado The Twisted Childhood Universe, donde usa a todos los personajes de cuentos infantiles para hacer películas de terror, entre ellos Pinocho y Bambi, que de hecho podemos ver en los créditos de esta a través de dibujos.
A pesar de que la dirección cuenta con la misma persona, el elenco es totalmente distinto. Christopher Robin es interpretado por otro actor, y esto se argumenta (al parecer) con que la primera película es en realidad un filme que existe en el universo de esta historia y que fue creado luego de los eventos que sucedieron.
Esta no es la mejor obra, hay que decirlo, sin embargo comparándola con su antecesora, se nota que mejoró en ciertos aspectos, sobre todo porque contó con mayor presupuesto. Aún así, esto no logró salvarla de efectos especiales malos, los cuales en un principio no parecen tan falsos, pero a medida que avanza la película se van poniendo peor, según mi punto de vista.
Lo que sí tuvo una mejora fue la animación. Tanto en esta como en la anterior entrega, inician con un narrador que nos hace una introducción de lo que pasó antes de esta historia y visualmente nos presentan una secuencia animada, que en la primera era bastante simple, pero que ahora es más bonita y fluida.
Este me parece un buen inicio, ya que, los personajes que estamos viendo siempre han sido caricaturas, dándonos un destello de eso, sin embargo, luego tenemos otra secuencia de apertura donde vemos a tres amigas que están jugando a la ouija en el bosque, la cual no se da el tiempo de hacer una buena escena, sino que simplemente decide matar a las víctimas sin crear verdaderamente una atmósfera.
Las muertes del inicio parecieran ser algo serias, por lo que uno creería que la película se toma en serio a sí misma, sin embargo, luego aparecen muertes totalmente ridículas, lo que me confunde y me hace dudar de si la película tiene la intención de hacer reír o simplemente a uno le causa risa lo mal ejecutadas que están algunas cosas. Probablemente quisieron mezclar el terror con un poco de humor, lo cual es completamente válido, sin embargo, los malos efectos hacen que a uno no le quede del todo claro su intencionalidad.
Un aspecto a rescatar es que modificaron los trajes de los animales, cambiando el diseño de las máscaras y agregándoles pelo (en el caso de Winnie), y haciendo tétricos a Búho y a Tigger, sin embargo, la cola de este último falló, ya que se nota la animación por computadora, por lo tanto se ve bastante falsa, incluso más que las alas de Búho.
También agregaron en la película una fiesta rave con muchos jóvenes usando ropa exótica y brillante, la cual se siente desconectada de la historia, y que a mi parecer agregaron sólo para poner algo moderno y llamativo, sintiéndose fuera de lugar, ya que los asesinos llegan ahí sin una razón aparente.
Otra cosa que dejó que desear fue la edición o montaje, se tomaron algunas decisiones que rompían con lo que la película transmitía en un inicio, por ejemplo, en una de las muertes, hacen un tipo de parpadeo donde no podemos apreciar bien lo que sucedió, como si no quisieran mostrar la violencia ejercida en la víctima, cuando ya han sido bastante explícitos a lo largo de todo el filme.
Por otro lado, los personajes no son para nada interesantes, al único que logramos conocer es al protagonista, mientras que los otros se sienten como extras, incluso la familia y el interés amoroso. Los “malos” aparecen en un par de escenas, por lo que no existe una gran emoción por su destrucción.
La película sigue los códigos del género de terror, especialmente el slasher, donde presenta tensión con sus escenarios, música y personajes. Nos da sustos mientras esperamos a que aparezca el asesino para atacar a sus víctimas, y nos muestra personajes que toman decisiones cuestionables.
A diferencia de la primera película, se esforzaron en hacer una especie de plot twist para hacerla más interesante, sin embargo, en mi opinión, se veía venir desde lejos, no era muy impactante. Y en este mismo sentido, el final es poco emocionante y me atrevo a decir un poco ridículo.
Me parece que el director vio que los personajes pasaban a ser de dominio público y se apresuró en crear una película para ser el primero en hacer algo con ellos, por lo que no tuvo tiempo de pensar mejor las cosas o de recaudar más fondos, y resultó lo que resultó. A razón de que fue objetivamente mala la primera entrega, decidieron justificarlo con que era una película dentro de esta nueva cinta. Yo creo que esta saga se volverá popular no por su calidad, sino por utilizar personajes icónicos de la infancia en un contexto perturbador.
Ficha técnica
Título Original: Winnie-the-Pooh: Blood and Honey 2
Duración: 93 min.
Año: 2024
País(es): Reino Unido
Director: Rhys Frake-Waterfield
Reparto: Scott Chambers, Ryan Oliva, Lewis Santer, Eddy MacKenzie, Marcus Massey, Tallulah Evans, Simon Callow
Distribuidora: New Century Films
Fecha de estreno: 11 de junio