Por Constanza González Diez
¿Ha muerto Disney? Yo creo que aún no. Pero Wish: El poder de los deseos definitivamente no contribuye a su salvación. Aunque no es una película tan horrible como la pintan en redes sociales, sí es un filme blando y carente del encanto que tenían las animaciones del estudio hasta hace apenas unos años atrás.
La trama se enfoca en Asha, una joven que vive en el reino de Rosas en donde el Rey Magnífico se encarga de cuidar y cumplir los deseos de sus habitantes. Asha buscará convertirse en aprendiz del Rey, pero una oscura verdad saldrá a la luz. En un momento de desesperación, le pedirá un deseo a una estrella y cosas maravillosas sucederán.
Esta nueva cinta fue creada para conmemorar los 100 años desde que Walt Disney y su hermano Roy fundaran los estudios en 1923. Y aunque tiene ciertos elementos que hacen notar que es una celebración del enorme legado de historias, personajes y filmes del estudio, en un general es una película demasiado olvidable como para hacerle honor a un siglo de cine.
El estilo de animación es el primer indicador de este intento por homenajear tanto a los clásicos como a los nuevos formatos de Disney. Una mezcla entre dibujo 2D y animación 3D dota a Wish de una originalidad refrescante en cuanto a su diseño. Y mientras sí me parece que funcionaba en los fondos y paisajes, personalmente me dio una sensación de ser un proyecto no terminado en cuanto a los personajes y la naturalidad de sus gestos y movimientos. Definitivamente me tomó un par de minutos acostumbrarme a la estética.
La segunda pista del afán de conmemoración —y probablemente mi favorita— tiene que ver con las innumerables referencias a otras cintas del estudio escondidas a lo largo de la hora y media de película. Blancanieves y los siete enanos, Bambi, Enredados, Robin Hood, Peter Pan, La bella durmiente y La Bella y la bestia son solo algunas de las que alcancé a distinguir, pero estoy segura de que si la veo de nuevo y con más detención podré captar muchísimas más. Estas están camufladas en los diseños de personaje, en los fondos, uso de colores, diálogos y acciones como un lindo elemento nostálgico.
Ahora toca hablar del “elefante en la habitación”: el villano. Si han estado al tanto de las opiniones respecto a Wish, se habrán enterado de que el Rey Magnífico es el principal origen de descontento por esta película. Y lamento comunicarles que efectivamente no es más que un malvado genérico, carente de motivos contundentes y con una canción ridículamente alegre. Sus planes se revelan demasiado pronto, perdiéndose así la ilusión de que era un personaje bondadoso, como es el caso de villanos como Hans en Frozen o Bellwether en Zootopia.
Y retomando el tema de la música, no me puedo quedar sin hablar del soundtrack. A mi parecer, luego del éxito de Encanto intentaron recrear el sonido de Lin-Manuel Miranda, pero no alcanzaron a dar en el clavo y terminaron con canciones a medio camino entre Pop y Teatro Musical con sólo un par de temas memorables de entre el montón.
En resumen, siento que es una película que no cumple con las expectativas planteadas por el mismo estudio. Y a pesar de que tiene sus momentos divertidos, momentos emotivos y elementos destacables, estos no son suficientes para convertir a Wish: el poder de los deseos en una película para ver más de una vez.
Ficha técnica:
Título original: Wish
Dirección: Fawn Veerasunthorn, Chris Buck
Reparto: Ariana DeBose, Chris Pine, Alan Tudyk, Jennifer Kumiyama y Angelique Cabral
Música por: Dave Metzger, Julia Michaels y Benjamin Rice
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Distribuidora: Cinecolor Films
Estreno en cines: 4 de enero de 2024