Crítica de “El Padre”: “El gran acierto de la obra es lograr que la audiencia sienta esa confusión”

Crítica de Teatro
“El Padre”: “El gran acierto de la obra es lograr que la audiencia sienta esa confusión”
Por Galia Bogolasky
En la obra “El Padre” que acaba de estrenar su segunda temporada en el Teatro UC, Héctor Noguera interpreta a Andrés, un hombre de unos 80 años, que vive con su hija Ana,  interpretada por su hija en la vida real, Amparo Noguera. Andrés vive con su hija por su cada vez más avanzado alzhéimer, que está afectando fuertemente las relaciones familiares. A pesar de que ambos son actores de peso, de los mejores de la escena local, esa confianza y complicidad que tienen se proyecta en sus actuaciones, siendo muy necesario por la complejidad del texto.

El dramaturgo francés Florian Zeller (1979) es el autor de esta obra producida por The Cow Company, y que bajo la dirección de Marcelo Alonso,  está llenando la sala cada función, un gran éxito, que se debe más que nada a la temática. El tema de las enfermedades mentales, la vejez, y la familia son temas tan universales hoy en día, que es difícil no sentirse identificado con el drama.


La historia se centra en Ana y cómo tiene que lidiar con su padre, que se va a vivir con ella y su marido (Rodrigo Soto), ya que se peleó con su última cuidadora y alguien se tiene que hacer cargo de él. La relación con el yerno, que no tiene tanta paciencia como la hija, es clave porque genera el quiebre y el punto de inflexión. Tener a un padre con alzheimer en la casa genera numerosos conflictos y las relaciones de pareja se ven afectadas también. El tiempo que requiere al cuidado de una persona que sufre problemas de memoria, ponen a prueba la paciencia de los que lo rodean y requiere de un nivel de dedicación que puede generar un impacto en la vida de cualquier persona.

El retrato de esta enfermedad está muy bien logrado en la obra, donde no sólo el protagonista se confunde, sino que esa confusión se traspasa a la audiencia. Aparecen nuevos personajes, interpretados por Ricardo Fernández y Paloma Moreno, quienes encarnan la confusión, a veces la hija y el yerno, luego los enfermos, y Carolina Arredondo, la cuidadora con demasiada paciencia.

Otro elemento que lleva a la confusión del espectador es que la escenografía, que recrea el living, comedor y cocina de un departamento, va cambiando sutilmente entre escena y escena, generando que uno se inserte en la cabeza de este hombre desmemoriado y uno se pregunte si esos cambios son reales o productos de nuestra propia imaginación. Son tan sutiles que funcionan perfecto.

El gran acierto de la obra es lograr que la audiencia sienta esa confusión,  sumergiéndose en la cabeza del enfermo, sintiendo esa rabia, esa frustración por no entender que está pasando. Uno ve que aparece alguien, escucha que dice algo, y luego todo lo escuchado y visto fue irreal. Esa horrible sensación que es traspasada a la audiencia de manera notable genera el mismo problema; es demasiado enredado a momentos, y la historia toma un rumbo que llega a una carretera perdida.

«El Padre” retrata el caos que puede generar una enfermedad de este tipo en una familia, donde la dedicación y el amor no son suficiente, donde las recriminaciones son pan de cada día, donde la compasión es clave, así como también la generosidad y el amor de una hija hacia su padre.

La obra plantea el drama desde el punto de vista de Ana, la hija, pero al incorporar esos momentos confusos con esos personajes que aparecen y los cambios de escenografía, el foco cambia y te pone del punto de vista del padre. Eso también genera aún mas confusión, algo que puede ser generado a propósito pero es demasiado complejo y se pierde la esencia de la historia.

La obra tiene algunos toques de humor, muy necesarios para darle un respiro al drama, creando momentos bastante graciosos.

El tema del tiempo también es bastante interesante, ya que entre escena y escena aparece el sonido de un reloj haciendo tic tac, cada vez con mayor intensidad, demostrando que el paso del tiempo puede ser tan dramático como imperceptible. La familia tiene que mantenerse firme frente a situaciones que a veces sobrepasan cualquier cosa, donde la percepción de la realidad está en constante conflicto.

A pesar de lo joven que es el dramaturgo, logra representar el drama de la vejez de manera conmovedora, y las actuaciones de los Noguera aportan a este drama logrando una historia que es tan real como terrible. No hay nada peor que perder la cabeza y no poder hacer nada al respecto. Finalmente la familia es la que está ahí, firme, haciéndose cargo, y eso es lo bonito de esta obra, la manera en que representa el amor filial.
Ficha Artística
Autor: Florian Zeller
Traducción: Simón Morales
Director: Marcelo Alonso
Elenco: Héctor Noguera, Amparo Noguera, Rodrigo Soto, Ricardo Fernández, Carolina Arredondo, Paloma Moreno
Diseño escenográfico e iluminación: Cristian Mayorga
Realización: Cuervos Rojos
Vestuario: Taira Court
Dirección de escena Catalina Stuardo
Productor Ejecutivo: Marcos Alvo
Gestión Internacional: Ignacio Santa Cruz
Producción The Cow Company
Coordenadas
Teatro UC (Jorge Washington 26, Plaza Ñuñoa)
Sala Ana González
Del 12 de julio al 5 de agosto, miércoles a sábado, 20.30 hrs.
$8.000 General
$6.000 Adulto Mayor (presentar cédula de identidad)
$6.000 Alumno UC (presentar credencial)
$4.000 Miércoles populares
$4.000 Estudiantes (presentar credencia

Entradas a la venta en Dale Ticket

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