Crítica de «Manchester by the Sea»: Imposible de Superar

Crítica de Cine
«Manchester by the Sea»: Imposible de Superar

Por Galia Bogolasky

“Manchester by the Sea” es de las películas más conmovedoras y lacrimógenas que he visto en el último tiempo. Realmente se merece todas sus nominaciones a los premios Oscar y a todas las otras premiaciones de la temporada.
La historia recae casi por completo en Lee, interpretado magistralmente por Casey Affleck. Es un tipo solo, que tiene un trabajo horrible como Junior de un condominio, dónde tiene que hacer reparaciones de todo tipo, desde plomería hasta gásfiter, y vive en un departamento enano en el subterráneo del edificio, con una mínima ventana que le permite que ingrese un rayo de luz. Su vida se ve monótona y aburrida, y bien triste, hasta que le avisan que se murió su hermano Chandler (Kyle Chandler),  y tiene que partir a Manchester, una ciudad que queda a hora y media de dónde él vive, dónde de a poco va emergiendo la razón de su huída.
En ese pueblo en la costa de Boston se tiene que hacer cargo de los trámites y el funeral de su hermano, ya que no hay nadie más en la familia que lo pueda ayudar. Pero lo interesante viene cuando el abogado le dice que su hermano le dejó escrito en el testamento, que tiene que ser el guardián de su hijo Patrick, de 16 años, interpretado de manera brillante por Lucas Hedges. Lee no acepta esta decisión de su hermano y se rehúsa a hacerse cargo de este chico.
Mientras tío y sobrino hacen los trámites juntos, y comparten la casa de Chandler, se va intercalando el contexto de esta relación, cuando el joven era un niño chico y tenían una relación cercana, e iban a pescar en el barco del papá. Ahora este chico es un adolescente que está viviendo esa etapa en pleno, tiene dos pololas, carretea con sus amigos sin parar, juega hockey y toca en una banda. En ese contexto se va desarrollando la convivencia, de un tío alejado que ahora se tiene que hacer cargo. Mientras eso sucede, se va revelando el pasado de Lee en este pueblo que queda junto al mar, dónde vivió una historia trágica y por lo que de a poco el espectador va entendiendo por qué no puede asumir la responsabilidad que le encomendó su hermano.
Lo primero que hay que destacar es el guión. Es un lujo, una maravilla de escritura. Es lo que siempre nos han enseñado; decir sin decirlo en palabras, sino que a través del lenguaje cinematográfico. Es un guión sin mucho texto, pero que está bien logrado por el nivel de precisión y el poder de las acciones en las escenas.
La dirección de Kenneth Lonergan también está impecable. Logra contar esta historia a través de imágenes, bellas, planos maravillosos, una narración que logra darle una estructura para poder desarrollar la historia, e ir intercalando el pasado con el presente, con un montaje intachable. Hace tiempo que no veía algo tan osado en el cine, de hacer cortes de tomas para ir intercalándolas perfectamente, con un ritmo sólido, que son un apoyo al desarrollo de la historia.
No era una historia simple de contar, por los saltos en el tiempo, y por el carácter del protagonista, retraído, que no quiere hablar, que no quiere interactuar con la gente, algo que a la larga podría haber sido nocivo para el ritmo de la película, pero gracias a la labor del montajista y del director, la película sale airosa de este desafío.
Una de las cosas que más me gustó es la capacidad de generar emociones en el espectador a través de cosas muy sencillas, desde un gesto a una mirada, desde una bella secuencia musicalizada, hasta un delicado plano. En un minuto uno se está riendo por una frase tan natural y espontánea que dice uno de los personajes, y al otro uno está llorando a mares por la pena que se guardan los protagonistas, por el dolor de dos hombres que viven una terrible pérdida y tienen que seguir adelante, juntos, o separados.

 
“Manchester by the Sea” es una película potente, dónde se mezcla una historia muy dramática, con personajes muy bien desarrollados y actuaciones inolvidables. Cabe destacar que el personaje interpretado por Michelle Williams, Randi, sólo tiene un par de escenas, pero son tan potentes, que son inolvidables. Además que carga con un peso dramático no menor.

Esta película de Lonergan tiene todos los elementos para ser un gran hit, ya que no es pretenciosa, tiene un guión perfecto, las mejores actuaciones, y es innegable lo cautivante de una historia sobre una familia, dónde la pena y el dolor son tan fuertes, que hay cosas que son imposibles de superar. Esta película es insuperable.

Dirección:  Kenneth Lonergan
Guión: Kenneth Lonergan
País: Estados Unidos
Año: 2016
Género: Drama
Duración: 135 minutos
Productora: B Story, CMP, K Period Media, Pearl Street Films
Distribución: Amazon 
Elenco: Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler, Lucas Hedges


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