Crítica de Teatro
“Matar a Rómulo”: Explorando las fronteras del mal
Por Jorge Letelier
Poco adaptada dentro del universo shakespereano por ser considerada muy menor, “Tito Andrónico” es quizás una de las obras que de manera más directa resume uno de los grandes temas que obsesionó al escritor de Stratford-upon-Avon: el poder y la violencia. Si bien es un texto que ha sido catalogado de enrevesado y excesivamente cruel, ha ejercido una importante fascinación contemporánea para simbolizar los alcances del mal en la sociedad occidental especialmente luego de la revelación de Auschwitz.
Esa conexión es directa en la lectura que el dramaturgo Luis Barrales hace del texto de Shakespeare, “Matar a Rómulo”, relacionándola con el mayor símbolo de la violencia actual: el atentado a las Torres Gemelas. En ese escenario en que el mal o lo inimaginable se convierte en realidad, tal como la venganza devenida en monstruosidad en “Tito Andrónico”, el montaje sitúa a un profesor chileno en Nueva York en 2001, el que está realizando un taller sobre violencia y barbarie basado en esta obra, con cuatro inmigrantes como alumnos: una croata, un italiano, un sirio y una chilena.

Desde su primer acto, la puesta en escena hace gala de una variada combinación de recursos expresivos que puestos al servicio de una narración fragmentada y plural, vuelve algo abstracta su reflexión en torno a la violencia y el peso del horror en el mundo contemporáneo. Códigos de la performance, el uso de imágenes en pantallas mostrando conflictos bélicos y un registro falso grabado en esos años, el uso del narrador y una estilizada y minimalista escenografía, se entrecruzan no siempre de manera muy fluida aunque resulta atractivo el clima de paranoia creciente que se apodera del relato.

Esta idea queda de manifiesto en la secuencia más inquietante del montaje, cuando se relaciona el episodio de canibalismo en “Tito Andrónico” (cuando Tito hace comer los restos de sus hijos a su madre Tamora) con la narración de la historia de un campesino que encierra en una jaula a una rata de campo que comienza a devorarse a sí misma como especie. Es una metáfora directa y está bien resuelta en cuanto le da peso al denso clima que el texto construye incesantemente. Y también le otorga mayor sustento al uso de las imágenes ya que lo vincula con otro rasgo contemporáneo: la virtualidad en que nos movemos como habitantes y donde somos testigos de esta abyecta maquinaria del mal pero que es a la vez un espectáculo mediatizado.


“Matar a Rómulo”
Centro Cultural GAM, Sala N1, Miércoles a sábado, 21:00 hrs. Hasta el 16 de diciembre.
Dirección: Sebastián Jaña
Dramaturgia: Luis Barrales
Elenco: María Gracia Omegna, Moisés Angulo, Felipe Zepeda, Claudio Ravanal, Nicole Sazo.
Diseño sonoro: Anselmo Ugarte
Diseño de escenografía e iluminación: Pablo De La Fuente
Diseño de vestuario: Nicole Salgado
Producción general: Francisca Babul
$ 5.000 Gral., $ 3.000 Est. y 3ed. $ 3.000