Crítica de Cine
SILENCIO: «Sólo Scorsese se puede dar el
lujo de contar esta historia»
Por Galia Bogolasky
“Silencio” es la nueva película de Martin Scorsese es una historia que él quería contar hace mucho tiempo. Finalmente lo logró y nos encontramos con una historia épica y ambiciosa, totalmente distinta a su última producción, pero manteniendo el talento por el que ha sido admirado por más de tres décadas.
La historia es basada en el libro homónimo de Shūsaku Endō (publicado en 1966) y se sitúa en la segunda mitad del siglo XVII, dónde dos sacerdotes jesuitas portugueses Rodrigues (Andrew Garfield) y Garupe (Adam Driver) viajan a Japón en busca de su mentor Ferreira (Liam Neeson) que, tras ser perseguido y torturado, ha renunciado a su fe. Ellos mismos vivirán la horrible violencia con que los japoneses reciben a los cristianos.
En ese viaje, que hacen sin dudar, se encuentran con un mundo distinto, con una cultura y espiritualidad ajena, en un país donde le están pasando cosas terribles a los curas, y su vida corre peligro, tal como les alertan antes de partir en esta aventura. Ellos deciden tomar el riesgo ya que lo más importante es encontrar al padre que fue el que los educó y los orientó en el camino de la fe. Ellos están conscientes del peligro en el que se encuentran al hacer este viaje, pero están dispuesto al sacrificio y al dolor, algo conectado con la esencia de la película que es la Iglesia Católica, y los sacrificios que hizo Jesús por su gente,el sacrificio humano, lo que estos jóvenes padres, están dispuestos a replicar. Lo que dificulta su espíritu evangelizador es que es un país donde la fe católica se encuentra prohibida.
Esta es una película de casi tres horas de duración, dónde la violencia está presente constantemente, y las escenas de tortura son abrumadoras, donde campesinos japoneses están dispuestos a vivir la peor humillación y dolor físico, con tal de no pisar la imagen de Jesús. Prefieren morir a profanar la imagen de su fe.
“Silencio” es una película que pone a prueba el poder de las creencias, y los sacrificios humanos que algunos están dispuestos a vivir para honrar a Dios. El tema religioso es tan poderoso, que las motivaciones de los personajes quedan a disposición de un factor espiritual, y eso, a pesar de que la religión Católica es la más importante de Occidente, sigue siendo un tema tan personal, tan interno, que es un desafío abarcarlo en una película comercial.
A pesar de eso, Scorsese vuelve a crear una obra cinematográfica donde se puede dar el lujo de contar una historia como ésta, de tan larga duración, situada en la mitad del sigo XVII, con la mayoría del elenco Japoneses, sobre la cultura oriental, y con una trama sobre la religión. Nadie más que él puede hacer algo así de osado hoy en día, y que más encima se convierta en un éxito.
Andrew Garfield y Adam Driver son actores jóvenes, que se han caracterizado por hacer personajes más comerciales, o incluso de cine Independiente. Tuve dificultades por creerme sus actuaciones. Garfield tenía un personaje bastante intenso, muy trágico, muy tortuoso, y podría haber sido memorable, pero creo que no cumplió a cabalidad, a pesar de haber bajado 20 kilos para este personaje y el esfuerzo físico que debe haber requerido su interpretación. Incluso más decepcionante me resultó Adam Driver, ya que a pesar de verse diferente, no logró sacarme de la cabeza su personaje en “Girls”. Utiliza el mismo tono de voz, los mismos gestos, las mismas miradas. Para mi, la mejor actuación es cuando a uno se le olvida el personaje anterior del actor, y en ninguno de estos casos me pasó. Además, que a pesar de ser portugueses, hablaban con inglés norteamericano, lo que me distanciaba aún más del contexto. Incluso Garfield, que es británico, si hubiese seguido con su propio acento, sería más creíble que este acento americano.
Los que si me deslumbraron con sus actuaciones eran los mismos actores japoneses, los que en general se lucieron con dramáticas y violentas escenas. Totalmente creíble y bastante conmovedor. Es lo que admiro de este tipo de cine, que le abre la puerta a actores internacionales con una posibilidad enorme de abrirse al mundo.
Liam Neeson, a pesar de que tiene tres escenas, tampoco me creí que era un cura portugués. Creo que ese fue un problema de casting, pero también creo que esa intención de tener actores comerciales, es demasiado forzada, haciendo evidente la razón por la que están en esta película; simplemente para llegar a un público joven y masivo, que sin ellos sería difícil que sucediera.
El gran atractivo de esta cinta es la dirección de fotografía del siempre impecable Rodrigo Prieto, quien recibió una nominación a los recientes Premios Oscar (debería haber ganado). Cada toma es una obra de arte (obviamente no las de la tortura) pero el manejo de la luz, con el encuadre, es maravilloso. Además aporta mucho que el paisaje es muy atractivo, con cielos infinitos, el vapor del agua hirviendo, las olas, los bosques, haciendo lucir las locaciones que fueron filmadas en Taiwán (lo que salía más barato que en Japón).
Scorsese ha manifestado su interés por la religión y la espiritualidad, ya que proviene de una familia muy católica, y fue criado bajo esa fe. Se nota que es una película bastante personal, donde despliega todo su talento. Lamentablemente me superó el hecho de tener que pasar tres horas viendo escenas de torturas repetidas hasta el cansancio, no siendo necesarias tantas veces. El punto queda claro en la primera escena, y después, en cada repetición, sólo alimenta el ego de Scorsese y el sufrimiento del espectador. Scorsese es quien es y se merece poder hacer una película fuera de todas las convenciones Hollywoodenses, probablemente no sea un éxito de taquilla, pero si logrará dejar la imagen de este consagrado cineasta por el cielo.
FICHA TÉCNICA
TITULO ORIGINAL: Silence
TITULO EN CHILE: Silencio
AÑO: 2016
PAÍS: Estados Unidos
GÉNERO: Drama
DIRECTOR: Martin Scorsese
PROTAGONISTAS: Liam Neeson, Andrew Garfield, Adam Driver
DURACIÓN: 2h 41min
DISTRIBUIDORA: BF Distribution