Por Trinidad Quinzacara
¿Qué pasaría si nos convertimos en los animales del zoológico y dejamos de ser los que los observan? Es el punto de partida, el contexto, que plantea la obra de la compañía Geografía Teatral, y la situación que encarnan los tres personajes que la interpretan. El zoológico de Santiago decidió sacar a sus animales en peligro de extinción y reemplazarlos por actores profesionales que los puedan personificar. Ahora son los actores los que viven la realidad de estar en una jaula mientras son observados, y tratan de hacer su trabajo lo mejor que pueden en estos roles que les tocó interpretar. Pueden ser distintas especies de monos del zoológico o una elefanta, que requiere de dos actrices, una para la parte delantera y otra para la trasera.
En un inicio se muestra el trabajo de los actores interpretando a sus animales detrás de las rejas, esta idea distópica, pero la mayor parte de la obra se desarrolla en sus tiempos libres, en el comedor del zoológico en donde se conocen, conversan y discuten, debaten, pelean, mucho. Son charlas que comparten tres personajes bien construidos, con personalidades marcadas. Lo exagerado de sus opiniones entrega lo más gracioso de la obra porque tenemos por un lado al actor que hace el rol de mono (Omar Morán), que está ahí por trabajo, que se siente avergonzado del empleo en el que se encuentra, pero por otro lado se muestra a dos actrices (Bárbara Vera y Coca Miranda) que están muy orgullosas de su trabajo, y que se toman completamente en serio su papel de la elefanta Fresia. Estos tres protagonistas llenan el espacio con sus personalidades y también con sus desplantes.
En la puesta en escena se juega con las luces, la silueta de los animales y aprovecha su espacio con dinamismo por parte de sus actores, y hay una musicalización que complementa la historia. Pero lo fuerte de esta obra son sus diálogos. Ingeniosos, enganchadores. Creados por su dramaturgo, Tomás Espinosa Bertrán.
Las carcajadas a veces eran incómodas, individuales, pero también habían colectivas. Tiene tantos matices de humor que no siempre se congenia, pero es seguro que a todos les sacó mucho más de una risa, porque va desde chistes básicos como lo serían los referidos a desechos, hasta los más complejos como reírse de temas serios, movimientos sociales, historia. No hay respeto por nada y eso hace tan interesantes los diálogos, ya que se alejan mucho de lo “políticamente correcto”. Son mordaces y llenos de ironía.
Entre algunos de los ejes principales en la temática de esta obra se encuentra la idea de humanos como animales, la desvalorización de la cultura, un llamado de ayuda por las artes, y específicamente el amor al teatro, que hasta el que dice que está ahí por plata termina admitiendo que ama lo que hace, por más denigrante que puedan llegar a ser las condiciones.
Sus protagonistas pueden tener opiniones muy distintas en muchos temas, pero llegan a un acuerdo para reconectarse con su pasión por la actuación, porque la creación no debiera de tener límites, porque si los tuviera, ellos los pondrían a prueba con su noción de lo que es una obra. Defienden sus ideas rupturistas, como artistas que defienden su arte. El trabajo hecho por estos tres artistas, no tiene apoyo, como ocurre con la mayoría del arte, crece en un ambiente hostil y aun no tiene la suficiente valoración en el ambiente laboral.
La dramaturgia de esta tragicomedia, detrás de todas las bromas mordaces, es un mensaje a defender las culturas y también a reafirmar que el arte no debiera de ser encasillado en lo esperable. No es una historia con plot twist, pero sorprende en lo descarada que es, refrescante en muchos sentidos. Pone en la mente de todos sus espectadores el cuestionarse la precariedad de las condiciones de trabajo en el sector cultural.
A pesar de hacerte reír tanto, uno termina la obra con una pregunta mucho más reflexiva de la que se tenia cuando empezó: ¿Queremos seguir siendo animales de trabajo o lucharemos por impulsar lo que de verdad amamos? En este caso las artes, la cultura.
Ficha técnica
Título: Animales de trabajo
Equipo creativo: Carola Chacón Zuloaga, Tomás Espinosa y Barbara Vera
Dirección y dramaturgia: Tomás Espinosa Bertrán
Elenco: Barbara Vera, Coca Miranda, Omar Moran
Diseño Integral: Cesar Erazo Toro
Producción: Génesis Acevedo y Geografía Teatral
Coordenadas
ANIMALES DE TRABAJO
14 y 15 Jun | 20:00 horas
16 Jun | 19:00 horas
$6.000 Gral. | $4.000 Est, 3ª edad y personas en situación de discapacidad
Aula Magna CEINA: Arturo Prat 33, Santiago Centro, Metro U. de Chile.
75 min
12 + años