Crítica de Teatro “Carnaval”: Relatos musicales de violencia y abuso

Crítica de Teatro

“Carnaval”: Relatos musicales de violencia y abuso

Por Jorge Letelier

Esta es una obra que trata sobre el abuso a los niños y desde su origen, con el título “Carnaval”, se presenta tras una aparente dicotomía. El sentido festivo del término tiene que ver con celebraciones religiosas andinas ya que un referente importante de algunas historias narradas viene de Bolivia, país donde vivió la directora Trinidad González y uno de sus actores.

Dicotómica es también la manera en que se utiliza la música ejecutada en vivo en relación al material teatral, puesto que la primera parece un campo de experimentación cercano a la performance frente a las diversas escenas que explicitan el drama del abuso a niños, muchas de ellas brutales en su violencia. En “Carnaval”, la directora y también intérprete junto a Tomás González y Matteo Citarella, personifica varios cuadros de explotación, desde hermanos tratando de cruzar la frontera, al drama siempre brutal de una niña que es obligada por su padre a casarse (por “dos vacas”, como se explica) y un joven que busca convencer a un posible padre adoptivo de que lo lleve a su hogar.

Más que escenas texturizadas por la música, acá la premisa es al revés: la música es la que organiza la puesta en escena y define los climas dramáticos y los ritmos. En el sentido opuesto del anterior trabajo de Trinidad González como directora, la notable “En fuga no hay despedida”, donde la vida y pasiones de Violeta Parra eran pura emoción, gesto y poesía organizada en torno a las canciones ejecutadas por su elenco (con brillantez, hay que recordar), en “Carnaval” la música y su ejecución resuena fría y excesivamente autoconsciente. En ocasiones parece un laboratorio sonoro para los experimentos vocales del trío y los efectos de loops creados por Tomás González.

La puesta en escena cuyo único decorado son algunas luces dispuestas simétricamente –sin contar los instrumentos-, deviene en un espacio abstracto que recuerda un estudio de grabación adornado con improvisadas performances. Estas opciones difícilmente pueden dar con el tono emocional del abandono, la soledad, el desamor y la violencia que las escenas teatrales de corte realista buscan ilustrar, y que en determinados casos consigue transmitir esa desesperante violencia a la que se ven expuestos algunos niños. La mejor escena al respecto es la de la niña que se resiste a ser casada con un adulto y que prefiere morir, interpretada con lacerante angustia por la directora.

Hay un efecto singular que se produce con la música como rasgo representacional y su paso al texto dramático y es que esta acción escénica (posdramática) anula la subjetividad del testimonio (dramática), reduciendo la posibilidad de conectarse emocionalmente. Las frases, muchas de ellas de enorme violencia hacia niños, van perdiendo su impacto al tener más importancia el efecto sonoro o el gesto performático, y a la larga, una autoconciencia escénica de su propia materialidad. Esta concepción híbrida entre lo dramático y los materiales post y performativos falla en su estrategia porque no conmueve ni cuestiona desde la representación un tema de profundo impacto actual.

“Carnaval”
Dirección y dramaturgia: Trinidad González
Elenco: Trinidad González, Matteo Citarella, Tomás González
Música: Tomás González
Escenografía y vestuario: Martina Citarella
Taller Siglo XX, hasta jueves 26, 20:00 hrs.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *